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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 01/04/2025 17:28
La joven embarazada rusa de 22 años, a punto de parir, que llegó al Hospital Zonal Ramón Carrillo de Bariloche junto a otras dos mujeres, de la misma nacionalidad, se pusieron muy nerviosas cuando los médicos le preguntaron dónde se alojaban. Tanto, que se retiraron y se fueron. La escena ocurrió el 21 de marzo pasado y destapó la inquietante actividad de un líder sectario nacido en Siberia en el sur del país. Ese fue el inicio de una ruidosa causa que crece con el pasar de las horas y que ya tiene 14 detenidos, entre ellos, el ruso Konstantin Rudnev, condenado a 11 años de prisión por abuso sexual en Rusia y apuntado por desaparición de personas en Montenegro, entre otros espantos. También fue arrestada su novia, Tamara Saburova. Las mujeres se fueron del centro de salud, pero volvieron horas más tarde, tal vez impulsadas por la emergencia del niño por nacer sin asistencia. Para ese entonces, ya las estaban esperando agentes de la PFA que vigilaban el sanatorio por pedido del fiscal federal Fernando Arrigo, quien había sido alertado por una denuncia realizada por uno de los médicos, a quien le llamó la atención la actitud de las tres mujeres. La embarazada dio a luz y quedó internada en el centro de salud, mientras sus acompañantes eran aprehendidas por los delitos de trata de persona sometimiento y falsedad ideológica. Sucede que intentaron cambiarle el nombre al recién nacido. Se trataba de S.K., nacida el 11 de enero de 1985, es decir, de 40 años, y N.B., nacida el 26 de junio de 1980 (44 años). Ambas de nacionalidad rusa. Tenían, además, el tiempo de permanencia en el país vencido, de acuerdo a los datos de Migraciones. Mientras las mujeres eran trasladadas para su correcta identificación, otras dos mujeres llegaron al hospital con el fin de interiorizarse del estado de la joven parturienta. Ellas resultaron ser V.Z., de 51 años, y L.A., también con pasaporte ruso. Ambas fueron dirigidas a la misma sede policial. El allanamiento de la PFA Por fin, los detectives de la PFA pudieron conocer el lugar donde las cuatro estaban viviendo: una cabaña el Kilómetro 6 de la Avenida Exequiel Bustillo, frente al Nahuel Huapi. Con la orden del fiscal, la allanaron. En ese lugar no incautaron nada, indicaron las fuentes. Sí secuestraron los celulares y computadoras que llevaban encima cuando fueron esposadas en el hospital. Poco más tarde, las cuatro mujeres fueron liberadas. Pero el juez Gustavo Zapata les prohibió la salida del país y retuvo sus pasaportes. Siguen atadas a la investigación que este jueves tendrá una definición sobre la situación de Rudnev y otros 13 detenidos este sábado en los aeropuertos de Bariloche y Buenos Aires. Las mujeres rusas detenidas junto al líder de una secta en Bariloche En cuanto a la vivienda, El Cordillerano puntualizó que había sido reservada dos días antes, es decir, el 19 de marzo y era pagada por día por dos mujeres que también serían de nacionalidad rusa. Una de ellas llevaba un rodete y tenía poco pelo. Según el sitio de noticias, usaron el servicio de internet satelital. El resto de los detenidos, entre ellos Rudnev, seguirán incomunicados. Tras una extensa audiencia realizada este lunes, el jueves se formalizarán sus imputaciones, indicaron fuentes del caso a Infobae. El caso Todo comenzó el 21 de marzo pasado, cuando un médico del Hospital Ramón Carrillo, ubicado sobre la calle Francisco Pascasio Moreno, denunció que había ingresado al centro de salud una embarazada rusa que alegaba 22 años de edad, identificada como E.M.. La chica estaba acompañada por otras dos mujeres. Konstantin Rudnev El médico remarcó que, al preguntarles por el grado de parentesco y el lugar donde residían, se mostraron sumamente nerviosas. Tanto, que las tres se retiraron del centro de salud. La situación alertó al profesional, quien intuyó que podría tratarse de un caso de trata de personas. Ante este escenario, la Fiscalía dispuso que se implante una “discreta vigilancia” sobre el hospital con el fin de detectar el regreso de las sospechosas. Y las mujeres regresaron. Fue cerca de las 19.30 del mismo día que E.M. apareció para dar a luz. Fue ingresada a quirófano, mientras sus dos acompañantes fueron aprehendidas luego del parto. En agosto de 2013, Konstantin Rudnev fue condenado a 11 años de prisión en Siberia, acusado de violar a sus seguidoras. Líder de su propia secta, Ashram Shambala, fundada a fines de los años ‘80 en Novosibirsk, se hacía llamar a sí mismo el “Gran Shaman Shri Dzhnan Avatar Muni”. Llegó a acumular cerca de 20 mil seguidores fanáticos, con ramas en varias partes de la ex Unión Soviética, de acuerdo a varios reportes de la época. Decía que él mismo era un dios de la estrella Sirio, un alienígena de poderes místicos. Comandaba orgías, en medio de una mezcla de yoga y esoterismo; sus discípulas danzaban desnudas a su alrededor en videos que fueron filtrados a la prensa. Finalmente, según The Telegraph, Rudnev, un ex militar, fue arrestado en 2010 con una bolsita de heroína en el bolsillo. Luego, lo condenaron. Le confiscaron ocho de sus autos, dos de sus casas, que fueron vendidos para resarcir a sus víctimas. Hoy, 12 años después de su condena, Rudnev está en una celda en Argentina, detenido en un inquietante caso de trata de personas. Cuando lo arrestaron, intentó cortarse la garganta con una navaja de afeitar que llevaba en su billetera.
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