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  • Francisco: “El arte es una necesidad del espíritu”

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 23/02/2025 05:18

    El Papa Francisco “En la oscuridad de la noche vuela un irisado fantasma. Sube y despliega las alas, sobre la negra, infinita humanidad. Todos lo invocan, y todos le imploran. Pero el fantasma se esfuma con la aurora para renacer en el corazón. ¡Cada noche nace y cada día muere!” (Giacomo Puccini, ópera Tuganot) Desde el Hospital Gemelli de Roma La siguiente es una Carta-homilía que el papa Francisco en días pasado dirigió a los artistas de todo el mundo desde el Hospital Gemelli de Roma. “Debido a la imposibilidad del Papa Francisco de presidir la Misa del Jubileo de los artistas en la Basílica de San Pedro, el 16 de febrero 2025 a causa de su hospitalización, el Prefecto del Dicasterio per la Cultura y la educación Cardenal José Tolentino de Mendonça, sustituyó al Pontífice y leyó su homilía. Artistas-testigos de una visión revolucionaria “En una abarrotada Basílica de San Pedro, el Prefecto recordó que Francisco les ha exhortado a ser testigos de la visión revolucionaria de las Bienaventuranzas (ver): “Su misión -dijo -no sólo es crear belleza, sino revelar la verdad, la bondad y la belleza escondidas en los pliegues de la historia, de dar voz a quien no tiene voz, de transformar el dolor en esperanza”. Artistas que señalan la dirección de la humanidad y un horizonte En la homilía que el Papa Francisco tenía preparada para la ocasión, recuerda que “…vivimos un tiempo de crisis complejas, crisis económicas y sociales pero sobretodo ‘crisis del alma’: Nos planteamos cuestiones sobre el tiempo y la orientación. ¿Somos peregrinos o errantes? ¿Caminamos con una meta o estamos dispersos deambulando?” y recordó que “el artista es quien tiene la tarea de ayudar a la humanidad a no perder la dirección y a no extraviar el horizonte de la esperanza”. “Veo en ustedes unos custodios de las Bienaventuranzas”, afirmó. Para el Papa, el “arte auténtico” es siempre un encuentro con el misterio, con la belleza que nos supera, con el dolor que nos interroga, con la verdad que nos llama. Es por ello que, en esta época en la que se levantan nuevos muros, en la que las diferencias se vuelven un pretexto para la división más que una ocasión de enriquecimiento mutuo, les invito a “construir puentes, a crear espacios de encuentro y de diálogo, a iluminar las mentes y a encender los corazones”. “Alguno podría decir…… ¿para qué sirve el arte en un mundo herido? ¿No hay quizá cosas más urgentes, más concretas, más necesarias?”. “El arte no es un lujo, sino una necesidad del espíritu. No es huida, sino responsabilidad, invitación a la acción, llamada, grito”, recuerda el Papa a los artistas. “Educar en la belleza significa educar en la esperanza de un mundo nuevo” “Y la esperanza nunca está separada del drama de la existencia; atraviesa la lucha cotidiana, las fatigas de la vida, los desafíos de nuestro tiempo”. Además, Francisco explicó que “el mundo tiene necesidad de artistas proféticos, de intelectuales valientes, de creadores de cultura” y es por ello que los invito a “dejarse guiar por el Evangelio, y que el arte que hacen sea anuncio de un Mundo Nuevo”: “No dejen nunca de buscar, de interrogar, de arriesgar. Porque el verdadero arte nunca es cómodo, ofrece la paz de la inquietud”. Por último, Francisco les pide que recuerden siempre “que la esperanza no es una ilusión; la belleza no es una utopía; el don que tienen no es una casualidad, es una llamada”. Respondan con generosidad, con pasión, con amor”. (síntesis de Mireia Bonilla-Vaticano; las negritas y los subtítulos son n.). La vocación de Mateo, de Caravaggio De la rev. La civiltá Cattólica: “La religiosidad en Giovanni Puccini”, por G. Arledier En una interpretación de la gran obra del compositor italiano Giovanni Puccini en relación con su religiosidad. Ese abordaje está presente en su extraordinaria y extensa producción operística de la cual baste mencionar Tosca, Mimi, Madame Baterfield y Turandot. A Turandot hizo referencia el Papa Francisco como un ejemplo del espíritu de la esperanza cristiana. Dice Arledier: “Como dejaba entrever el poema escrito un año antes de su muerte, los últimos años de Giacomo Puccini son particularmente dolorosos…y hacia finales de 1923 fue víctima de una enfermedad terminal. Prosigió trabajando con Turandot (1762), una fábula en verso de Carlo Gozzi.” “Se trata de una historia cruel de amor y muerte, cargada de simbolismos estereotipados, en la que, al final, gracias al milagro producido por el amor verdadero, el príncipe Calaf logra casarse con la princesa Turandot.” “La historia se desarrolla en un Pekín imperial fuera del tiempo, donde la bella (y poderosa) Turandot, para vengar la violencia sufrida por uno de sus antepasados, sólo se entregará en matrimonio a quienes adivinen tres acertijos; los que apuesten y fallen se enfrentarán a la decapitación. Las murallas de la ciudad se llenan de las cabezas de los ajusticiados. Cuando el príncipe Calaf, con su padre Timur, depuesto rey de los tártaros, y su joven esclava Liù entran en la ciudad, la cabeza de otro