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  • El SENASA pide notificaciones inmediatas por brote de rabia paresiante – MisionesOpina

    » Misionesopina

    Fecha: 21/05/2025 06:20

    El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) confirmó nuevos brotes de rabia paresiante en varios puntos de la provincia de Misiones. Las zonas afectadas incluyen Puerto Leoni, Garuhapé, Cuña Pirú, Roca Chica y Cerro Romero, entre otras, lo que genera creciente preocupación en el sector productivo. Al respecto en el programa Primera Plana que se emite por FM 89.3 Santa María de las Misiones entrevistaron a Alejandro Torkel Stevenson, agente del SENASA, quien confirmó que detectaron brotes activos de rabia paresiante en Misiones. “Nosotros empezamos a detectar brotes fines del año pasado, en la zona de Puerto Leoni. Este año tuvimos brotes a principios de este año en la zona de Garuhapé y Cuña Pirú, y ahora se diagnosticó hace unas semanas en la zona de Roca Chica, Cerro Romero, Yacutinga; entre San Ignacio y Oberá” La enfermedad, causada por el virus rábico y transmitida por el vampiro común (Desmodus rotundus), afecta principalmente a bovinos y equinos, aunque también puede contagiar a humanos y otros animales domésticos. “Es una enfermedad epidémica y recurrente. Siempre va a aparecer si seguimos teniendo áreas de monte con condiciones favorables para el vampiro. Por eso es clave que el productor esté atento y actúe ante los primeros síntomas”, explicó ¿Qué es la rabia paresiante? Se trata de una forma de rabia que afecta el sistema nervioso de los animales, causando debilidad progresiva, dificultad para caminar, parálisis y finalmente la muerte. Su período de incubación y evolución puede durar entre una semana y diez días. La principal vía de transmisión es a través de la mordedura de murciélagos hematófagos infectados. Es clave que el productor esté atento y actúe ante los primeros síntomas “En estos caso siempre nosotros hablamos de vigilancia. La vigilancia es fundamental”, explicó el agente del SENASA, recordando que es fundamental que los productores estén atentos al comportamiento de sus animales para notar alguna anormalidad. “El animal no tiene dónde acomodarse, hasta que se acuesta, no se levanta más, hace esfuerzo como para levantarse, patalea, entra en agonía y muere. Todo este proceso le puede llevar una semana, a veces una semana y media, al animal, dependiendo del lugar donde esté”, añadió Torkel Stevenson. Una vez registrado esos síntomas, “el productor tiene que avisar al SENASA, a la oficina que esté más cerca a su domicilio o en defecto a un veterinario, o bien a los vacunadores contra la aftosa, que están en la zona” En la continuidad de la charla remarcó: “Se deber avisar, el productor no debe quedarse con que el animal murió y listo, porque esta enfermedad continúa evolucionando y nosotros así no podemos tomar las medidas del caso, que son la vacunación” ¿Hay riesgo para el ser humano o las mascotas? Aunque en los animales domésticos la enfermedad no se transmite por mordedura, el contacto con saliva infectada —por ejemplo, al intentar ayudar a un animal con dificultad para tragar— puede ser riesgoso para los humanos. También se debe tener cuidado con murciélagos enfermos, que pueden estar activos durante el día y morder como mecanismo de defensa. “Si nosotros vemos a un vampiro volando de día o con problemas para volar, tenemos que tener cuidado, porque ellos se defienden mordiendo y al morder nos pueden transmitir el virus”. A esto añadió que “El ser humano también se puede contagiar teniendo contacto con animales enfermos. Esta enfermedad en una parte del proceso produce disfagia, un problema para deglutir, para tragar. Entonces, mucha gente piensa que el animal tiene algo trancado en el cuello, en el esófago y el ser humano mete la mano y tienen contacto con la saliva de estos animales enfermos”. “Eso también es contraproducente porque en la saliva puede haber virus y el que tiene contacto se puede se puede contagiar”. El profesional reiteró que “la rabia paresiante es una enfermedad recurrente y epidémica, que siempre va a aparecer y siempre la vamos a tener con nosotros”. Es una enfermedad con ciclos interepidémicos de entre 3 y 5 años, en los que reaparece cuando la población de vampiros se regenera en los refugios naturales. Por eso, la vacunación preventiva y la comunicación con las autoridades sanitarias resultan claves para contener el avance del virus. “El virus va a haber siempre y vampiro va a haber siempre. Lo que por ahí pasa, es que se dan las dos cosas juntas, la rabia y el vampiro en una misma zona y nosotros lo que vemos es el problema en los animales y el productor tiene que avisar. Porque si el productor no avisa lo que está pasando en su chacra, es muy difícil que nosotros podamos llegar a tomar alguna medida sanitaria”, finalizó.

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