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  • Un guardián de una tradición ancestral de la zona centro de Neuquén

    » LM Neuquen

    Fecha: 28/12/2025 03:13

    Un experimentado criancero compartió su pasión por una práctica que aún se mantiene viva en los campos de la provincia. En el puesto El Alamito, ubicado al costado de la ruta 13 y con el majestuoso cerro Cansino como horizonte, la familia García ha sido una presencia constante durante más de 45 años. Don Mario, un hombre criancero de 75 años, forjó su vida en este lugar junto a su familia, y durante el fin de semana anterior llevó adelante una tradicional señalada de animales, un rito social que reunió a la familia y amigos en un evento que reivindica la identidad campesina de la región del centro neuquino. La señalada es una práctica ancestral que consiste en marcar y contar los animales de la tropa, y en este caso, se trató de cabríos y ovinos. La faena se realizó en los corrales de la invernada, y contó con la participación de numerosos asistentes. La familia García es muy conocida en el ámbito rural y su compromiso para preservar la cultura y las costumbres son muy valorados. Luego se realizó el infaltable chivito al asador y al horno de lata, y algunos concurrentes degustaron ñachi, un plato gastronómico típico. La participación de mujeres y hombres en la tarea fue notable, y el evento culminó con un baile campero con chamamés interpretados por los mismos integrantes de la familia. Ubicado en un paraje perteneciente a la comunidad Quinchao, el puesto El Alamito es un lugar que requiere un poco de aventura y planificación para llegar. Sin embargo, el esfuerzo vale la pena, ya que se trata de un destino que ofrece un entorno natural único y una rica tradición campesina. Para dar con el sitio, se puede tomar la ruta provincial 13 desde Zapala y recorrer unos 21 km hasta llegar a un camino rural frente a un SUM de la comunidad mapuche. Desde allí, se debe seguir por varios accesos y puestos de crianceros, y atravesar una laguna para dar con el puesto de don Mario. La distancia total desde la ruta hasta el puesto es de aproximadamente 10 km. También se puede acceder desde el pueblo de Los Catutos, dirigiéndose hacia el cardinal este y siguiendo las indicaciones del camino rural. El puesto se encuentra enclavado al pie de un cerro, rodeado de arboledas y viviendas de construcción antiguas y modernas. El rincón rural se provee de energía eléctrica a través de paneles solares y el agua se obtiene de vertientes cercanas. Al lado de las viviendas, se encuentran corrales donde conviven chivas y ovejas. Una vida dedicada a la familia y los animales Don Mario García, nacido y criado en el campo, ha dedicado su vida a la crianza de animales y en algunos tramos a la agricultura. Al escucharlo hablar se puede apreciar la importancia que tiene la familia y el campo en su vida. Vive allí con su señora, Sofía Marín (72 años), y dos de sus hijos Ernesto y Elcira. En tanto sus otros hijos: Santiago y Elsa, viven en otros lugares pero lo acompañan siempre en el desarrollo de la actividad campesina. La familia es muy unida y trabajan juntos en el campo, criando animales y produciendo lana. Para don Mario, el campo es su vida. Aunque reconoció que ha sufrido mucho, no se imagina haciendo otro trabajo "No hay otra cosa que hacer, más que seguir adelante", dijo mientras se acomodaba su habitual sombrero. El hombre y su familia llevan adelante la tradición que aprendió de sus padres. A sus 75 años, sigue trabajando en el campo, aunque reconoce que ya no es tan fuerte como antes. Sin embargo, persevera con la ayuda de los suyos. "Mientras pueda, voy a trabajar y defender la producción de mis animales", dijo. Su entusiasmo, dedicación y amor por el campo son dignos de admiración. Una tradición que une Este hombre de campo con una rica experiencia y tradición, compartió su visión sobre la señalada, una práctica ancestral que consiste en marcar y contar los animales de la tropa. Según su creencia, la señalada es una tradición que une a la familia y la comunidad, y es un motivo de orgullo y satisfacción. Explicó también que esta práctica es fundamental para la crianza de animales, ya que permite saber cuántos animales hay y cuáles son propios. En su caso hace más de 30 años que realiza la