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» Clarin
Fecha: 27/12/2025 06:44
Julio Gauna reconoce ser muy obsesivo con su trabajo. Y admite no conocer a nadie más intenso que él. No le molesta para nada, obvio. "Intenso, bien", acota sonriendo. "Ser así me dio resultados, me puso en la cresta de la ola. Pero tampoco me cuesta serlo, forma parte de mi ADN. No puedo parar". A la vez, le confiesa a Clarín que en junio tuvo que parar de prepo, por un tema de salud que lo llevó al quirófano. "Primero sentía una acidez pesada, luego calambres estomacales y finalmente era una hernia de hiato... y al cuchillo", ríe con gesto de resignación. Lo operaron el sábado y el lunes a las siete estaba en la oficina. "Sí tuve que aflojar con el fast food. Como, eh, pero la tercera parte. Podía vivir a hamburguesas". Bajó 35 kilos en 70 días producto de reducir su ansiedad oral. En comparación al que vimos en 2022, parece otra persona el dueño de las ascendentes cadenas El Desembarco y Mr. Tasty, que pueblan el país de norte a sur y de este a oeste con 100 locales de ambas marcas. En 2017 abrió el primer El Desembarco en Boedo, y desde entonces se juramentó sembrar el país con su negocio. "Es una locura todo esto, debería estar feliz, pero me cuesta disfrutar por lo exigente que soy. Siempre estoy pensando en el paso siguiente". Julio Gauna es santafesino, de Reconquista, se crió y creció en Mar del Plata, llegó a Buenos Aires en 2007 con 100 dólares y trabajó en telecomunicaciones durante algunos años hasta que volanteó su rumbo buscando otro destino. "Quería vivir de lo que más alegría me daba en ese momento: las hamburguesas, mi talón de Aquiles. No paraba. Tres, cuatro por día... tenía otra edad, claro". Hasta que Ximena, su mujer, le puso un personal trainer porque "tenía una joroba en la panza", grafica el Loquito de la hamburguesa, como se considera y lo apodan algunos. En pocos años creó un imperio argentino, posicionándose detrás de McDonald's y peleando palmo a palmo con Mostaza. "Yo tengo 10 locales propios y 90 franquicias que dependen exclusivamente de mí, ya que las abastezco con toda la mercadería, las audito cada 48 horas y nos reunimos todos cada 45 días. Si no cumplen con los requisitos, el local franquiciado pasa a mis manos porque se pone en juego la marca, ¿entendés?" Cuando habla de abastecer, Gauna se refiere a su imponente planta productora de 400 metros cuadrados, ubicada en Martín Coronado, Tres de Febrero, desde donde todos los días salen camiones cargados hacia todo el país. "La Argentina recesiva te sacude todo el tiempo, te exige y si no te adaptás, te caés. Estoy a favor de los cambios que propone el Gobierno, porque el mundo funciona de esa manera. La Argentina está creciendo de a poco, pero lleva tiempo", se anima a dar su opinión. Está convencido de que su fórmula es la correcta: "Cuando todos se achican o cierran, yo cuento con 80 locales en obra. Mis marcas no paran de expandirse y cuando no se cumple, doy por terminado el contrato. ¿Las razones? El mal servicio, o porque no usan nuestro pan, nuestra panceta, como ha sucedido... La marca tracciona por la inversión constante. Calidad, servicio y precio, que son los pilares que nos posicionaron. Y eso no se negocia". Mientras conversa con Clarín, cada tanto relojea el teléfono. Pide un minuto para atender una situación de apuro. Se hacen cinco, pide disculpas y, luego, responde sin titubear una consulta delicada, aunque aclara que no puede profundizar. "Tengo conversaciones avanzadas para quedarme con la franquicia Burger King en el país. No puedo profundizar mucho, pero estamos encaminados", introduce. ¿Por qué el interés de Gauna por Burger? "No lo hago por plata, te juro, no me interesa la guita en este momento, sí busco crecer y expandirme y me gusta el reconocimiento. Nos parece un gran desafío, pretendemos mantener la marca, levantarla y creo que contamos con una estructura acorde para absorber tamaña responsabilidad". Abre un cajón Gauna y muestra una planilla con números llenos de ceros. "Hoy vendo 1.000.000 hamburguesas al mes. En la actualidad facturamos alrededor de 4.000 millones de pesos por mes". Como un pulpo, Gauna muestra sus tentáculos. "Lo quiero todo dentro de mis posibilidades, que son muchas. Yo estoy abocado a la expansión de El Desembarco y Mr. Tasty. Estamos en 16 provincias. El local más al norte está en Perico (Jujuy) y el más al sur, en Comodoro Rivadavia (Chubut). Me desvela poder estar en las 23 provincias de la Argentina y tengo entre ceja y ceja poder abrir en Ushuaia, Tierra del Fuego. Te lo digo así, medio brutal: abrir locales es algo que me excita". Y con las cifras que expone, Gauna asegura que "El Desembarco, junto a Mr. Tasty, son las marcas gastronómicas que más crecieron en los últimos años. Esto muestra que no somos una moda de verano, o de un año. Nada de eso, lo nuestro se basa en un proceso y en un procedimiento, esto implica una metodología. Mientras yo estoy hablando con Clarín se están firmando nuevas franquicias, se adelantan obras, ya hay un circuito aceitado, un engranaje que no se detiene". Admirador de McDonald's, a la que define como la mejor compañía del mundo, Gauna admite que no le da para tanto, pero sí busca esa constancia y regularidad. "Venden 12 millones de hamburguesas que, sinceramente, no son las más ricas, pero sí es un producto confiable y parejo. La de El Desembarco es mucho más rica porque es artesanal y la de Mr. Tasty es más parecida a la de McDonald´s, porque es de Unión Ganadera. Pero en ambos casos no se negocian ni calidad ni el sabor para vender más". Disfruta estresarse por una hamburguesa. Y lo repite ante la consulta. "Te juro, aparecen problemas y los resuelvo, no me hago el boludo ni tampoco se me caen los anillos. A veces me llaman reclamándome por un pedido. Sí, sí, me llaman a mí, no sé cómo consiguen mi teléfono, pero hasta me putean y me hago cargo, les digo que me esperen, y llamo a la sucursal y hago el reclamo del pedido. Yo quiero soluciones, soy un amante de resolver problemas, porque un error de ese tenor, por más que parezca insignificante, te hace perder un cliente". Para quien esta fuera del negocio de las hamburguesas, cuesta creer que generen tantas divisas. "La hamburguesa es una comida símbolo y da mucha plata, pero mucha. Tenés que prepararla rica y te va a ir bien. Pero siempre miro a McDonald's, es mi espejo, mi faro. Nunca voy a llegar ni a hacerle sombra, pero trato de copiar lo que puedo, porque es la empresa con más sucursales en el mundo. ¿Por qué será? Por eso yo tengo veinte empleados, ex McDonald's, que trabajan conmigo. Es gente que conoce lo que es la exigencia y la calidad". Vuelve a mirar su celular Gauna y fiel a su estilo, desafía. "¿Sabés cuántos mensajes me entraron en este rato que estamos hablando?" Se responde 100, luego 200, lo cual parecía una exageración. "Fijate mirá, tengo 700 nuevos Whatsapp". Julio está casado con Ximena, que trabaja en la empresa, y tiene tres hijos: Isabella (13), Aria (7) y Noah (3). "La familia es fundamental y tengo en claro que les dejaré un imperio. Ojalá alguno tome la posta, es otro de mis anhelos, pero será decisión de ellos. Yo hago mi parte: contagiarles pasión". MG Sobre la firma Mirá también Newsletter Clarín
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