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» TN
Fecha: 28/12/2025 05:48
Después de un 2025 atravesado por la expansión de la inteligencia artificial y el aumento de los riesgos digitales, el foco del debate tecnológico empieza a cambiar. En 2026, el desafío ya no será sumar herramientas, sino consolidar lo incorporado y usarlo con objetivos claros. Para Leonardo Covalschi, CEO de TIVIT Latam, las empresas ingresan en una etapa de mayor madurez, donde la tecnología deberá demostrar impacto real en el negocio. En ese escenario, conceptos como la IA agente, la nube soberana y la ciberseguridad integrada dejan de aparecer como promesas de futuro y pasan a formar parte de decisiones estratégicas. La clave estará en combinar innovación, gobernanza y sostenibilidad, en un contexto cada vez más regulado y exigente. Los aprendizajes que deja 2025 Antes de proyectar lo que viene, Covalschi señala que el año que termina deja algunas señales claras. La gobernanza empieza a pesar más que la velocidad, ya que innovar sin control puede generar riesgos difíciles de revertir. Al mismo tiempo, la resiliencia digital se consolida como un estándar: garantizar la continuidad operativa es hoy uno de los principales indicadores de madurez tecnológica. La sostenibilidad, además, deja de ser un concepto accesorio para convertirse en un factor estratégico, tanto por el impacto ambiental como por su peso en el acceso a nuevos mercados y alianzas. 1. IA agente: más autonomía, más control Tras el avance de la IA generativa, comienza a ganar terreno la IA agente, capaz de operar de forma autónoma, aprender del entorno y colaborar con personas en tareas complejas. El potencial es alto, especialmente en productividad, atención al cliente y toma de decisiones, pero también exige marcos claros de supervisión humana, trazabilidad y transparencia. 2. Nube soberana y control del dato El crecimiento de las regulaciones de protección de datos en la región impulsa a las organizaciones a priorizar esquemas de nube soberana, donde la información se almacena y procesa dentro de jurisdicciones específicas. El objetivo: cumplir con normativas locales, reducir riesgos y reforzar la confianza de usuarios y clientes. 3. Automatización inteligente y humanos aumentados La automatización deja de enfocarse solo en eficiencia operativa y empieza a jugar un rol clave en la toma de decisiones. Integrada con IA contextual, permite detectar patrones, optimizar procesos y reducir errores. En este modelo, la tecnología no reemplaza a las personas, sino que amplifica su capacidad de análisis. 4. Sostenibilidad digital y eficiencia energética La tecnología sostenible se consolida como ventaja competitiva. Centros de datos más eficientes, algoritmos optimizados y una gestión más consciente del hardware pasan a ser prioridad, tanto por impacto ambiental como por costos operativos. 5. Ciberseguridad desde el diseño En un entorno donde las amenazas también utilizan IA, la seguridad deja de ser una capa final. Modelos de Zero Trust adaptativo, detección predictiva y respuestas automatizadas se integran desde la arquitectura para fortalecer la resiliencia digital y reducir vulnerabilidades.
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