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Concordia » Hora Digital
Fecha: 19/12/2025 07:13
La sorpresiva ruptura profesional entre Carlos Alcaraz y Juan Carlos Ferrero vuelve a situar la autonomía de los jugadores en el centro del debate del tenis. Tras seis títulos de Grand Slam y una rápida ascensión al número uno del mundo, la relación se fracturó por diferencias sobre el modo de trabajo y el control en la planificación deportiva. Entre las voces más escuchadas figuró la de Toni Nadal, exentrenador y tío de Rafa Nadal, quien, al analizar el caso en El Larguero de la Cadena SER, fue tajante: “El que decide al final es Carlos”. Explicó que, conforme el jugador madura y afirma su posición en el circuito, asume directamente la responsabilidad de su carrera: “En el tenis profesional, como en cualquier otro ámbito, el que paga es el jefe”. La convivencia diaria dentro del equipo de Alcaraz evidenciaba que el sistema de Ferrero dejaba de adaptarse a las nuevas necesidades del joven tenista. Aunque el entrenador no tenía planeado apartarse, la voluntad firme del jugador terminó imponiéndose. El cambio responde tanto a criterios deportivos, como al deseo de mayor autonomía y adaptación a rutinas más acordes a la vida y entorno de Alcaraz. El extenista Álex Corretja expresó su pesar por la decisión, la calificó de precipitada y negativa para ambas partes, interpretando que la dupla aún tenía recorrido para seguir obteniendo éxitos. En sus declaraciones estimó que la noticia representaba una “mala noticia para ambos” por la fortaleza que mostraban como equipo. Toni Nadal aportó la experiencia acumulada durante su etapa como formador y acompañante de Rafa Nadal. Explicó que la autoridad del entrenador es clave solo en los primeros años; una vez alcanzada la mayoría de edad, el protagonista absoluto debe ser el deportista. “A partir de los 18 años, le dije que hiciese lo que quisiese. Dentro de la pista, ayudaba a Rafael. Fuera de la pista, es su decisión”, sostuvo en la entrevista. Diferenció así el acompañamiento técnico de la injerencia en la vida personal y social del jugador. Sobre la labor de Ferrero, Toni Nadal remarcó su profesionalismo y exigencia. Insistió en que los límites del entrenador deben respetar la autonomía del atleta y no invadir responsabilidades que competen solo al jugador: “El que manda es el jugador, no puede ser de otra manera”. Cuando existen desencuentros persistentes, la ruptura es cuestión de tiempo: “La primera vez le dirás que no estás alineado, la segunda vez ya dices directamente que eso sobra”. En relación a si sumaría su experiencia al equipo de Alcaraz, Toni Nadal descartó cualquier posibilidad y defendió el peso del entorno familiar y de confianza del jugador. Deseó éxitos por separado tanto a Samuel López como a Ferrero, y con humor añadió: “A Carlos sí que le cobraría (risas), pero puede encontrar a gente mucho mejor que yo”. El debate sobre el control del entrenador llevó a Toni Nadal a comparar su rol con el de un padre: mientras el deportista depende económica y personalmente del técnico, acepta sus reglas, pero llegado el momento de independencia, “puedes aconsejar, pero no imponer”. Señaló además que la autoexigencia y la gestión de la vida fuera de la pista forman parte del desarrollo del tenista: “Después, si quieres salir o ir por ahí de noche, ya es tu problema”. Carlos Alcaraz cierra otro año como número uno Por último, Toni Nadal comentó que nunca percibió salario por entrenar a su sobrino, lo que le permitía expresar su criterio con total libertad. Concluyó admitiendo que desconoce los detalles internos de la separación, limitándose a la información pública conocida hasta el momento.
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