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» La Capital
Fecha: 01/05/2025 09:06
Newell's hace nueve partidos que no pierde, lleva cuatro encuentros sin sufrir reveses ni goles en el Coloso, y desde ese orden se anima a soñar. El técnico rojinegro pudo hallar lo que Newell's más necesitaba. Dio muy rápido en la tecla. Apenas arribó al Parque detectó las principales fallas, y actuó en consecuencia. Con astucia y criterio. Sin caer en ambiciones desmedidas. Otorgando orden y seguridades atrás, transmitiendo y multiplicando la confianza en el flanco interno, logró sacar al equipo de la tormentosa senda de los tropiezos y los golpes inoportunos. De esa manera, el entrenador le impregnó una mayor dosis de solidez colectiva que resultó crucial y le permitió dejar de perder. Con esa nueva impronta, a la que arribó a puro empuje y esfuerzo, tras el gran triunfo del martes sobre Huracán en el estadio Marcelo Bielsa, el conjunto leproso alcanzó nueve cotejos seguidos sin perder, y en ese lapso acumula cuatro partidos sin sufrir reveses ni goles en el Coloso. Desde esa plataforma de reconstrucción, desde ese orden defensivo que está contagiando bondades en el resto del funcionamiento colectivo, este Newell’s reconoce sus limitaciones desde los discursos y desde los planteos, y se anima a apostar a su valentía, su entrega, y a su oportunismo en el área rival para conseguir cosechas que siempre le sirven para sumar en positivo. Las señales positivas de Newell's Los dirigidos por Fabbiani lograron forjar estas señales de mejoras en el trayecto de mayor exigencia en el torneo, ante los rivales más encumbrados, y ese reposicionamiento, ese volver a creer, ese volver a confiar, le permitió como efecto colateral trepar en la tabla y ahora arriba a la previa de la última fecha de la fase de grupos con la chance de poder conseguir un boleto para clasificar a los octavos de final de esta competencia. Esa lucha asomaba como algo impensado hasta hace muy poco tiempo atrás. Parecía una disputa ajena, una mesa que parecía servida socarronamente para otros. Otra vez. Y, en ese aspecto, radica una de las mayores virtudes del ciclo que conduce el Ogro en el parque Independencia. El DT consiguió una curva de crecimiento, de rebeldía, y revitalización que se reflejó en resultados positivos, y lo llena de esperanza e ilusión de cara al choque decisivo de este viernes, a las 15.30, ante Racing en Avellaneda, por la 16ª y última fecha de la primera ronda, en la que deberá ganar y esperar otras combinaciones de resultados en otras canchas que terminarán definiendo su suerte en esta etapa del torneo. Newell’s irá al Cilindro con la moral por las nubes, conociendo mejor que nadie sus debilidades y apostando a aprovechar sus fortalezas, para tratar de seguir haciendo camino en el Apertura. La fórmula del Ogro Fabbiani Fabbiani conocía muy bien lo que demandaba el preocupante tablero de situación que había en su arribo. En su primera conferencia de prensa, en su llegada a la entidad rojinegra, evidenció que los primeros diagnósticos y la dirección de sus búsquedas iniciales estaban muy bien rumbeados. Ante los medios de prensa, el DT confió que "en esto, todo siempre depende de los resultados. La idea es básica es dejar de perder. Un equipo ordenado, gana partidos. Ese será nuestro rumbo". De esa manera, sin prejuicios, sin dobles mensajes, expuso la principal problemática que sometía al equipo, y los posibles canales para forjar una reacción. Esa destacable remontada, en medio del certamen, se cimentó primero en factores anímicos que derivaron en mejoras futbolísticas, pequeñas pero constantes, que ahora lo colocan en un escenario de expectativas muy diferente. Ganado por méritos propios. Leer más: Holan y Fabbiani con campañas casi gemelas Pésimo inicio de Soso Vale recordar que, bajo la conducción de Mariano Soso, el anterior técnico, Newell’s perdió cinco de los seis primeros cotejos en el torneo. Sólo obtuvo tres puntos de 18 posibles. En ese tramo, cayó derrotado de local 2-1 en el clásico con Central. Esa producción, tan pobre, tan exigua, desembocó en la salida del DT y del manager Rubén Capria, y conspiró contra las chances leprosas en este certamen. Hoy todavía el equipo está luchando contra las tremendas consecuencias de ese arranque tan flojo, tan condicionante. Desde que llegó el Ogro al Parque, todo cambió. El equipo cambió de paso y ahora todo está envuelto en un halo positivo. Hace nueve encuentros que no pierde, que incluyen cinco victorias (incluida la clasificación ante Kimberley por penales a la siguiente ronda de la Copa Argentina) y cuatro empates. En ese marco, hay que destacar que hace cuatro partidos que no cae ni recibe goles en el Coloso. Recobró fuerzas en su propio terruño, ante su gente, algo que parecía perdido entre tantos intentos y pasos en falso de las gestiones de los entrenadores anteriores. Ahí, se inscriben el reciente triunfo 2-0, ante Huracán, por la 15ª fecha; el empate 0-0 con Argentinos por la jornada 13ª, la gran victoria sobre Boca, 2-0, por la 11ª fecha, en la que fue la mejor performance del año; y la igualdad 0-0, ante Belgrano por la 9ª jornada. Desde esas certezas y seguridades, apoyadas en un orden que fue recobrando de atrás hacia adelante, el Newell’s del Ogro nunca se salió de su carril y llega a la última recta de la etapa de grupos con posibilidades de poder pasar de instancia. Quiere seguir haciendo ruido y protagonizando más sorpresas en su zona.
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