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» TN corrientes
Fecha: 21/05/2025 03:37
Mundo Un nuevo consenso médico redefine la presión arterial normal: podría prevenir el 15% de los infartos y ACV Martes, 20 de mayo de 2025 Tres sociedades científicas de la Argentina acordaron reducir el umbral considerado saludable; buscan mejorar la detección y el tratamiento de una de las principales causas de muerte La hipertensión arterial es una de las enfermedades crónicas más frecuentes a nivel mundial. En la Argentina, a pesar de que entre el 35% y el 40% de la población adulta convive con esta condición, la mayoría no lo sabe. El 60% de los hipertensos permanece sin diagnóstico, y entre quienes conocen su condición apenas uno de cada cinco logra mantener la presión controlada. Esta brecha en la prevención y el tratamiento tiene consecuencias graves: infartos, accidentes cerebrovasculares (ACV), insuficiencia renal y muerte prematura. En este contexto, la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA), la Sociedad Argentina de Cardiología y la Federación Argentina de Cardiología se reunieron para revisar la evidencia clínica más reciente y actualizar las recomendaciones sobre el manejo de la presión arterial. El resultado fue un nuevo consenso que plantea un cambio fundamental: el umbral que se consideraba “normal” para personas con hipertensión deja de ser 14/9 y pasa a ser 13/8 (máxima/mínima). Pablo Rodríguez, presidente de la SAHA, explicó que este nuevo consenso marca una continuidad con el trabajo colaborativo iniciado hace unos años. “Hace unos siete años se hizo en la Argentina el primer consenso conjunto entre las tres sociedades más importantes vinculadas a la hipertensión arterial. Antes, cada una sacaba su propia guía, pero se decidió unificar criterios para tener una sola guía nacional en lo que respecta a esta enfermedad”, afirmó. Según Rodríguez, el documento —que se publicará próximamente en una revista científica— introduce algunas actualizaciones importantes, especialmente en la clasificación de los niveles de presión. En línea con las guías internacionales, se considera presión arterial normal a valores por debajo de 130/80 mmHg, mientras que el umbral para diagnosticar hipertensión se mantiene en 140/90. “Entre 130/80 y 140/90 se encuentra lo que llamamos presión limítrofe. En muchos casos no hace falta indicar tratamiento farmacológico, pero sí es fundamental recomendar cambios en el estilo de vida”, aclaró. Esta modificación, aunque parezca mínima, tiene un potencial enorme en términos de salud pública. Según los datos presentados en el marco del nuevo consenso, estos valores permitirían evitar al menos el 15% de los infartos y hasta el 18% de los ACV. La lógica es simple: cuanto más baja es la presión arterial dentro de un rango seguro, menor es la carga que sufre el sistema cardiovascular. El problema va mucho más allá del número en el tensiómetro. La hipertensión es una enfermedad que avanza en silencio. No da señales evidentes y cuando los síntomas aparecen, muchas veces lo hacen de forma abrupta y devastadora. Por eso, la detección temprana y el tratamiento adecuado son fundamentales. Sin embargo, en la Argentina hay una serie de obstáculos que dificultan el control efectivo de esta patología. “El problema es tan paradójico como preocupante. Ajustamos cada vez más el nivel normal de presión arterial sobre la base de estudios sólidos y consensos internacionales, pero en la práctica –especialmente en países como el nuestro– la hipertensión sigue siendo la principal causa de muerte por infarto, ACV y también por demencia. Lo más grave es que, pese a ser una condición fácil de diagnosticar y tratar, muchos médicos no toman correctamente la presión ni tratan a quienes deberían tratar. Si no fuera así, la hipertensión no sería un problema”, advirtió el neurólogo Conrado Estol. Señaló además que esta situación se repite todos los días en el consultorio, donde muchos pacientes que llegan por síntomas neurológicos presentan hipertensión no diagnosticada o mal controlada. Estrategias de tratamiento El nuevo consenso médico no se limita a establecer una cifra: también propone mejorar las estrategias de tratamiento dentro y fuera del consultorio. Se hace énfasis en el control domiciliario de la presión como herramienta clave, así como en la necesidad de personalizar las intervenciones según las características de cada paciente. Alejandro Andersson, director del Instituto de Neurología de Buenos Aires, explicó que la modificación consensuada entre las sociedades científicas se basa en metaanálisis recientes y consensos internacionales, como el del American College of Cardiology y la American Heart Association (AHA) de 2017. Según Andersson, esta actualización tiene un impacto directo en la prevención. A la vez, el especialista citó el estudio SPRINT (realizado con más de 9000 adultos mayores de 50 años con presión alta y riesgo cardiovascular) publicado en 2015, como una de las evidencias claves para este cambio: “Ese trabajo demostró que mantener la presión por debajo de 130/80 reduce significativamente los eventos cardiovasculares mayores y la mortalidad por cualquier causa”. Además, destacó que valores considerados previamente como “alta-normal” (130–139/85–89) ya duplican el riesgo de ACV en personas mayores y triplican la probabilidad de insuficiencia cardíaca en poblaciones vulnerables. Respecto de los riesgos concretos de mantener una presión de 14/9 en lugar de 13/8, Andersson fue claro: “Se incrementa el riesgo de infarto por daño progresivo al endotelio vascular. También aumenta la probabilidad de sufrir un ACV, ya sea isquémico o hemorrágico, y se acelera el daño renal y ocular, muchas veces sin síntomas”. A esto se suma una preocupación creciente en neurología: “La hipertensión mal controlada está cada vez más asociada al deterioro cognitivo, la demencia vascular y la enfermedad de Alzheimer”. Por eso, Matías Baldoncini, integrante del Servicio de Neurocirugía del hospital Petrona Villegas de San Fernando, señala la importancia de los controles frecuentes, incluso con tensiómetros digitales, especialmente en personas con antecedentes familiares, ya que se trata de una enfermedad silenciosa. Martes, 20 de mayo de 2025
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