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  • Moncloa activa con Indra-Hispasat su plan para crear ‘campeones nacionales’ tutelados en sectores estratégicos

    » Diario Cordoba

    Fecha: 01/02/2025 10:33

    El Gobierno de Pedro Sánchez ha ido armando un escudo para blindar sectores industriales que se consideran estratégicos para la economía española. Y ahora da un impulso definitivo a su plan de ir conformando ‘campeones nacionales’ tutelados con la adquisición ya pactada del grupo satélites Hispasat por Indra (o la compra, de momento sólo deseada, de la filial tecnológica de Indra por parte de Telefónica). Una estrategia en la que el holding estatal SEPI ejerce de correa de transmisión gracias a su entrada a lo grande en los accionariados de compañías clave. El grupo tecnológico Indra cerró ayer un acuerdo con Redeia para comprar casi el 90% que controlaba de Hispasat por 725 millones de euros. Un terremoto corporativo que da carta de naturaleza a la estrategia de Moncloa de crear un gigante nacional en el sector de defensa y aeroespacial bajo la sombra del poder público. La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) es el mayor accionista tanto de Indra (con un 28% del capital) como de Redeia, la antigua Red Eléctrica Corporación (con un 20%), y también seguirá presente directamente en el capital de la propia Hispasat (con un 7,41%). Agarrándose a la nueva doctrina de “autonomía estratégica abierta” que reina ahora en la Unión Europea, Moncloa ha ido diseñando una política bañada por un proteccionismo e intervencionismo sin complejos que vale tanto para acorazar empresas clave frente a la entrada de inversores extranjeros no deseados como para impulsar grupos en sectores que se consideran cruciales para la economía y la seguridad nacionales. Una política que Moncloa ha ido conformando con instrumentos variados, de la compra de participaciones accionariales directas (como en Indra o Telefónica), a mantener el ‘escudo antiopas’ levantado en pandemia para vetar operaciones (como el freno a la entrada de la húngara Magyar Vagon en Talgo) o a alianzas con grupos privados nacionales para salvaguardar la españolidad de grandes grupos (con Criteria en Telefónica y Naturgy o con Escribano y SAPA en Indra, o ahora también avalando la entrada de Sidenor para controlar Talgo). Un ‘campeón’ de defensa El nuevo escenario mundial de tensiones geopolíticas crecientes y graves focos bélicos a las puertas de Europa está agitando al sector de defensa, que ve cómo su negocio será claramente creciente y cada vez más estratégico, con todos los países buscando posicionarse y reforzarse en este ámbito. España y los intereses del Gobierno español no son una excepción en esta tendencia general y el Ejecutivo se ha movilizado para tomar posiciones en esta carrera. Por un lado, el compromiso de Moncloa con la OTAN de elevar el presupuesto de defensa hasta el 2% del PIB desde el 1,3% (y con la Administración Trump presionando ya para aumentar el esfuerzo de todos los integrantes de la Alianza Atlántica hasta el 5% del PIB) implicará un gasto adicional milmillonario cada año, lo que servirá para dinamizar el sector en el mercado español. Por otro, el Gobierno respalda la creación de un nuevo campeón nacional en tecnología de defensa y seguridad y ha elegido para conseguirlo a Indra, que lanzó el año pasado un nuevo plan estratégico para convertirse en el gigante español del sector con compras de compañías nacionales, europeas y también estadounidenses. Indra da un impulso definitivo a esta estrategia con la compra de Hispasat, que le permite reforzarse a la vez en el sector aeroespacial y también directamente de defensa (Hispasat controla también Hisdesat, la filial encargada de facilitar comunicaciones seguras por satélites al Ministerio de Defensa, a las Fuerzas Armadas y a los servicios de inteligencia). Indra ya había ido dando pasos para entrar en la carrera espacial. El grupo tecnológico reforzó su recién estrenada filial espacial con la adquisición de una compañía de misiones espaciales a Elecnor y con una reorganización de sus negocios para engordar a la nueva Indra Espacio cediéndole su participación en el proyecto Startical de lanzamiento de una constelación de satélites de gestión y vigilancia del tráfico aéreo junto al grupo público Enaire (también controlado enteramente por el Gobierno y que es el mayor accionista de Aena, con el 51%). Terremoto en Telefónica El Gobierno también ha dado un golpe de timón fulminante y por sorpresa para tomar el control de Telefónica, con el relevo exprés de José María Álvarez-Pallete como presidente de la teleco y su sustitución por Marc Murtra, un ejecutivo vinculado al PSC, de confianza del presidente Pedro Sánchez y que hasta hace dos semanas era presidente precisamente de Indra. Moncloa ordenó hace un año al holding estatal SEPI la compra de una participación del 10% en la teleco en respuesta a la inesperada irrupción de Arabia Saudí en el capital del grupo español a través de su operadora Saudi Telecom. El Gobierno hizo valer su nueva posición como accionista de referencia para abrir una nueva etapa en Telefónica, con el aval de Criteria, el brazo inversor de la Fundación la Caixa (que también ha elevado su participación hasta el 10% durante el último año), y también de la propia Arabia Saudí. El Ejecutivo replicaba así en Telefónica la fórmula ya ejecutada en Indra en los años previos (Moncloa decidió hace tres años disparar el peso estatal en el accionariado de Indra, elevando la participación de SEPI del 18 al 28% y, con el propio Murtra como muñidor, el Gobierno ha auspiciado la fomración de un nuevo núcleo estable de accionistas, con el fondo Amber y los grupos industriales de defensa Escribano y SAPA). Tras la renovación en la cúpula de Telefónica, el Gobierno planea crear un campeón nacional de las telecomunicaciones y la tecnología mediante un gran movimiento corporativo conjunto de la propia Telefónica y de Indra. Los planes del Ejecutivo pasan por que Telefónica tome el control de toda o parte de la filial tecnológica de Indra, Minsait, lo que le permitirá crecer por la vía rápida en negocios clave como la ciberseguridad o la inteligencia artificial. Indra tiene ya activada la venta del negocio de pagos de Minsait, pero no consigue un comprador al precio que desea (de entre 500 y 600 millones de euros) y también había dejado la puerta abierta a vender una participación mayoritaria de las acciones de toda de la filial tecnológica como parte de su plan estratégico de ganar peso en el sector de la tecnología defensa mediante compras tras hacer caja desprendiéndose de otras partes de su negocio. La aspiración de Moncloa es tutelar también en este caso otro gran movimiento corporativo para conformar un gran conglomerado tecnológico.

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