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  • “Es cierto; la tele nos ayuda a recordar lo que habíamos olvidado”

    Chajari » Chajari al dia

    Fecha: 16/04/2025 00:13

    Por El Loco del Tablón “¡Qué cosa!… Con tantos canales que hay en la tele es posible ver partidos de cualquier lugar del mundo, y además deportistas de distintas disciplinas que dejan asombrados”, dijo El Toto acariciando su gastada gorra. Es cierto lo que dice el amigo. Hoy hay varios canales exclusivamente de deportes, de manera que podemos ver de todo. Es increíble y además impensable hasta no hace demasiado tiempo. “Tenés razón Toto. Hoy miramos deportes que hasta hace poco no teníamos idea sobre como se jugaban ni con cuantos jugadores o jugadoras”, respondió el Abuelo. “También es cierto que nos recuerdan algunas curiosidades que, de otra manera, olvidaríamos”, agregó el veterano prendiendo un cigarrillo. “El otro día vi una nota que le hicieron hace tiempo a Hernán Da Graca. Allí me enteré que él, su padre y su abuelo fueron jugadores de Los Andes. Pero además, los tres fueron campeones. El abuelo, Manuel Da Graca, integró el equipo que ganó el ascenso a Segunda División en 1938. El padre, Abel Da Graca, fue jugador del equipo que logró el ascenso a Primera A en 1967, y Hernan Da Graca, el nieto del primero, fue parte del equipo que ganó el ascenso al Nacional ´B´ en 1994. Creo que no me equivoco si digo que éste es un caso único en el mundo. Abuelo, padre e hijo, en distintos momentos por supuesto, formaron parte del equipo del mismo club y además los tres fueron campeones… Sí; debe ser el único caso en el mundo”, dijo el Abuelo. Pablo Burtovoy. Atajó cinco penales. “Astroboy” le llamaban. Pensó un momento. “El Mundial de Fútbol del 74 se jugó en Alemania. No nos fue bien. En la primera fase Argentina jugó 3 partidos. Ganó 1, perdió 1 y empató 1. Logró 3 puntos. Perdimos 3-2 con Polonia, empatamos 1-1 con Italia y ganamos 4-1 a Haití. Pasamos a la segunda vuelta y allí terminó todo. Quedamos últimos en el grupo. Holanda nos ganó 4-1 y además nos dio un baile de aquellos. Después nos ganó Brasil 2-1. Y logramos un punto porque empatamos 1-1 con Alemania Democrática. Pero lo más curioso sucedió antes, en los partidos de práctica que realizaba la Selección. Lo de Rosario fue para el libro Guinness. Y digo esto porque un jugador, Tomás Felipe Carlovich, fue mirado de reojo porque jugaba demasiado bien y los volvía locos a los que iban a viajar a Alemania”, dijo. Y siguió. “La historia fue así. Un combinado formado de apuro en Rosario enfrentaría en un amistoso a la Selección. La primera cosa curiosa es que este combinado le ganó 3-1 a la Selección nacional. El equipo formado de raje en Rosario tenía cinco jugadores de Central; Biassutto, González, Mario Killer, Aimar y Kempes. Además sumaba cinco de Newell’s; Pavoni, Capurro, Zanabria, Robles y Obberti y completaba con uno de Central Córdoba, Tomás Felipe Carlovich. El técnico era Carlos Timoteo Griguol. Cuentan los memoriosos que al finalizar el primer tiempo, un allegado a la Selección nacional le pidió a Griguol que retire de la cancha a Carlovich. Finalmente, Griguol aceptó y este jugador no ingresó en el segundo tiempo. ¿Cuál fue el motivo? Carlovich, que fue leyenda en el fútbol del interior, la estaba rompiendo y los volvió locos con baile incluido a los defensores de la Selección. Eso posibilitó que la Selección nacional vaya al vestuario tras el primer tiempo, perdiendo 3-0. Era una vergüenza. Al final, en el segundo tiempo, y sin Carlovich en la cancha, lograron hacer el gol que salvó el honor. Pero los que representarían