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Buenos Aires » AmbitoWeb
Fecha: 27/12/2025 05:39
El mercado del litio comienza a mostrar señales más claras de recuperación tras un período de fuerte ajuste de precios. En su último informe Pro Research, J.P. Morgan revisó al alza sus proyecciones para el carbonato de litio, con un mensaje que no pasó desapercibido en los países productores: el banco elevó sus estimaciones de precios para 2 026 y 2027 en un 43% y 66%, respectivamente, hasta u$s17.500 por tonelada y u$s22.000 por tonelada. Según el análisis del banco estadounidense, estas proyecciones implican que el precio del litio podría subir hasta un 62% respecto del nivel actual, que ronda los u$s13.550 por tonelada. La señal es relevante para una industria que viene de atravesar un ciclo de sobreoferta, corrección de inversiones y desaceleración de proyectos, especialmente en América Latina. El cambio de expectativas no se explica solo por el mercado de vehículos eléctricos. J.P. Morgan lo enmarca en una transformación más amplia: el crecimiento acelerado de la inteligencia artificial, la electrificación y la seguridad energética, que vuelven a colocar a los minerales críticos en el centro de la agenda global. América Latina, en el centro de la nueva demanda global En su informe complementario América Latina: fuente clave de minerales para el futuro de la inteligencia artificial, el banco destaca que la región se ha convertido en una pieza estratégica para diversificar las cadenas de suministro globales. La incomparable base de recursos de América Latina se ha vuelto indispensable para el futuro de la tecnología y la electrificación, advierte el documento. La advertencia no es menor. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (AIE), hacia 2035 podrían registrarse déficits de suministro de entre 30% y 60% en el caso del litio, en un contexto donde la demanda global sigue creciendo a un ritmo muy superior al de la oferta. La AIE proyecta, además, que la demanda de litio podría multiplicarse por cinco hacia 2040. El informe de JPMorgan remarca que, pese a los avances en reciclaje, la extracción primaria sigue siendo indispensable. Asegurar el acceso a las etapas iniciales de la cadena (upstream) en América Latina es clave para reforzar la resiliencia, señala, y subraya que los proyectos mineros tardan, en promedio, más de 16 años desde el descubrimiento hasta la producción. El rol central del litio en la era de la IA y las BESS Dentro del universo de minerales críticos, el litio ocupa un lugar destacado. Es el insumo principal de las baterías de ion-litio que hoy dominan el almacenamiento energético, tanto a escala de red como en centros de datos y sistemas de respaldo para la infraestructura de inteligencia artificial. Si bien existen otras tecnologías, la de ion-litio sigue siendo la predominante en los centros de datos, ya que combina de forma única una alta densidad energética, tiempos de respuesta rápidos y una madurez comercial superior, destaca el informe. Ninguna alternativa ofrece hoy esas características a escala. En ese mapa, América Latina juega un rol decisivo. Chile y Argentina son el primer y tercer país del mundo en reservas económicamente explotables de litio, y Estados Unidos obtiene la mayor parte de su carbonato de litio de la región. En 2024, Chile explicó el 59% de las importaciones estadounidenses y Argentina el 39%. Argentina acelera producción y consolida proyectos Este contexto internacional encuentra a la Argentina en plena fase de expansión productiva. Según el Informe Productivo de la Minería Argentina elaborado por la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM), el país espera alcanzar una producción cercana a las 131.000 toneladas de litio en 2025. De cumplirse estas proyecciones, la producción nacional crecería un 75% respecto de 2024 y se ubicaría un 185% por encima de los niveles de 2023, cuadruplicando el promedio productivo del período 2015-2022. El complejo litio argentino está compuesto en más de un 90% por carbonato de litio, con participaciones menores de cloruro e hidróxido. El salto productivo depende, en gran medida, del ramp up de nuevas plantas como Centenario Ratones, Sal de Oro y Mariana, además de las expansiones de Salar Olaroz y Fénix. Como referencia, Cauchari Olaroz, inaugurada en 2023, alcanzó durante 2024 niveles equivalentes al 60% de su capacidad de diseño. Durante la primera mitad de 2025, la producción ya llegó a 51.000 toneladas LCE, con una utilización del 57% de la capacidad instalada, que alcanza las 183.700 toneladas LCE. El año podría cerrar por encima de las 140.000 toneladas. Exportaciones, inversiones y empleo En un escenario de precios moderados, CAEM estima que, si se cumple al menos el 85% de las expectativas productivas, el valor exportado por el Complejo Litio podría acercarse a los u$s1.000 millones al cierre del 2025, lo que implicaría un crecimiento del 44% interanual en dólares y nuevos máximos históricos en volumen. En términos de inversión, durante los últimos diez años las empresas mineras destinaron u$s7.613 millones a la construcción de siete plantas de producción de litio y más de u$s600 millones al desarrollo de más de 21 proyectos en carpeta. Actualmente, hay al menos 30 proyectos registrados en el país. El sector emplea de forma directa a más de 5.000 personas en Salta, Catamarca y Jujuy, y sumando el empleo indirecto representa cerca del 5% del empleo privado registrado del NOA. A futuro, el pipeline de proyectos permitiría llevar la capacidad productiva hasta las 428.000 toneladas LCE en 2033, con otros proyectos adicionales que podrían sumar 152.000 toneladas más. En este escenario, la proyección de J.P. Morgan de un precio del litio en torno a los u$s22.000 por tonelada hacia 2027 aparece como una señal positiva para la Argentina. No solo mejora las perspectivas de rentabilidad de los proyectos en operación y en desarrollo, sino que refuerza el atractivo estratégico del país en un contexto global marcado por la competencia por minerales críticos. Como advierte el informe del banco, la era que se avecina no estará definida únicamente por los algoritmos de IA, sino también por los minerales que sostienen los sistemas de cómputo, almacenamiento energético y distribución eléctrica. Y en ese mapa, la Argentina vuelve a quedar bien posicionada.
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