10/02/2025 12:36
10/02/2025 12:35
10/02/2025 12:34
10/02/2025 12:34
10/02/2025 12:34
10/02/2025 12:33
10/02/2025 12:33
10/02/2025 12:33
10/02/2025 12:32
10/02/2025 12:32
» Voxpopuli
Fecha: 09/02/2025 05:02
Mucho se habla de las situaciones de estrés, producto del ritmo de vida actual, que impactan en la salud de las personas. Sin embargo, tanto el amor como su pérdida generan sustancias químicas en el organismo y activan neurotransmisores. Desde la Federación Argentina de Cardiología (FAC), para el día de los enamorados (14/02) se destaca la importancia de la construcción de relaciones humanas sanas, verdaderas, amorosas que fomenten la salud cardiovascular. Cuando todo termina Al producirse una ruptura o bien alguna pérdida se desata en el organismo un estrés emocional conocido como síndrome del corazón roto. Fue descripto por primera vez en los años 90 en Japón y recibe el nombre de Tako-Tsubo. Tanto el amor como su pérdida comparten sensaciones en el organismo que producen efectos en el sistema cardiovascular. En el caso del corazón roto, estos sucesos son perjudiciales. Entre ellos se encuentran dolor de pecho similar al que se experimenta durante un infarto. Aparece de forma repentina con una duración de algunos minutos. También suele aparecer la dificultad para respirar, fatiga, palpitaciones, mareo y desmayo, ansiedad. “Si bien estos síntomas aparecen frente a un hecho traumático como un divorcio, un rompimiento de pareja o hasta algún traumatismo, suelen durar algunos días y luego desaparecer. Durante ese tiempo nuestro sistema cardiovascular se encuentra expuesto a niveles de estrés mayores a los recomendables. En caso de persistir el cuadro se debe realizar la consulta médica para poder tratarlo.”, dice Rosa Ruffa (MN 52316), cardióloga miembro de la FAC. Al tiempo que agrega: “rodearse de los afectos, compartir lo que se está viviendo, hacer deporte, son algunas de las primeras recomendaciones para revertir este cuadro”. Felices por siempre “Amar a una persona nos lleva a un estado que libera hormonas y activa neurotransmisores que favorecen la salud del corazón”, dice Silvia Lopresti (MN 116286), también cardióloga y miembro de la FAC. Entre los beneficios se destacan la mejora del flujo sanguíneo. “Esto se debe a que se libera dopamina y oxitocina que ayudan a dilatar los vasos sanguíneos, reducen la presión arterial y mejoran el flujo de la sangre”, dice a su tiempo Ruffa. También se produce una reducción del estrés dado que disminuye el cortisol al tiempo y aumenta la liberación de serotonina que se asocia con el estado de bienestar y la felicidad. Además, en un período corto, se produce una aceleración del ritmo cardíaco manteniendo al corazón activo. “A primera vista o a lo largo del tiempo, cuando se entabla una relación sana y amorosa con una persona nuestro cuerpo se comporta de forma diferente y comienza un ciclo de bienestar general”, señala Lopresti. Entendiendo al cuerpo humano como un todo, en donde la salud cardiovascular y socioemocional están relacionadas, desde la FAC se pone el acento en cuidar tanto el cerebro como sus emociones y el corazón.
Ver noticia original