al país en Alemania perdieron 3-1 con un equipo formado de apuro y hasta hicieron sacar de la cancha al mejor. Pero perdieron igual y con milonga, corte y quebrada”, destacó a las risas. “Si Toto, la televisión nos permite ver mucho deporte y además recordar cosas que habíamos olvidado. Por ejemplo, el otro día vi un compendio de un partido que hizo historia. Se jugó en el fútbol europeo, que antes era casi desconocido para nosotros y ahora vemos los partidos en el momento en que se están jugando. Aquél partido se disputó por la Recopa 1963-1964. Jugaban el Sporting de Lisboa y el Apoel Nicosia de Chipre. Cierto es que por aquellos tiempos el fútbol griego estaba lejos de los mejores, pero este partido fue una catástrofe. A los portugueses los llamaban ´Los Leones´. En aquél partido de la Recopa, el Sporting de Lisboa le ganó 16-1 a los chipriotas. ¡Le metieron 16 goles!… ¡Una cosa de locos!… Fue algo que jamás se había dado y no volvió a repetirse”, narró. Prendió otro cigarrillo y siguió. “Días atrás vi parte del partido en que Uruguay venció a Brasil por la final del Mundial del 50, que fue lo que se llamó ´maracanazo´. Ese partido es inolvidable para Brasil, ya que pensaban que ganaban la Copa del Mundo sin problemas. Además, Uruguay no tenía apoyo de la Asociación de Fútbol de su país, aunque después se anotaron todos para la foto. Nadie creía en Uruguay, salvo los jugadores de la ´celeste´. Es que más allá del fanatismo brasileño y de la falta de razonamiento lógico del resto, Uruguay era un rival al que se le podía ganar de taquito. La selección uruguaya, al momento de disputarse el Mundial del 50, era una de las más laureadas del planeta, con una Copa del Mundo, ocho Copas de América, dos títulos olímpicos, y su juego llevaba décadas provocando la admiración de todos los aficionados del mundo. Ese fue el partido que mayor cantidad de público convocó a un estadio de fútbol. Hay quienes aseguran que en el Maracaná había alrededor de 180 mil personas. Otros dicen que el número era superior a los 200 mil espectadores. Todos vivaban a Brasil y se acordaban en términos indecibles de la madre de cada uno de los uruguayos. Afirman que cuando Uruguay ingresó al campo de juego, el capitán Obdulio Varela, ante el griterío ensordecedor, animó a sus compañeros diciendo: ´Muchachos, los de afuera son de palo´. El estadio terminó en silencio, porque Uruguay venció 2-1 a Brasil. El país dueño de casa, lloró la derrota y la llora todavía. Como decía, fue el partido que mayor número de espectadores convocó a un estadio. Fue también la mayor amargura de Brasil”, acotó. “Hay muchas cosas para recordar… Tiro la última por hoy… Fue en abril de 1998. Se disputaba el encuentro de vuelta por los octavos de final de la Copa Libertadores. Olimpia de Paraguay derrotó 1-0 a Colón de Santa Fe. El equipo ´Sabalero´ había ganado en la ida por 3-2, de manera que había que definir por penales. Allí surgió un héroe para el los hinchas del equipo santafesino. Ese héroe fue Pablo Burtovoy. Era arquero suplente, pero ese día jugó de titular. Los penales sirvieron para que este joven escriba su página más gloriosa. Le atajó el primero a Félix Torres, le atajó el segundo a Luis Monzón, el tercero a Paredes y el quinto al “Loco” González. A partir de ese día lo apodaron ´Astroboy´. Su carrera, después de eso, no deslumbró, pero nadie de Colón puede olvidar aquella jornada. Es que como dice el Toto, Con tantos canales que hay hoy en la tele, es posible ver de todo… La tele nos ayuda a recordar lo que habíamos olvidado”, dijo finalmente.

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