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  • Las redes construyen realidades de acuerdo a los gustos de cada persona

    » Elterritorio

    Fecha: 27/04/2025 08:00

    Los algoritmos registran cada movimiento en internet para optimizar las plataformas y ofrecer respuestas instantáneas en base a los datos recopilados domingo 27 de abril de 2025 | 6:05hs. El profesional destacó que cada clic aporta información al ecosistema digital. El tiempo que pasamos en una red social. El “like” que damos a alguna foto. El comentario que hacemos sobre alguna publicación. Lo que compramos en algún sitio de Internet. El dinero que transferimos a través del homebanking o de alguna billetera virtual. El lugar que buscamos en el GPS y hasta la foto que nos sacamos en algún viaje. Todo, absolutamente todo queda registrado en alguna base de datos. ¿Dónde se guarda esa información? ¿Para qué sirve? ¿Cómo funcionan los algoritmos que se activan cada vez que interactuamos con alguna plataforma? ¿Están diseñados para mantenernos cautivos de sus pantallas? Hay muchas preguntas sobre cómo funciona ese mundo que se mueve detrás de cada dispositivo tecnológico y por eso El Territorio entrevistó a un experto en la materia. Se llama Rafael Belloni, es licenciado en Sistemas de Información y trabaja en el universo de la ingeniería de datos, por eso conoce el funcionamiento interno de las redes sociales y de las múltiples plataformas virtuales que hoy usamos para todo lo que podemos hacer desde el celular o la computadora. “Las redes sociales y las aplicaciones están diseñadas para que los usuarios pasen en ese lugar el mayor tiempo posible. Son un producto más del mercado. Y sus creadores lo hacen pensando un modelo de negocio es decir algo que de ganancia. Por lo tanto, la idea es que cuanto más gente la use y cuanto más tiempo la gente pase conectada a esa red, ese negocio funciona mejor”, explicó el licenciado Belloni. Seguidamente dijo que “para que la persona siga estando en esa red social y consumiendo lo que allí se muestra, hay ciertos algoritmos que generan un ecosistema virtual amigable a ese usuario para que siga estando ahí, porque es la fórmula para tener a la gente enganchada. El tiempo que mirás una foto, los ‘likes’ que das a determinadas publicaciones y hasta lo que envías por mensaje privado. Todo queda guardado en bases de datos desde donde se puede tomar esa información para construir una realidad de acuerdo a los gustos de cada persona”. Asimismo, el especialista en Sistemas de Información destacó que detrás de cada red social o de cada aplicación que usamos en el celular hay una infraestructura tecnológica que se hizo con un lenguaje de programación determinado y que usó una base de datos específica. “Una base de datos es donde se guardan los archivos que se generan. Por ejemplo, cuando una persona empieza a usar esa red o esa plataforma, lo primero que hace es crearse un usuario y esa información queda guardada. Luego, cuando ese usuario empieza a moverse dentro de la red, todo lo que hace también queda registrado. Toda esa información queda guardada en una base de datos y con ellos se alimentan los algoritmos”. Cuanto más rápido mejor “En sistemas es muy común el término optimización, porque un mismo proceso puede hacerse en una hora o en cinco minutos. Pero si logramos hacerlo en un minuto es joya. Y si lo logramos hacer en 30 segundos, mejor todavía. Y eso es mejorar el nivel de optimización que al mismo tiempo en mejorar la calidad del sistema”, sostuvo el profesional. Entonces puede suceder que al estar tanto tiempo en contacto con celulares y computadoras nos acostumbremos a que todo funciona con un clic y que todo se puede lograr rápidamente. Casi de manera instantánea y sin demora. Porque así funcionan los sistemas. Pero la vida real y las personas de carne y hueso no funcionan así. Ante la consulta sobre si es posible que el excesivo uso de pantallas genere personas más ansiosas, el licenciado Belloni respondió que no puede dar una opinión profesional en materia de ansiedades porque no es su campo de estudio. “A juzgar por lo que veo en lo cotidiano creo que efectivamente algo de eso pasa. Porque si una persona se acostumbra a estar mucho tiempo con un dispositivo que le de estímulos de manera inmediata, estas logrando dopamina de manera rápida. Y después en la vida cotidiana puede ser que eso nos ponga ansiosos o intolerantes al aburrimiento”. El algoritmo que tanto nos