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  • Desde la cancha hasta la presidencia, movido por la pasión

    » Elterritorio

    Fecha: 01/02/2025 15:54

    Luego de dejar de jugar, Nicolás Fulquet se transformó en dirigente y usó ese fuego para generar un proceso exitoso en su amado Tokio. Aprendió, sufrió y trata de surfear entre su generación y los más chicos en el mundo del básquet sábado 01 de febrero de 2025 | 2:00hs. Fulquet puso a la remodelación de la cancha como uno de los grandes hitos de su gestión. //Foto: Víctor Paniagua. Cuando jugaba siempre estaba en la zona pintada. Abajo del aro. Ya sea para defender como para atacar. Cuando dejó de jugar no se alejó del básquet. Siguió debajo del aro, fuera de línea de fondo. Es su lugar en la cancha cuando juega Tokio. Fue y vino del Japonés innumerable cantidad de veces. Se fue de Misiones para cumplir el sueño de jugar al básquet y disputó varias temporadas en el ex Torneo Nacional de Ascenso (hoy Liga Argentina) con Lanús y OTC. Nicolás Fulquet decidió seguir ligado al básquet y a Tokio. Su pasión lo llevó a volver a ser parte de la familia del Japonés. En 2021 asumió como presidente y le dio continuidad a un proceso que se convirtió en uno muy exitoso para el club posadeño. Pero como cree en los ciclos y que los ciclos se cumplen, está “de salida” en esta nueva temporada para Tokio en la Liga Federal. ¿En qué momento de tu vida te agarra esta nueva temporada con Tokio? En lo personal me agarra un poco más ya de salida, es mi último año como presidente del club. Mucho de gestión, la verdad que la dirigencia agota. Yo ya vengo con un desgaste propio. Así que siempre con el entusiasmo y la incertidumbre de qué es lo que va a deparar esta temporada, pero también sabiendo que en lo personal es la última como dirigente. No creo que siga más adelante, por lo menos no como presidente, colaboraré obviamente desde otro lado. A esta altura, ya habiendo sido jugador y ahora como dirigente, estás más amortizado. Entonces la ansiedad es distinta, la manejás mucho mejor y venimos de temporadas buenas. Lo único que uno quiere es tratar de repetir y no digo una final por el ascenso, pero tener temporadas buenas, que es lo que nos caracteriza a nosotros. En estos años, ¿qué le diste al club? ¿Qué te dio el club desde otro lugar? Tokio es un club muy grande, con mucho reconocimiento tanto en la provincia como afuera. Entonces te posiciona en un lugar de referencia para colegas de otros clubes y otras federaciones. Así que en lo personal lo que me dio es mucha pasión, mucho disfrute. Yo he visto crecer a muchos chicos, además eso muestra lo viejo que estoy. Pero chicos que yo me acuerdo cuando arranqué como dirigente que eran mosquito, premini, y hoy ya tienen 20 o 21 años y verlos desarrollarse como personas siempre es muy gratificante. Ver cómo ha crecido el club, ver cómo la gente felicita lo mucho o poco que ha hecho uno. Así que en ese sentido me siento realizado y con la conciencia tranquila. ¿Y por qué la decisión de no seguir? Porque ocupa tiempo y la realidad es que los ciclos son para cumplirse. Yo en este último tiempo no me he podido abocar con lo que necesita este lugar. Entonces quiero agradecerle mucho a Carlos ‘Caco’ Silvestrini, porque fue el que se puso la mochila al hombro y el que está empujando como un tractor, obviamente con muchos otros ayudantes. Pero él es el puntal de todo esto y yo creo que el club merece otro tipo de tiempo que yo ya realmente, por obligaciones propias, fui papá hace poco, no puedo darle. Entonces amerita dar un paso al costado, colaborar desde donde uno siempre puede, pero no haciendo punta de lanza. ¿Y ves que hay una renovación en la dirigencia? La verdad que se ha acercado mucha gente a colaborar. Hay gente y hay que buscar gente. Creo que colaboradores siempre van a haber. El tema es