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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 27/03/2025 02:33
En Argentina, el sistema previsional exige 30 años de aportes, lo que deja fuera a un gran número de trabajadores sin acceso a una jubilación completa (Pixabay) En el contexto de la seguridad social, los sistemas previsionales han diseñado mecanismos que buscan garantizar una vejez digna a quienes han contribuido de forma regular a lo largo de su vida laboral. Generalmente, estos sistemas exigen un mínimo de años o aportes que permiten asegurar un haber suficiente al momento de jubilarse. Sin embargo, la realidad de muchos trabajadores es que no alcanzan ese mínimo, ya sea por desempleo, periodos de inactividad o por haberse desempeñado en el sector informal, donde los aportes no se registran. Esta situación representa un desafío importante en países donde las condiciones laborales no son estables, situación que se refleja en varios países de América Latina. Un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), analizó qué soluciones ofrecen los diferentes países de la región para quienes se encuentran en esa situación. “En Argentina, el problema se agrava porque además de la baja cantidad de aportantes, se exige un piso estricto de 30 años aportados. La respuesta del Estado fue implementar moratorias, que permiten a los trabajadores regularizar su situación ‘comprando’ los años de aportes que les faltan”, indicaron desde el organismo. El caso argentino es ilustrativo de una realidad que se extiende a lo largo y ancho de América Latina. Los países de la región han optado por diversas alternativas para incluir a aquellas personas que, por distintas circunstancias, no lograron completar el total de aportes requeridos. Estas alternativas parten del reconocimiento de que, como sociedad, es inaceptable que las personas mayores queden desprotegidas, sin importar si aportaron de forma regular o no durante su vida activa. Las diferentes soluciones Entre las soluciones adoptadas por los países latinoamericanos, se encuentra la prestación no contributiva. Este mecanismo consiste en una ayuda social destinada a adultos mayores, la cual, a diferencia de una jubilación convencional, ofrece un monto inferior, pero cumple la función esencial de evitar que los individuos queden sin ningún tipo de ingreso. Con esta medida se busca equilibrar la necesidad de protección social y el incentivo para seguir realizando aportes. En la mayoría de los países de la región se ha optado por este modelo. La mayoría de los países de la región han optado por esquemas como las pensiones no contributivas (NA) Otra alternativa que se ha implementado es la jubilación proporcional. En este esquema, se permite acceder a una jubilación aun cuando no se haya completado el total de años exigidos. El beneficio se ajusta de manera proporcional a los años efectivamente cotizados, lo que resulta en un monto menor en comparación con una jubilación completa, pero al mismo tiempo reconoce la contribución realizada durante la vida laboral. Esta opción se presenta como una solución intermedia, que busca ser equitativa para quienes han trabajado y aportado de forma parcial. Además, existe la posibilidad de comprar los aportes de manera retroactiva. Aunque esta opción es menos frecuente, en los casos en que se permite, se exige a los trabajadores acreditar de forma fehaciente los periodos en los que trabajaron pero no realizaron aportes formales. Esta modalidad, aunque más compleja, ofrece una vía para subsanar deficiencias en el historial contributivo. De acuerdo con el estudio de Idesa, el 89% de los países de Latinoamérica ofrecen como solución la pensión no contributiva. Un 61%, en tanto, ofrece la jubilación proporcional y un 22% trabaja con compra de aportes. Es importante aclarar que algunos países tienen más de una forma de darle respuesta al problema. Por eso la sumatoria de los porcentajes no da 100%. Las alternativas vigentes en Argentina Tras el fin de la moratoria, en el país existen cinco mecanismos que permiten acceder a una cobertura previsional a personas sin aportes completos. Desde Idesa, resumieron las opciones disponibles: Prestación Universal para el Adulto Mayor (PUAM): Para personas de 65 años o más sin ninguna otra cobertura previsional. Requiere evaluación socioeconómica. Equivale al 80% de una jubilación mínima, y se ajusta por Ley de Movilidad. Incluye cobertura de PAMI y acceso a asignaciones familiares. No genera pensión por fallecimiento y es incompatible con un trabajo formal. Pensión No Contributiva por Vejez: Para personas desde los 70 años sin ninguna jubilación o pensión, propia o del cónyuge. También requiere evaluación socioeconómica. Equivale al 70% de una jubilación mínima. No tiene cobertura de PAMI (sino del Plan Incluir Salud) ni acceso a asignaciones sociales. Genera pensión por fallecimiento y es incompatible con la PUAM. Moratorias: -Ley 24.476 (2005): Permite acceder a una jubilación mínima contributiva, con evaluación socioeconómica. La deuda se descuenta de la misma jubilación. -Ley 27.705 (2023): Dirigida a personas en edad activa que no llegarán a los 30 años de aportes. También permite acceder a una jubilación mínima e implica una deuda a pagar mientras se está en actividad. Pensión por fallecimiento: Para cónyuges o convivientes o hijos menores/discapacitados de personas fallecidas que estaban jubiladas o habían hecho aportes al sistema. El monto es del 70% del haber que cobraba el fallecido (si ya era jubilado) o que le hubiera correspondido (si estaba en actividad), y no puede ser inferior a una jubilación mínima. Es compatible con jubilaciones o pensiones, salvo con otra pensión por fallecimiento.
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