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Concordia » Hora Digital
Fecha: 22/04/2025 12:37
Un estudio de la Clínica Mayo revela que las personas con este trastorno presentan reducción en interneuronas, lo que explicaría los tics involuntarios. Un nuevo estudio de la Clínica Mayo revela que las personas con Síndrome de Tourette tienen aproximadamente la mitad de células cerebrales de un tipo específico que ayuda a calmar las señales de movimiento excesivas, en comparación con las personas sin la condición. Este déficit podría ser una razón clave por la cual sus señales motoras no se regulan, lo que conduce a los tics involuntarios que definen el trastorno. Publicado en Biological Psychiatry, el estudio es el primero en analizar células cerebrales individuales de personas con el trastorno de Tourette. Los hallazgos también arrojan luz sobre cómo diferentes tipos de células cerebrales pueden interactuar de formas que contribuyen a los síntomas del síndrome. "Esta investigación puede ayudar a sentar las bases para una nueva generación de tratamientos," afirma Alexej Abyzov, Ph.D., científico genómico en el Centro de Medicina Individualizada de la Clínica Mayo y coautor del estudio. "Si podemos entender cómo se alteran estas células cerebrales y cómo interactúan, podríamos intervenir de manera más temprana y precisa". El Síndrome de Tourette es una condición neurodesarrollativa que generalmente comienza en la infancia. Causa movimientos y vocalizaciones involuntarias y repetidas. Casi 1 de cada 162 niños en los EE. UU. tiene síndrome de Tourette. Aunque los estudios genéticos han identificado algunos genes de riesgo, los mecanismos biológicos detrás de la condición siguen siendo poco claros. Para comprender mejor qué sucede en el cerebro con el Síndrome de Tourette, el Dr. Abyzov y su equipo analizaron más de 43,000 células individuales de tejido cerebral post-mortem de personas con y sin la condición. Se centraron en los ganglios basales, una región del cerebro que ayuda a controlar el movimiento y el comportamiento. En cada célula, observaron cómo funcionaban los genes y analizaron cómo los cambios en los sistemas de control génico del cerebro podrían desencadenar estrés e inflamación. En resumen, este estudio pionero proporciona avances significativos en la comprensión del Síndrome de Tourette, identificando un déficit en células cerebrales que podría ser la causa de los tics involuntarios característicos de la enfermedad. Los investigadores planean continuar profundizando en estos hallazgos para mejorar el diagnóstico y tratamiento de este trastorno neurodesarrollativo.
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