que por ahí era más generacional lo otro, hoy somos un poco más todos de la misma edad, hablamos el mismo idioma y es más sencillo. El club es mucho más organizado que en aquella época en la que hemos hablado (cuando llegó a la presidencia). Es realmente otra institución. Entonces es mucho más sencilla la transición. Así que va a haber gente que se va a acercar y va a responder. Igual o mejor que nosotros. ¿Ves también eso en otros clubes? ¿Ves que mejoró eso? No estoy tan empapado. Veo que Mitre, por ejemplo, que es nuestro vecino, hoy puedan participar del Federal como lo van a hacer. Te puedo hablar, no sé, de Capri, de la comisión de básquet, que hacen realmente un esfuerzo grande. Yo no lo veo ni en Federación, se va a terminar el ciclo de Guido Mesa como presidente y realmente no hay mucha gente que venga a involucrarse. Es muy cansador, realmente. Entonces, veo que mucha gente quiere colaborar y viene con ideas frescas, pero cuando ven lo que es esto, dan un paso al costado. Así que te puedo hablar por Tokio, al estar ordenados como estamos, creo que la gente se acerca y colabora, y es mucho más sencillo para ellos, para nosotros, para todos. ¿Qué significó eso para Tokio ese orden? ¿Dejaron la vara alta? Uno lo que aprende de tanto transitar es que Tokio cumplió 75 años. Si uno ve desde dónde arrancó a dónde llegó, hubo gente que hizo las cosas bien. Entonces, capaz que vendrá gente que lo hará un poco mejor que nosotros, capaz que en algún momento no, pero las instituciones tan grandes como esta se saben sostener y hay que tener confianza en los que vienen. Así que no me preocupo. ¿Te estás preparando para dejar de estar del frente? Sí, sí, sí. Ya en los últimos años no fue tan efervescente y me cansaba. Antes me encantaban los viajes y todo, pero ahora realmente, ya cuando pasa mucho, es una obligación. El Federal no es para cualquiera. En el Federal tenés muchos compromisos asumidos, con los jugadores, representantes, compromisos económicos, con la Confederación, el médico, todo te ocupa mucho tiempo. Entonces, el único momento, a mí en particular, que igual disfruté era el partido. Ahí uno se sentaba, miraba el partido y listo. Después ya no es como antes. Quiero tomar distancia para poder disfrutar de vuelta, ir a los partidos. Yo antes venía y miraba la U13, la U15, y la verdad es que es tanto el peso que uno tiene encima que no es que pierda el disfrute, pero llega con otra energía. Entonces, creo que la transición va a ser sencilla. Bueno, pero vos decís que no te vas a alejar tampoco... No, no, no. Realmente nunca te vas a alejar. Aparte uno ya es, no solamente como presidente sino como figura del deporte, hablando bien, digamos. Me llaman, me consultan, me preguntan. En la Confederación me conocen a mí, por este tipo de relaciones en los últimos diez años. Así que desde ese lugar, sí, seguramente seguiré. Como presidente de Tokio, ¿cuáles fueron los puntos más altos? Yo creo que un hecho fue el de poder renovar la cancha. Fue un esfuerzo grande, también Caco Silvestrini y su gente, que pusieron un gimnasio de pesas en el club. Es de un costo monstruoso que lo hemos podido hacer. Estoy muy gratificado con la cantidad de chicos, pero eso tuvo que ver con la reestructuración de empleados del club, de cantidad de profesores, administrativos. Entonces, el club hoy es un club organizado, es un club estéticamente muy bonito. Está todo arreglado, no está roto. Desde ese lugar estoy contento. Y en lo deportivo, participar cinco temporadas del Federal habla muy bien de nosotros. Haber metido dos finales habla muy bien de nosotros. En un torneo como el pasado, que eran 109 equipos, estuvimos entre los cuatro con posibilidades de ascenso, teníamos menos del uno por ciento de posibilidades de ascenso. Esa es la gratificación. Y después el hecho de estar un poco en deuda es que