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  • Empalme Graneros: un barrio que sufrió 17 inundaciones y cuenta con la vecinal más antigua del país

    » El Ciudadano

    Fecha: 03/05/2025 10:20

    Por Ana C. Berdicever Por 1885 llegaron a Empalme Graneros los primeros pobladores cuando era un desierto, un bañado. En 1900 comenzaron los primeros loteos y los primeros caseríos. En 1888 junto con el crecimiento de ese nuevo barrio de trabajadores, comenzaron las primeras inundaciones, tuvo 17 en total. En 1921 un grupo de vecinos empezó a defender el lugar y apropiarse: se creó la primer escuela, la número 456 en un galpón de un almacén de ramos generales. En el mismo año, los anarquistas peleados con la sociedad fomento hacen 5 vecinales en todo el país. Una de ellas la vecinal de Empalme Graneros que desde 1923 quedó trabajando ininterrumpidamente. Es la vecinal más antigua del país. La historia de Osvaldo Ortolani con el barrio es la historia de toda su familia, es por eso que en la biblioteca de la vecinal donde se ecneuntra sentado y relatando todo ese pasado se respira ese amor y esa pasión por el lugar. Hoy son seis generaciones. Él es la cuarta y la siguen su hija y su nieto. Foto: Juan José García- Biblioteca Mariano Moreno. Vecinal Empalme Graneros “Mirá que curioso: los anarquistas con la gente de la Iglesia. En realidad es una cuestión familiar es que toda esa era mi familia. Mi bisabuelo fue el primer poblador de la zona, no era que tenía mucho terreno, tenía 13 hectáreas, 14 hijos y sembraba alfalfa”, recuerda. La hectárea que estaba más en el centro de Empalme se la cedió a la Biblioteca Popular Libertad: en ese lugar se crean los primeros dos clubes. Debido a la revolución Bolchevique- Rusia, 1916, golpe de Estado con el que los bolcheviques, liderados por Vladimir Lenin, derrocaron al gobierno provisional e instauraron un gobierno socialista de tipo soviético- , un grupo hace una interna. Se separaron y fundaron otro club, el club Reflejos (eran 50 y la historia universal se reflejaba allí, relata Osvaldo). El otro continuaba siendo el club Libertad con la biblioteca y actividades recreativas. “Falleció mi abuela y mi nono se había venido abajo. Y yo acompañe a mi abuelo en su vivienda de la casa de delante. De los tres hermanos, fui yo a dormir con él todas las noches. Y me contaba muchas historias, charlábamos mucho. Mi papá se recibió de profesor Educación Física, primera generación de la carrera y armó una cancha de fútbol. Todo en el barrio. Yo tenía un negocio que me iba muy bien, llegó la inundación, la última (1986) y perdí todo”, recordó con puntos de inflexión su vida. ¿Por qué se llama Empalme Graneros? Empalme Graneros debe su nombre al ramal ferroviario que a partir de 1891 permitió unir el Ferrocarril Central Córdoba y Rosario con los graneros ubicados sobre el río Paraná, pertenecientes a las principales firmas cerealeras del país. Un barrio que sufrió 17 inundaciones “La inundación es democrática, nos llevaba todo, a los que tenían mucho les llevaba mucho y a los que tenía poco, les llevaba lo poco que tenían”, dijo y rescató que la inundación de 1986 fue la más drástica y la que más daños causó. Tras una inundación todo cambia: la forma de pensar, de actuar, de vivir. Empalme Graneros sufrió los daños irreparables que causan las inundaciones. El barrio enfrentó 17 inundaciones a raíz de las crecidas del arroyo Ludueña, que durante un tiempo se llamó Salinas. La inundación de 1986 afectó a siete barrios y miles de rosarinos fueron evacuados. El desborde del Ludueña anegó durante tres días las calles y las viviendas de Empalme, hubo vecinos que permanecieron en los techos y otros se mudaron a los terraplenes del ferrocarril. Barrio unido y una vecinal aguerrida Virginio Ottone, militante del partido comunista llegó para quedarse a Empalme, para ayudar y también con aporte del cura Agustín Gullían. Estuvieron más de 30 años viviendo en Empalme. Osvaldo recuerda a Domingo Polichiso, otra persona importante en lo que fue el empuje del barrio. Ambos llegaron al barrio en la misma época, al final de los años 50´, ambos se atrincheraron, cada uno en su propia fortificación , uno en “su” iglesia, el otro en “su” vecinal, porque la sintieron así “su iglesia”, “su vecinal”, como parte de su misma carne, escribió hace un tiempo Ortolani en la página de la vecinal. “Se enamoraron del lugar, dejaron de lados las ideologías; el enemigo es el que no hace”, enfatizó Osvaldo contando cómo la vecinal tomó nuevo impulso. También reflexionó que las vecinales envejecen porque envejece el conjunto. “No hay reposición humana”, dijo y por eso al igual que clubes de barrios, vecinales y centros de jubilados van desapareciendo de la ciudad. La inundación más grande que sufrió el barrio comenzó el 24 de abril de 1986. A partir de ese año nació la comisión, fue la expresión Nunca Más