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» Diario Epoca
Fecha: 24/12/2025 07:29
La celebración de Navidad, tiempo tradicionalmente reservado para la luz, el reencuentro y la esperanza, toma un cariz distinto ante un contexto de urgencia y adversidad como el que viven hoy muchas familias correntinas que fueron afectadas por las copiosas lluvias que arreciaron en los últimos días a esta parte del país. Ante este escenario, época dialogó con el arzobispo José Adolfo Larregain, quien reflexionó sobre el particular contexto que vive el Taragüí en vísperas de la Nochebuena. El franciscano mencionó entonces que esta celebración se erige no como una felicitación festiva, sino como un profundo ejercicio de acompañamiento pastoral y un llamado a la identidad correntina. El prelado puso el foco en una realidad ineludible: la mesa navideña se ve desplazada por la urgencia de proteger el hogar y la vida. Para incontables familias, el ritual de la Nochebuena se verá interrumpido por la necesidad perentoria de resguardar los bienes esenciales frente al avance implacable de las intensas lluvias. Esta circunstancia, lejos de apagar el espíritu, lo reorientó hacia una dimensión más esencial y comunitaria de la fe. En medio de la emergencia, el Arzobispo Larregain invocó esa característica intrínseca del pueblo correntino: la resiliencia. Esta cualidad, forjada a través de repetidas pruebas naturales, se manifiesta ahora como la capacidad colectiva de levantarse "frente a cualquier tempestad". Es un recordatorio de que, más allá de las pérdidas materiales, existe un núcleo inquebrantable de fortaleza comunitaria que se activa cuando más se necesita. Tiempos difíciles Larregain reconoció abiertamente que "no es una Navidad fácil". Sin embargo, es precisamente en esta dificultad donde se revela el significado más potente de la celebración. La esperanza, explica, no se define por la ausencia de problemas, sino por la certeza de no estar solos. El verdadero espíritu de estas fiestas, subraya el Pastor, se materializa en los gestos concretos de solidaridad: en la logística de los centros de evacuados, en los barrios anegados y en cada mano tendida de ayuda desinteresada. Colaboración y apoyo El núcleo del mensaje enviado a este medio es, por lo tanto, un compromiso de unión. La reconstrucción que inevitablemente deberá afrontar la provincia tras el cese de las lluvias requiere de un tejido social cohesionado. La fe en el mañana, ese motor que impulsa a seguir adelante, se nutre de la colaboración mutua y del apoyo recíproco. A cada correntino que atraviesa este momento difícil, el Arzobispo le extendió un gesto que trasciende lo meramente verbal: "Un abrazo hecho oración con la bendición y deseo de una Santa Navidad". En definitiva, el mensaje de Larregain transforma la celebración religiosa en un acto de compromiso cívico y humano, instando a que la luz de la Navidad se proyecte sobre la solidaridad necesaria para superar la tormenta y edificar un futuro común sobre cimientos de hermandad.
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