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Parana » Asdigitalnews
Fecha: 08/05/2025 23:13
Después de pasar la infancia en la parte meridional de Chicago, una de las zonas más deprimidas de la ciudad, se ordenó como sacerdote en 1982 a los 27 años. Más tarde, se doctoró en derecho canónico en la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino en Roma. En Perú, adonde llegó a mediados de los ochenta por primera vez, fue misionero, párroco, profesor y obispo (entre 2015 y 2023). Su desempeño como misionero era algo que su predecesor, Francisco, valoraba especialmente. En el país andino lo recuerdan como un sacerdote siempre dispuesto a visitar las comunidades más pobres. "Podemos ser una iglesia misionera, una iglesia que tiende puentes, siempre abierta a recibir a todos, como en esta plaza, para acoger a todos con caridad, diálogo y amor", dijo ante la multitud congregada de la plaza de San Pedro, que estalló entusiasmada cuando unos 20 minutos antes vio la fumata blanca. Prevost también se acordó de los feligreses de su antigua diócesis de Chiclayo. Es de esperar que la insólita mezcla de ambas herencias, la de la Iglesia estadounidense y la latinoamericana, sea una de las claves que distinga su pontificado. Habla español e italiano, como demostró este jueves durante su primera intervención como Papa, en la que renunció al uso del inglés. Hasta la muerte de Francisco, ocupó uno de los cargos más influyentes del Vaticano, donde era conocido como "el yanki latino": era prefecto desde 2023 del Dicasterio de los Obispos. Ese puesto, que incorpora el encargo de escoger a los obispos, es un punto de observación inmejorable para seguir de cerca los cambios en la Iglesia Católica por todo el mundo. En una entrevista con la web oficial de noticias del Vaticano, declaró que entendía el obispado como un trabajo que en ningún caso es el de "un pequeño príncipe sentado en su reino". Su nombramiento se interpreta como una continuación del talante reformista de su antecesor. Se prevé que continúe con algunas de las políticas de Francisco, aunque no comparte su personalidad abierta y extrovertida. Quienes lo conocen bien (y lo llaman Bob, a secas) destacan su afición por el tenis y lo definen como un hombre discreto y reservado, que sintió la llamada del sacerdocio por influencia de su padre, Louis Marius Prevost, de ascendencia francesa e italiana, y catequista. Su madre, Mildred Martínez, era una bibliotecaria de procedencia española.
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