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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 26/03/2025 12:50
Trump ha generado una maraña de tarifas de castigo, con idas y vueltas. Los castigados responden y se hace muy difícil planificar (AP) Los argentinos hemos probado en carne propia las consecuencias del intervencionismo. Quién no recuerda los años en que el trigo se deterioraba en los bolsones producto de una política interna que deprimió ficticiamente los precios. O más recientemente la necesidad de achicar la presencia de soja en los planteos, porque las retenciones obligan a cultivar otra cosa. Del mismo modo, la guerra de tarifas que inició Donald Trump y que luego siguieron otros países les está descompaginando la vida a los productores del hemisferio norte. Por cierto, los canadienses la están pasando peor que el resto. El objetivo de este artículo no es difundir detalles de la agricultura de este país sino comprender cuán nocivo es el intervencionismo en los mercados. Son tan importantes las deformaciones que introducen en el negocio global este tipo de medidas, que hasta pueden resucitar cultivos casi desaparecidos o condenados a una mínima expresión, como una salida al intríngulis que plantea el escenario. Por caso, Statistics Canada ha proyectado que la superficie cultivada con lino en este país disminuirá en 2025, pero debido a la incertidumbre comercial y arancelaria que rodea a la canola y al trigo, cada vez más productores se están comunicando con una procesadora de lino en Manitoba para hacerle preguntas sobre el cultivo. Muchos de ellos hace más de diez años que no han tenido contacto con él, pero están pensando en hacerlo. Para algunos productores canadienses, el lino puede ser una alternativa para escapar del castigo tarifario que sufren los cultivos de invierno de este país (INTA) En sus proyecciones de superficie cultivada, el organismo pronosticó 180 mil hectáreas de linaza para 2025, una cifra inferior a las 200 mil hectáreas de 2024 y significativamente menor que la cultivada históricamente con esta oleaginosa en el oeste de Canadá. AGCanada advierte que las estimaciones de StatCan se basan en encuestas a agricultores realizadas en diciembre y enero, mucho antes de que el presidente estadounidense Donald Trump desatara su guerra comercial contra Canadá, Europa, China, México y otros países. El caos arancelario, comercial y político ha sido catastrófico para los futuros de la canola y promete complicar lo que se paga por el trigo. Los precios de la oleaginosa han bajado entre 90 y 100 dólares por tonelada desde mediados de febrero, por lo que los agricultores buscan cultivos alternativos para sembrar esta primavera. Y el lino aparece sorpresivamente entre los postulantes. La oferta de lino venía en caída en Canadá, apenas 258 000 toneladas en 2024, siendo que en 2022 se habían generado 473.000 toneladas. Los precios de la linaza se han mantenido estables en los últimos meses, pero la incertidumbre del mercado y el caos arancelario pueden tornarlos volátiles. Y además las cosas no son del todo fáciles con este cultivo. Por caso, un productor necesitará lograr un rendimiento 40% por encima del promedio país para que el lino le resulte muy rentable en 2025. El control de malezas y el uso óptimo de fertilizantes, como los derivados de nitrógeno, fósforo y potasio, determinan el rendimiento. La canola canadiense reinaba en el mundo. Ahora ha caído en desgracia en medio de la guerra de tarifas, y eso afectó los precios en todo el planeta (INTA) No obstante, los agricultores de las Praderas –la zona núcleo canadiense- que nunca abandonaron del todo este cultivo y conocen la agronomía implícita, reportan rendimientos de ese orden, con lo cual el negocio fluye. El punto es que con la inestabilidad política y la incertidumbre en los mercados de materias primas, podrían ocurrir muchos cambios entre fines de marzo y la época de siembra. Los productores aceptarían dedicar algunas hectáreas al lino, o tal vez no. Imposible asegurarlo. De presente modesto, se cree que el lino tiene un futuro mejor por delante. El mercado de esta oleaginosa se valoró en USD 749,30 millones a nivel global en 2023 y se espera que alcance alrededor de USD 1625,65 millones para 2030, con una tasa de crecimiento anual compuesta de alrededor del 11,7 %. Existen dos tipos de plantas de lino: las que tienen flores blancas producen fibras ásperas y resistentes en comparación con las plantas con flores azules. Los productos del lino, que incluyen semillas, paja, fibras y tallos, se utilizan en diversas industrias, como la médica, la textil y la alimentaria. La fibra extraída del lino es relativamente flexible, brillante y suave, similar a la fibra de algodón. El trigo es el otro pilar del agro canadiense. También aparece complicado por posibles sanciones arancelarias de la Casa Blanca(Revista Chacra) El requerimiento de envases biodegradables en las industrias del embalaje está abriendo nuevas oportunidades de negocios para el lino. Se prevé que el segmento textil ocupe la mayor cuota de mercado mundial para 2030. En América del Norte, países como Estados Unidos constituyen el mercado más productivo para este cultivo. Como moraleja, el manejo de las rotaciones determina el esquema más adecuado para sostener la productividad de un suelo, pero la política mete la cuchara y puede generar alteraciones cuyas consecuencias se padecerán durante años. Les pasa a los canadienses y le puede tocar a cualquier otro agricultor del planeta. Sin ir más lejos, la guerra de aranceles que dejó a la colza/canola en medio del fuego cruzado es motivo de alta preocupación en Uruguay. Era el cultivo preferido para aumentar la siembra de invierno, pero ahora nadie sabe a qué carta quedarse.
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