hubiera tenido más jugadores propios, más jugadores propios de la cantera. Pero bueno, eso ya tiene que ver con una cuestión del federativo. La competencia no es buena en la Federación y los chicos no llegan con tanto rodaje o se bajan antes del barco. Pero eso ya es más federativo que del club. Así que, en rangos generales, contento con la parte edilicia y el crecimiento grande que ha tenido el club y la reestructuración que nos ha llevado a tener la cantidad de chicos que tenemos ahora. ¿Falta más competencia de la Federación? Yo estuve mucho tiempo en la Federación y no pude inventar nada. El laburo es de los clubes. En la Federación se rasgan las vestiduras porque si se va al norte, si se viene al sur, la Federación puede organizar eso, pero la realidad es que ahora, habiendo estado en los dos lados, la única forma que se hace es desde los clubes. O sea, el crecimiento tiene que ser entre los clubes… La competencia la organiza la Federación, pero después si los clubes no tienen categoría formativa, complican. Arrancás y a los cuatro o tres meses te bajás y en vez de hacer una zona de ocho equipos pasas a tener seis y hay partidos incompletos y es lo que siempre pasa. Eso tiene que ver más con los clubes no con las federaciones. Así que es un problema nuestro, somos pocos equipos para una provincia tan grande. Para irte a jugar a Iguazú tienes que hacer 300 kilómetros. Es muy caro para los padres, no tenés competencia genuina, porque acá tenés OTC, Mitre, Capri, después te tenés que ir a Eldorado. Esa falta de competencia, pero de vuelta, repito, es institucional de los clubes, no tanto el federativo. ¿Y es solamente económico el problema? Es caro y los clubes no están, en muchos casos, organizados. Hay que mantener, hay que pagar un profesor. Un chico tiene que pagar la cuota, después tiene que pagar $20.000 para ir a jugar un partido, después tiene que darle de comer, son dos viajes por mes… es una plata. El padre arranca y después pone la balanza y lo baja. Así que sí, lo económico tiene que ver. ¿Cambió algo para los chicos de ahora respecto de lo que era llegar más arriba? ¿O siguen teniendo que irse? ¿Sabes lo que cambió? Que el otro día cuando vino el Oveja Hernández lo hablamos, que era algo que estábamos de acuerdo. Cuando yo me fui, por ejemplo, había 16 equipos de la Liga Nacional y 16 equipos en el TNA. Tenías 32 equipos y los mejores jugadores del país. Para llegar ahí te tenías que pelar la frente. Hoy por hoy lo que diversifica un poco todo es que hay una gran cantidad de equipos de la Liga Nacional, se duplicó o triplicó la Liga Argentina y el Federal son ciento y pico de equipos. Te obligan a tener a los U21 y el pibe capaz que no hizo mucho mérito, pero juega medianamente bien y te pide minutos. Esa parte por ahí les quitó un poco el hambre. Antes para llegar tenías que sacrificar muchas cosas. Tenías que ser bueno. Ser bueno y sacrificar. Yo nunca fui bueno, pero sacrificaba muchas cosas y por lo menos, por insistencia, llegué. Pero yo competía, yo no te faltaba a un entrenamiento. Me dolía algo y si no era muy grave le metía. Ahora cambió un poco. Entonces los veo un poco más ‘suavecitos’ de ese lado, por decirlo de alguna forma. Y el que tiene hambre y tiene talento llega. ¿Y cómo te llevas con esa generación? No sé, la verdad que a veces los miro, los escucho. Me acuerdo de un partido, perdimos un playoff en Gualeguaychú y entré en el vestuario y estaban con las selfies. Otra generación, otra época. Los veo de otra forma, dramatizan de otra forma. No sé si como jugador podría convivir. Y como dirigente, trato de darle todas las herramientas para que no tengan tantas excusas para después decir ‘no, mirá pasó esto o lo otro’. La verdad que nosotros, en ese sentido, creo que dentro de lo que es la Liga Federal estamos cumpliendo con los estándares. Hay que tratar de