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» Amanecer
Fecha: 21/05/2025 02:02
Un nuevo hecho de vandalismo rural generó conmoción en la comunidad de Campo Kaufmann, donde delincuentes robaron y causaron destrozos en el edificio del ex CER (Centro Educativo Rural), cerrado desde septiembre de 2024 tras la jubilación de su última cocinera. Desde ese momento, la escuela ya no tenía matrícula de alumnos y quedó deshabitada. La situación fue denunciada públicamente por Olga Oviedo, ex alumna y ex docente tanto de la escuela de la Brigada como del CER de Campo Kaufmann. En declaraciones a los medios, Oviedo expresó su profundo dolor por lo sucedido y denunció la inacción de las autoridades ante reiterados pedidos para proteger el edificio. «Se conformó un grupo de vecinos para solicitar un destacamento de la Guardia Rural Los Pumas. Se hicieron las gestiones ante la Dirección Regional de Educación, el intendente de Romang y el senador departamental, pero todo fue en vano. Nos dijeron que no había personal», relató Oviedo. Frente a la negativa, la comunidad propuso desarmar el edificio para reutilizar materiales como puertas, ventanas, rejas y chapas, con el fin de evitar que el lugar quedara abandonado. «Pero nadie hizo nada, y ahora es tarde. Robaron todo, destrozaron todo. Es una pena que duele profundamente», lamentó. El inmueble, ubicado sobre un camino comunal poco transitado, quedó vulnerable y sin resguardo. «Antes estaba hermosa la escuela, ahora parece que pasó la guerra por ahí», describió Oviedo con tristeza. Aunque la policía actuó de oficio y logró recuperar algunos elementos sustraídos, el daño estructural y simbólico ya estaba hecho. Oviedo también advirtió que esta situación no es un caso aislado. «Muchas escuelas rurales están sufriendo lo mismo: la de La Diamela, la de Campo Moschén… en estas hasta las chapas se llevaron», denunció. La comunidad apunta a la ausencia de respuestas por parte de la clase política y de las autoridades educativas de la Región II, a quienes acusan de haber ignorado los reclamos preventivos. “Queríamos darle otra utilidad a la escuela, convertirla en un destacamento para proteger la zona, pero nos negaron todo. Por esas malas decisiones, la escuela quedó arruinada, a la deriva”, concluyó Oviedo. El caso reabre el debate sobre el abandono de las escuelas rurales y la falta de políticas de resguardo para edificios educativos en desuso, en zonas cada vez más expuestas a la inseguridad y el vandalismo.
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