conoce “No es un mito. Es realidad. Cada vez que buscas algo en Google o en algún otro buscador como Safari, que es de Iphone, esa información se guarda y por eso después de una búsqueda te aparecen en redes sociales o en las páginas que visites, publicidades o información relacionada a esa consulta que hiciste previamente”, añadió Belloni. Y dio un ejemplo: “Quiero conocer las Cataratas del Iguazú y consulto sobre cuál es la mejor época del año para ese viaje. En los siguientes días voy a recibir todo tipo de avisos, recomendaciones e información relacionada a ese lugar. Y eso funciona así porque cuando aceptás términos y condiciones de uso, que es la letra chiquita que casi nadie lee, autorizás que se pueda usar la información que vos generas para recomendarte productos o servicios varios”. Seguidamente el profesional explicó que un algoritmo es una serie de pasos que se deben cumplir para llegar a un objetivo predeterminado. “Por ejemplo, cuando se hace una receta de cocina eso es un algoritmo, porque ponés determinadas medidas de ingredientes en determinados tiempos para cocinarlo a cierta temperatura para obtener un plato específico. En un algoritmo también pasa eso”. Por su parte, indicó que hay un momento de input en el que ingresa la información y posteriormente un output donde sale el resultado del procesamiento, que en el caso de la receta de comida sería el plato listo. En Instagram ese input sería los ‘likes’ las publicaciones, los mensajes por chat, lo que permanece en pantalla determinado tiempo, los contenidos más mirados de un usuario determinado. “El algoritmo toma toda esa información y con eso trabaja. Luego el output es la recomendación que le aparece a ese usuario y que obviamente será a medida de sus gustos”, puntualizó el joven. De igual forma, Belloni acotó que el algoritmo es, en esencia, una serie de instrucciones finitas, ordenadas y bien definidas, escritas por un programador. Ahora también puede incluir inteligencia artificial. Y una vez hecho, va a funcionar siempre de la misma manera repitiendo una y otra vez los pasos para los que fue programado. “Y depende cuál sea el objetivo de la red o del negocio va a tener determinada información. No es lo mismo un algoritmo de Instagram que de Twitter o de una billetera virtual. Pero en esencia funcionan con una arquitectura similar. Depende de lo que quieras lograr vas a buscar los datos necesarios para llegar a ese objetivo”. Pensado para que sea de uso fácil Precisamente, Belloni también es coordinador en el Batallón 1 de Exploradores de Don Bosco, un espacio de la comunidad salesiana, donde está en contacto con niños y jóvenes y donde resuena la dificultad que tienen hoy muchos padres en poner límites al tiempo de uso de pantallas que hacen sus hijos “Lo del tiempo de los niños con el celular es todo un tema. Este año muchos padres que trajeron a sus hijos al Bata decían que era para que tengan una tarde de juegos con otros chicos y dejen de estar pegados al celular o a la computadora. Son chicos que tienen entre 9 y 11 años”. En ese sentido, dijo que una vez que un niño accede a un celular, “inmediatamente tiene acceso a todas las redes porque la mayoría de ellas son gratuitas. Además, los diseños de los celulares y de las aplicaciones cada vez están más orientados a lo intuitivo y por lo tanto rápidamente el niño aprende a usarlo”. Seguidamente dijo que “dentro del mundo de los sistemas de información hay un rubro específico de diseñadores de interfaces, donde justamente se trata de hacer que los usuarios tengan una experiencia de cada vez más fácil acceso y permanencia. Las interfaces son las pantallas que aparecen con todas las opciones de usos posibles, que se nutre de símbolos y colores que ya son reconocidos a nivel mundial. Por ejemplo, el símbolo del basurero para borrar o de la lupa para buscar. Es un lenguaje de comunicación que funciona así acá, en China o en cualquier lugar del mundo”. Según el entrevistado, frente a tanta accesibilidad y facilidad que ofrecen las pantallas a los niños y jóvenes, el desafío de los adultos es explicarles que esa ‘segunda calle’ que ofrece internet también tiene riesgos y peligros. “Que es necesario salir prevenido a transitarla y que por más atractiva que parezca la virtualidad hay una realidad fuera de las pantallas que es la vida misma y que por más avance tecnológico no podrá ser reemplazada”. Compartí esta nota:

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