congeniar, porque tenés jugadores grandes, gente del club y otros para los que Tokio es sólo un paso. ¿Cómo les hacés entender eso? Y ahí es hasta el puntal. Siempre la importancia de Santi (González), o en este caso Dani (Tabbia), son profesionales tremendos. Entonces predican con el ejemplo. Ahora Germán (Frencia) también. Son profesionales en serio. Entonces yo creo que los chicos se dan cuenta, después te puede gustar o no, pero si ves que ellos se pelan la frente, no podés boludear. Yo creo que la parte más difícil de ellos es lo generacional entre unos y otros. Entre el mayor, Santi con 40, y después un chico 20 años menor, obligatoriamente (por reglamento). Hasta los viajes deben ser complicados y la convivencia. Son distintas épocas. Pero bueno, hay que aggiornarse. Pero si ves a tipos como Santiago, Daniel o Germán, tratás de copiar a esos tipos... Los que tienen la suerte de acompañarlos a ellos, creo que lo hacen y salen mejores jugadores y personas. Creo que acá mucho de todo este tiempo han aprendido mucho de Santi, particularmente, y creo que se han ido con un recuerdo de un referente importante, porque es un ejemplo. Y ha tocado, al hacer buenas temporadas, yo creo que tiene que ver no sólo en lo deportivo, sino en lo personal. Creo que hemos tenido suerte de tener grandes jugadores y grandes personas que se fueron amoldando. Siempre hay algún ejemplo medio malo, pero después los grupos fueron muy buenos y eso se nota en el resultado. Cómo jugador, ¿quién fue Nico Fulquet? Yo fui un rústico, pero rústico. Yo la picaba con los codos y todo. Pero entendí rápido que si quería jugar, cuál era mi función. Si yo me quería poner en tirar triples, iba a jugar nada. Si yo quería ponerme a picar la pelota, iba a jugar nada. Entonces fui tratando, dentro de lo que yo mejor hacía, hacerlo bien. Así que lo que yo creo que más me caracteriza a mí en lo personal es la perseverancia y el esfuerzo. Después, el talento ni cerca, era un dolor de ojos para el que miraba. Pero siempre en todos los equipos donde estuve siempre llegaba y terminaba siendo titular y terminaba jugando porque algo le daba. Así que perseverancia, esfuerzo y mucha pasión por esto. ¿Y qué tuvo el Nico dirigente de ese Nico jugador? Inicialmente el empuje, la realidad es que yo me involucré en todo al principio. El club, la Asociación (Posadeña), la Federación (Misionera), todo. Porque la pasión misma que yo tenía como jugador la quería trasladar a la dirigencia. Entonces esa pasión me sirvió para en los momentos más complicados, empujar y sacar adelante. La Asociación la sacamos a empuje, la Federación en aquel momento la sacamos a empuje. Obviamente hay un montón de otras cosas, pero que la actividad se activó, que era lo que nosotros queríamos, se activó. Era los martes ir a las reuniones hasta Capioví, volver, el jueves ir a la Asociación. Todo se hizo de onda y le metés y le metés. Entonces yo creo que la pasión que yo tuve como jugador me sirvió mucho para arrancar como dirigente. Ahora ya está menguando, pero sí que fue un fuego que me sirvió mucho en ese momento. ¿Te vas en algún momento en otra función dirigencial? No. Si pasa algo nuevo tiene que ser acá. Yo necesito estar dentro de lo que sé y puedo manejarlo. Después no sirvo para otro tipo de cosas. No está en mí. Perfil Nicolás Fulquet presidente de Tokio Fue uno de los referentes de Tokio dentro de la cancha de los últimos años. Con Lanús jugó cuatro temporadas en el TNA y también pasó por OTC en la segunda categoría del básquet. Después de su carrera como jugador empezó su etapa como dirigente. Fue presidente de la Asociación Posadeña de Básquet y vicepresidente de la Federación Misionera. En 2021 asumió como presidente de Tokio, que llegó en la temporada a pelear por el ascenso a la Liga Argentina.

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