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» Diario Cordoba
Fecha: 19/12/2025 08:54
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no considera una deslealtad que su vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, con la que ha desvelado que ha mantenido una reunión, le haya pedido una remodelación del Ejecutivo ante los casos de acoso sexual y de corrupción en el PSOE. Los socialistas tratan de rebajar tensiones y apaciguar a Sumar con el compromiso de “impulsar” la agenda de Gobierno. En las filas socialistas han minimizado así el impacto de la reunión prevista este viernes entre las delegaciones del PSOE y Sumar, máxime cuando ya Sánchez y Díaz abordaron las diferencias que verbalizó públicamente la vicepresidenta tras el estallido de los casos de acoso y corrupción en la formación socialista. Fuentes del Gobierno trasladan a esta redacción que la reunión de Sánchez con su vicepresidenta segunda fue a principios de esta semana, aunque no aclaran si de forma previa o posterior a la reunión del martes del Consejo de Ministros. El resultado del encuentro, sin embargo, se hace más imprevisible al estar protagonizado no por los actores del Gobierno, sino de los partidos que lo conforman. La comunicación dentro de la coalición es más fluida, pero no tanto a nivel de partidos y las posiciones orgánicas son más duras. De hecho, en el Ejecutivo reconocen que el tono de Yolanda Díaz durante los últimos días tiene que ver con cierto cuestionamiento y la “presión interna”. Sánchez, en la rueda de prensa que ha ofrecido esta madrugada en Bruselas al término de la última reunión del año del Consejo Europeo, y al ser preguntado si esa petición de remodelación del Ejecutivo que él ha rechazado lo considera una deslealtad, ha respondido que no lo ve de esa forma. Al plantearle si tiene previsto reunirse con Díaz para comentar este asunto, el jefe del Ejecutivo se ha limitado a responder con una escuesta respuesta en la que ha informado de que ya se ha reunido con ella, según informa EFE. El presidente del Gobierno desveló este encuentro horas después de que, a su llegada a Bruselas, insistiese en mirar más a “las muchas cosas que nos unen” con Sumar. Lo hizo en un contexto en el que crecen las críticas de los socios al PSOE por su inacción, además de las dudas entre una parte del espacio a su izquierda de continuar en el Gobierno. Pese a las “discrepancias”, reconoció Sánchez en una atención a los medios antes de participar en el Consejo Europeo, propias de dos organizaciones políticas “con culturas diferentes”, puso en valor la “hoja de ruta de avances que estamos implementando”. Lo hacía repitiendo el mensaje de estos últimos días sobre su intención de seguir adelante hasta acabar la legislatura en 2027. “Ahora mismo, por ejemplo, estamos en plena negociación con los agentes sociales para un nuevo incremento del salario mínimo interprofesional”, apuntaba. La oferta del PSOE para solventar esta crisis se limita a un revulsivo a la hoja de ruta de la coalición, sin más concesiones en materia de regeneración y, mucho menos, de ceses en el Ejecutivo. “Dar un nuevo impulso a la agenda”, avanzan en la cúpula socialista respecto a su propuesta para reconducir la relación. La estrategia de sostener el pulso se combina con la petición de tiempo para recuperar pie y llamadas a suavizar la tensión. También con una llamada a la “responsabilidad histórica” para contener una alternativa de PP y Vox, lo que ya no sería suficiente para los socios, según avisan. Competir o colaborar Es habitual que choques dentro de la coalición se enderecen con reuniones entre Sánchez y Díaz, pero ahora la gestión de esta crisis está en manos de espacios que, al fin y al cabo, compiten electoralmente entre sí. Fue Sumar quien solicitó que el encuentro fuese entre partidos, en lugar de recurrir a la comisión de seguimiento del pacto de coalición, previsto en el protocolo de funcionamiento del Gobierno en caso de conflicto entre los socios. En Ferraz viene debatiéndose desde el anterior ciclo electoral sobre cómo actuar con el espacio a su izquierda. Entre la duda de comerle terreno o darle oxígeno por la necesidad de hacer tándem en un contexto de confrontación entre bloques. La fragmentación y su caída crónica en los sondeos, unida a la debilidad del propio PSOE, ha hecho que se imponga entre muchos dirigentes socialistas la tesis de aguantar en intención de voto a costa de absorver voto en este caladero. De ahí los reproches a Díaz y la incomodidad con Sumar mostrada tanto en público como en privado tanto por ministros socialistas como por cuadros del partido, ignorando sus críticas e incluso menospreciándolas. “Lo importante es saber qué va a pasar con Podemos y Sumar. El grueso de las incógnitas está en ese espacio”, apuntaba estos días uno de los principales colaboradores de Sánchez en Moncloa. Según sus datos, el PSOE sí estaría resistiendo a nivel demoscópico.
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