fiesta de la señalada, y aunque hubo un período en que dejó de hacerla, sus hijos lo convencieron de retomarla. Ahora, sus nietos participan activamente en la tradición, lo que lo llena de satisfacción. "Yo tengo un orgullo tremendo con ellos, me ayudan mucho y seguro que van a seguir mis pasos", admitió. Luego de esta práctica ganadera se dedicará a esquilarlos y a prepararlos para irse a la cordillera en el ritual anual de la trashumancia. Don García relató su experiencia sobre la trashumancia, un proceso que completa para llevar los animales en arreo hasta la veranada en el paraje La Atravesada. El viaje se realiza por tierras cercanas a la ruta 13 y le lleva un par de días en llegar al destino de su veranada en La Atravesada. Volviendo al tema de la tradicional señalada hizo un fuerte llamado a las nuevas generaciones para que no se pierda esta noble tradición: "Ojalá que la sigan haciendo con la misma pasión que se está haciendo por estos días, que no se pierda y que perdure en el tiempo", remarcó. El emblemático criancero fortaleció su relato justamente con un mensaje para todos ellos: "Mi deseo, aprovechando los tiempos de Navidad y de año nuevo, es que la señalada siga siendo una parte importante de la cultura y la tradición de nuestro campo y que los jóvenes la sigan practicando y disfrutando. Un viaje por los sabores campesinos La señalada es una tradición que no solo se caracteriza por la marcación de los animales, sino también por la rica gastronomía que se disfruta en estas ocasiones. En este contexto, se destacan platos típicos como el ñachi, las tortas fritas y el asado de chivo al asador y al horno de lata. El ñachi es un plato tradicional de la gastronomía mapuche y campesina, que se prepara con sangre fresca de cordero o chivo, mezclada con cebolla, ajo y otros ingredientes. La mezcla se coloca en un recipiente y se consume cruda, acompañada de pan o tortas fritas. El ñachi es un plato que se ha transmitido de generación en generación y es considerado un manjar en esta zona. Durante el evento varios comensales degustaron esta preparación casera. El acompañamiento de los hijos hacia los padres es un legado que perdura más allá de la vida de las personas. Es un testimonio de la importancia de la familia, la tradición y la cultura en las profundidades de los campos neuquinos. Don García y toda su familia son un ejemplo en la tarea de fortalecer y transmitir los usos y costumbres campesinas a las futuras generaciones. Por todo esto es que al finalizar el trabajo en los corrales se vivió un momento emotivo de unión y gratitud al tomarse la clásica foto grupal como un símbolo para el recuerdo eterno. Allí don Mario, con su característica humildad, agradeció la ayuda y colaboración de todos los que se acercaron a dar una mano. Por su parte Doña Griselda, una de las matriarcas del campo, elevó una plegaria a Dios agradeciendo por los trabajos y la producción. Su oración fue un testimonio de la fe y la devoción que caracteriza a los campesinos de ley. Con este mismo propósito Santiago García, con un envase de vino y otro de cerveza, procedió a desperramarlos (a modo de bendición) entre los animales y la tierra, pidiendo que las bondades del Señor se sigan repitiendo en su territorio. La nueva generación y un futuro prometedor La señalada es una tradición que no solo se mantiene viva gracias a la dedicación de los mayores, sino también gracias a la participación activa de las mujeres, niños y jóvenes. En los corrales y en la tarea de faena de marcación de chivos y corderos, se pudo ver durante la jornada a las nuevas generaciones trabajando codo a codo con los mayores, aprendiendo y compartiendo experiencias. Don Mario se mostró orgulloso y emocionado al ver a sus hijos y nietos trabajando junto a él. "Voy a estar hasta que las fuerzas de mi cuerpo me acompañen", dijo con determinación. La señalada es una celebración que no solo mira hacia el pasado, sino también hacia el futuro. La participación del renuevo campesino es un signo de que la tradición seguirá viva y fuerte. Don Mario García indudablemente puede estar tranquilo sabiendo que su legado está en buenas manos, y que la señalada seguirá siendo una parte importante de la cultura y la identidad de esta región del Neuquén.

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