Inundaciones (Nu.Ma.In) que continúa activa hasta el día de hoy explicó Ortolani, sin asambleas permanentes y siguen “porque esto no se termina nunca, si seguimos aumento la velocidad de escurrimiento, la ciudad crece y seguimos impermeabilizando, dentro de la cuenca vienen más agua y más rápido”. Ortolani era colaborador y Ottone lo fue a buscar. Por su empuje y emprendimiento que venía ya dentro de su legado familiar. Allí fue cómo se constituyó con los años en presidente de la vecinal. Bañados del Ludueña La civilización se hace en bañados, se lotea cerca del arroyo cuando está seco. “Los loteos fueron autorizados con el arroyo seco, pero fueron loteados encima. La zona marginal era barata”, explicó de forma resumida el porqué de la zona inundable. “Lotearon los bajos, en dichos loteos de la zona norte se pueden observar cómo el arroyo está abajo”, enumera de cómo se fue construyendo Empalme y siguió: “Estamos en llanura todo arroyo de llanura desborda, ¿cómo se hace la defensa?: se entuba”. “Primero la siembra directa impermeabiliza suelo, el problema es que llueve son 70 mil hectáreas, llueven 100 milímetros tenemos 70 millones de litros que tienen que pasar por acá. En el ’86 el pico de crecimiento tardo cuatro días en venir, no sabíamos nada, lo aprendimos después. Aprendimos la velocidad de escurrimiento”, indicó Osvaldo. El barrio de zona noroeste fue el más perjudicado ya que en algunos sectores del barrio el agua superaba los 50 centímetros debido al terraplén del Ferrocarril Belgrano que impedía su escurrimiento. Se construyó el primer aliviador I y II y se hace una represa. “En ese momento ya no había laguna por lotear”, se enoja Osvaldo. En el año 2016 finalizó la obra del aliviador III. “Uno está por calle Juan B. Justo, otro por Olivé y el otro por Génova todos desembocan en avenida de los Trabajadores en el arroyo Ludueña”, señaló. Los aliviadores funcionan por pendientes. Cuanto más pendiente más velocidad de escurrimiento, más capacidad de absorción. “Aumenta la velocidad de escurrimiento tiene más caudal, cuando el río está alto, esa pendiente no existe, absorbe menos. ¿Solución? Para Ortolani, con toda su historia y conocimientos, la solución para evitar las inundaciones -que son cíclicas y se dan cada 20 años- es construir cuatro represas respetando la traza del arroyo Ludueña. Las represas hay que construirlas agua arriba, según explica Osvaldo. “Si hoy se inundó, se va a inundar de nuevo”, opinó Ortolani y aseguró que lo que inunda no es la lluvia, es la crecida que se puede prever. “Hay obras muy importantes, pero estas obras para hace 20 años servían, hoy no; el crecimiento demográfico hacia el oeste impermeabiliza suelo, esa agua tiene que ir a algún lado y con esa velocidad de escurrimiento los tubos quedan chicos, por eso hay que hacer represas”, indicando que podría llegar a haber futuras inundaciones en la zona. “Dentro de dos años estamos en el ciclo, esto es un cuento de nunca acabar”, soltó más resignado ante las falta de políticas hídricas que apocalíptico. Un barrio en pleno crecimiento Empalme Graneros cuenta con 45 mil vecinos y una fuerte actividad comercial, sobre todo por calle Juan José Paso con más de 300 locales comerciales, es la galería a cielo abierto más grande que tiene la ciudad. Es un populoso barrio de la zona noroeste de la ciudad fue siempre el bastión del peronismo rosarino. Allí el PJ se hizo fuerte históricamente Es un barrio industrial y comercial. La comunidad Qom se asentó en este barrio a partir de la década de 1960, con un flujo inmigratorio de ida y vuelta desde el Chaco. En la vecinal se cambiaron los paradigmas de la gerontología moderna “Cuando había movilizaciones hasta el perro venía, éramos 15 mil personas y con asambleas que eran los miércoles a las 20 horas. La mayoría eran personas grandes, éramos 150 en las asambleas y veníamos todos”, explica Ortolani. “¿Por qué los viejos?, el viejo no tiene revancha ante la inundación, lo primero que se lleva la inundación son los recuerdos. Guardan papeles y fotos 30 años y se les mojó todo, empezaron a tomar un porqué de vida. Todo ese grupo humano priorizó dejar un legado”, relató. Con el grupo de adultos mayores, la vecinal empezó a entender de la vejez, expectativa de vida, la mortalidad subió por 20. Empezaron los talleres, sin siquiera estar la palabra taller instaurada en la modalidad de enseñanza. Empezaron a fomentar clases de gimnasia a partir de un profesor de gimnasia que estaba en Pami, se creó un taller de teatro, un centro de alfabetización para personas de más de 65 años. Todo eso se pudo proyectar la experiencia en todo la provincia. “La Provincia lo tomó y también se llevó a todo el país. Desde Pami Rosario salieron las políticas gerontológicas que se dieron en el mundo y salió acá en la vecinal por una necesidad«, aseguró.

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