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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 05/05/2025 14:51
Star Overdrive, de Caracal Games. Creo que ya sobran las palabras para definir a The Legend of Zelda: Breath of the Wild (2017) como una obra disruptiva: aquel videojuego que inició la etapa de la Nintendo Switch y fue un éxito arrasador tanto para Nintendo como para Zelda. Sin embargo, es al día de hoy que seguimos viendo las repercusiones e influencias que tuvo este videojuego en el resto de los estudios de desarrollo y cómo pueden empezar a aplicar sus enseñanzas en otro tipo de experiencias. Star Overdrive es en concepto lo que acabo de mencionar. ¿Cómo un estudio independiente puede hacer su Breath of the Wild? Con diferenciales. Caracal Games se esfuerza por proponer un videojuego de ese estilo con condimentos propios y, si bien considero que algunas ideas lucen por su autenticidad, no terminan de tener el tiempo de desarrollo para poder ser disfrutadas. Star Overdrive, de Caracal Games. El videojuego se desarrolla en el espacio, donde nuestro protagonista Bios tiene que bajar al planeta Cebete para tratar de rescatar a una persona que envía una misión de socorro. Al momento de llegar, nuestra nave queda averiada pero tenemos dos objetos que nos acompañarán a lo largo de la aventura: una Keytar, instrumento musical que sirve para atacar y combatir; y un Hoverboard que sirve para deslizarnos al mejor estilo Volver al Futuro por todo el planeta. En ese aspecto, intentar hacer un juego similar a Breath of the Wild es un concepto logrado. El mapa se siente grande, hay diversos puzzles a resolver, la exploración es simpática y cada habilidad nueva se desbloquea en una especie de mazmorra como los santuarios de la ya nombrada experiencia de Nintendo. A mi parecer, los problemas empiezan a aparecer cuando le dedicamos tiempo al juego: el mapa se siente grande, pero no vivo. Hay muchos puzzles pero la mayoría son sólo para introducir una mecánica; la exploración es simpática pero el juego no tiene tanto contenido como para querer perderme en su mundo. Todo se siente como una gran buena idea que quedó en el camino. Star Overdrive, de Caracal Games. En cuanto a la exploración, hay un detalle importante a tener en cuenta: al poder hacerla mediante el Hoverboard, la idea del juego es mezclar conceptos de skating e ir haciendo trucos en el aire lo cual te da impulso y te permite ir más rápido. Por momentos, se siente como si Tony Hawk’s Pro Skater apareciera en el mundo de Breath of the Wild. Acá es donde retomo la idea de autenticidad: es difícil que se te ocurra mezclar esos dos conceptos y al hacerlo es divertido. Creo que si la propuesta se hubiera centrado en una sola cosa y hubiera aprovechado estas bondades en vez de querer hacer una odisea grandilocuente, funcionaría mejor. La estructura es básicamente la misma durante toda la experiencia: nos invitan a recorrer el mundo para ir activando ciertos interruptores, y cuando ya lo hemos hecho, podemos acceder a una mazmorra que nos facilita una nueva habilidad. Las habilidades son de lo mejor del juego; muy influenciadas por Tears of the Kingdom, proponen una versatilidad que hace que las físicas sean buenas y la posibilidad de resolución de puzzles sea amplia y robusta. Es un poco tedioso que el proceso de una experiencia bastante corta sea tan repetitiva y no haya mucho tiempo de post game ni contenido para disfrutar: todo parecería ser un gran tutorial para una experiencia que nunca llega. Por otro lado, esto no le saca valor a las habilidades que están muy bien logradas. Star Overdrive, de Caracal Games. El apartado del combate es menor respecto a lo que representa esta experiencia. Para dar una idea, no es lo más importante de las peleas contra jefes tampoco. Un combate muy orientado al género hack ‘n slash que nos recuerda más a lo que puede ser Hi-Fi Rush que a juegos como The Legend Of Zelda. No está mal, y suma bastante para ser un aspecto menor de la experiencia, aunque me hubiese gustado que hubiera muchos más enemigos en el mapa y que sean diferentes ya que no hay tanta variedad. Lo que sí son genuinamente muy buenos son los enfrentamientos contra los jefes. También escasean, pero los pocos que hay son espectaculares, grandilocuentes y muy entretenidos de jugar ya que apelan mucho más a la mecánica del skate y a la intención de buscar una falla que al combate. Resultan momentos divertidos que marcan un antes y un después en la experiencia y es, en general, lo que más satisfecho me ha dejado a la hora de jugar Star Overdrive. Star Overdrive, de Caracal Games. También hay una progresión en las habilidades y el Hoverboard puede modificarse, permitiendo muchas veces con eso deslizarse sobre nuevas superficies. La realidad es que ninguna de las dos mecánicas me resultaron trascendentales para la aventura ni para la experiencia y por momentos se sintieron mucho más accesorias que otra cosa. En esto es donde más percibo la falta de desarrollo de las ideas: hay un montón de cosas sobre la mesa pero no tenemos tiempo para comer nada. Star Overdrive no es una mala experiencia y específicamente la recomiendo para quienes se hayan quedado con ganas de más Breath of the Wild o quienes no tengan Nintendo Switch y quieran degustar de una experiencia medianamente similar en otra plataforma. Sin embargo, hay varios factores que me parece podrían haber funcionado mucho mejor en otro contexto, con más desarrollo y con más producción. 6 Ideas sin tiempo Con buenas ideas pero una ejecución que no termina de convencer, Star Overdrive es una experiencia con puntos positivos y negativos para quienes busquen disfrutar de un mundo abierto como Breath of the Wild. Revisado en Nintendo Switch Plataformas: Nintendo Switch PC PlayStation 5 Xbox Series S Xbox Series X
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