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» Elterritorio
Fecha: 22/05/2025 09:34
Una vecina del barrio denunció un intento de robo ocurrido en las primeras horas del lunes. Dos hombres en una moto la interceptaron de camino a la parada de colectivos: “Cuando los ví empecé a pegarles con mi botella de agua, y a gritar y gritar”. Aunque no hubo que lamentar pérdidas ni lesiones, la mujer, todavía temerosa de que el episodio se repita, ya no se atreve a circular sola ni usar el transporte público de noche jueves 22 de mayo de 2025 | 4:00hs. Vecinos del barrio Cocomarola Oeste reforzaron las medidas de seguridad en sus hogares, ante frecuentes y recientes hechos de robo en la zona. En sus palabras, los episodios no tienen un modus operandi único. A toda hora y con diferentes métodos, son testigos de delitos contra la propiedad y piden mayor presencia policial en el barrio. Fátima es una de las vecinas que vivió un momento amargo el último lunes y que, por fortuna, no debió lamentar lesiones ni pérdidas materiales. La docente contó a El Territorio que se dirigía a una parada de colectivos sobre la avenida Fangio cuando, a media cuadra antes de llegar, dos hombres a bordo de una motocicleta la interceptaron e intentaron robarle. “Ya dos cuadras antes me crucé con la moto. Doblé a la siguiente cuadra y cuando me quedaba poco para llegar a la parada el vehículo volvió y, directamente, una persona se bajó y se dirigió hacia mí. Cuando ví eso atiné a pegarle con mi bolsa donde llevaba una botella de agua, y a gritar”, narró Fátima todavía shockeada por lo ocurrido. “Grité todo lo que pude y creo que eso lo intimidó. Cuando se subió de nuevo a la moto ahí salió un vecino que escuchó todo”. Fue tal el malestar que la docente también debió ser asistida después de un breve desmayo, consecuencia del nerviosismo y el trauma del intento de asalto. La secuencia quedó registrada en cámaras de seguridad de una vivienda particular que, según anticiparon agentes de la División de Cibercrimen a la mujer, será revisada para identificar la motocicleta y, en lo posible, a los sospechosos. El intento de robo ocurrió sobre la calle 57, entre la 188 y la avenida Fangio. De inmediato la víctima radicó una denuncia en la comisaría Décimo Primera. Aunque reconoció que el temor persiste e instó a que la policía agudice las medidas de seguridad en la zona. “Hay que solucionar ya este tema, porque según sé la comisaría de nuestra jurisdicción tiene un móvil que ya no está en la zona”. Sobre los sospechosos, Fátima describió que “los dos llevaban cascos y camperas grandes. No sé si son jóvenes o adultos grandes”. Miedo a salir Claro está que nadie se prepara para tal episodio. Y aunque no debió lamentarse lesiones, golpes o el robo de alguno de sus objetos personales, el malestar sigue latente en Fátima, que reconoció que “después de eso quedé muy mal, estoy con miedo y no quiero salir, me cuesta muchísimo”. La sensación de inseguridad se traduce en preocupación hacia sus seres queridos y hacia otros vecinos. “Pienso en los niños y adolescentes. Yo tengo una nieta que viene a mi casa en colectivo de la escuela. Y esto pasa sea de día o de noche, no importa el horario”, lamentó Fátima. En esa línea, compartió un robo cometido el martes por la tarde, cuando un vecino dejó estacionado su automóvil en el garage para guardarlo, y un par de delincuentes se llevaron el coche, que estaba encendido y con llaves, pero en la puerta de la vivienda. El auto fue recuperado y ya restituido a su dueño. El temor es tal que la docente advirtió que reducirá el uso del transporte público en horario nocturno. “Si puedo tomarme un Uber lo voy a hacer, o si pueden buscarme. Pero decidí que ya no quiero ir a la parada de colectivos sola”, compartió.
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