príncipe, heredero del trono persa, que ha probado suerte en vano, está a punto de caer.” “Ante la aparición de Turandot, Calaf decide someterse a las pruebas y, no contento con superarlas, reta a la princesa a que ella adivine su nombre antes del amanecer. Si lo hiciera el partiría, si no, el tendría derecho a desposarla. Turandot intenta entonces torturar al padre y a Liù (la esclava) para conocer el nombre, pero la pequeña esclava, que ama secretamente al príncipe, se suicida antes que traicionarlo. Turandot y Calaf se enfrentan al fatal amanecer y, como por un feliz conjuro, en lugar de rechazarse y condenarse, se juran amor mutuo.” El sentido de la muerte por Amor es la esperanza (Para Liú la muerte no es la nada). Liù acepta su sacrificio, “deseando -dice Ardelier -que la «princesa de hielo» descubra ese amor”.Liú redime los pecados de Turandot deseando por el amor que le profesa al príncipe Calaf que se amen. Dice este cronista. Y aunque no lo diga el Papa Francisco en su invitación a pensar este episodio de la ópera, ni expresamente lo afirme el comentarista Ardelier, el suscripto entiende que la esperanza de Liú no se agota en lo sido, como si centrara su atención en la muerte, sino en lo que espera, más allá de la muerte. Es un sacrificio rendentor y esperanzado en lo no nacido, en el tiempo que vendrá. Una pista en tal sentido la da el comentarista de la rev. La Civiltá Cattólica: “Que el amor de Liù puede leerse en clave no puramente terrenal (tal como) nos lo sugiere el Papa Francisco, en un pasaje de la entrevista que concedió al director, a la que ya aludimos, cuando, para presentar un ejemplo de esperanza, recuerda la descripción que se hace de ella en esta ópera. Concluye Ardelier diciendo que “La extensión a toda la humanidad (al todo, lo absoluto, el agr. es n.), el arraigo en el corazón humano (la parte), la sincera petición de este don, sugieren que no puede tratarse sólo de esa débil esperanza que «cada noche nace y cada día muere» (del mero optimismo, ver el texto cit. en el epígrafe). Así, también gracias a las últimas e inacabadas aportaciones de Turandot, no parece descabellado reconocer que, cada vez con mayor conciencia, Giacomo Puccini intentaba establecer un puente entre la belleza musical y la suprema (belleza, Dios, el agr. es n.), y concluir que en gran medida lo consiguió.” Transcribimos la Carta de Friedrich Hölderlin -uno de los poetas preferidos de Bergoglio y uno de los más grandes de Alemania -a su abuela en su 72 cumpleaños: “Querida abuela: tú has pasado por muchas cosas y ahora descansas dichosa. Y todos, familiares y extraños, pronuncian con amor tu nombre. También yo te venero bajo la plateada corona de la vejez, rodeada de niños que maduran, crecen y florecen. Por ser tan dulce has vivido tanto tiempo y la esperanza fue tu sostén amigo en el dolor. Porque eres apacible y devota, igual que la Madre que antaño dio a luz al Hombre mejor, amigo de nuestra tierra. Lamentablemente ya nadie parece recordar el paso del Altísimo entre los pueblos y así casi por completo se ha olvidado lo que fue su vida. Pero algunos aún lo frecuentan, y a menudo, en medio de agitados tiempos, su celestial imagen disipa los nubarrones. Perdonando todo y en silencio, Él pasaba entre los mortales, Hombre sin par, animado por el espíritu divino. Nadie que viviera era un extraño a su alma y estrechaba contra su corazón dolorido todos los dolores de este mundo. Así acogió a la muerte, como amiga, por amor al prójimo. Y ascendió triunfalmente hasta su Padre, desde el dolor y los tormentos. También tú lo sabes, abuela mía, y sigues su ejemplo sublime en la fe, la paciencia y la dulce serenidad…Voy hacia ti, bendice una vez más a tu nieto y así pueda el hombre cumplir la promesa del niño que fue” (correccion de la traducción: ) o “que mantenga el hombre, lo que admiró/alabó de niño”, (es decir…cosas, que se espera que el niño mantenga de adulto, Dass dir halte der Mann, was er, als Knabe, gelobt.) Según traducción de Federico Gorbea (1977) para Ediciones 29. La “Crucifixión Blanca” de Marc Chagall en Roma con motivo del Jubileo: un evento de relevancia internacional Con motivo del Jubileo 2025 el 11/11/24 “El Jubileo es Cultura” el Dicasterio anunció la presencia en Roma de la “Crucifixión Blanca” de Marc Chagall. en el nuevo Museo del Corso - Polo museale, en la sede del Palazzo Cipolla en Roma. La obra del artista bielorruso, que llega por primera vez a Italia, La “Crucifixión Blanca”. El Papa Francisco es un admirador de esta obra del pintor bieloruso Marc Chagall, nacido en Lëzna, Bielorrusia, en 1887 y fallecido en 1985. La “Crucifixión Blanca”, pintada en 1938, representa un momento fundamental para Chagall. Este retrato de la imagen de Cristo crucificado, suma la representación de la condena y ejecución de Dios hecho hombre por los judíos sino también y al mismo tiempo, la persecución y el sufrimiento del pueblo judío en los años treinta. Como bien lo señala Aleteia junto al “Guernica” de Pablo Picasso, la “Crucifixión Blanca” es una de las condenas más elocuentes a las guerras y el odio del siglo XX” y de las no menos criminales de la actualidad.

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