01/12/2025 10:16
01/12/2025 10:16
01/12/2025 10:15
01/12/2025 10:14
01/12/2025 10:13
01/12/2025 10:13
01/12/2025 10:12
01/12/2025 10:10
01/12/2025 10:09
01/12/2025 10:09
» Diario Cordoba
Fecha: 01/12/2025 09:36
El vanguardismo magistral y la creatividad exquisita de Francisco Hurtado Izquierdo, con influencias internacionales, reconfiguró el arte barroco nacional, con nuevos patrones, perspectivas y elementos constituyentes. Nacido en Lucena en 1669, transitó, por causas laborales y artísticas, por diversas latitudes de la geografía cordobesa, andaluza y española, hasta su fallecimiento, ocurrido en Priego de Córdoba durante el año 1725. En los últimos tiempos, con intensidad recurrente, voces cultas han reclamado mayores honores, dignos reconocimientos y la divulgación de su obra desde Lucena, municipio natal y donde emprendió su primer cuarto de siglo de vida. Antonio Ruiz, historiador del arte, ennoblece su legado al afirmar que «es una figura capital del barroco en general», entre el final del siglo XVII y comienzos del XVIII, sobre todo, por la aplicación de modelos italianos y conferirles una identidad singular, entroncándolos en las ubicaciones y entornos trabajados. Reconvierte los arquetipos españoles, «más sencillos y rectangulares en las iglesias», e importa plantas centralizadas, usuales en el país alpino. Precursor de infinidad de recursos Desde Andalucía a Madrid, instaura en Granada el estípite, un elemento de soporte anclado a la arquitectura. Aparte de elevar su figura como «precursor» de infinidad de recursos, esencialmente la originalidad y el ingenio de Hurtado Izquierdo se sintetizan y encumbran porque «juega muchísimo con la luz, el color y la forma de las plantas», aparte de los efectos lumínicos, las columnas salomónicas y el empleo de mármoles policromados provenientes de diferentes territorios de la provincia. En Lucena, su producción es limitada porque abandonó pronto la ciudad hacia otros destinos. Participó en la realización del retablo principal de la Sierra de Aras, junto a Leonardo Antonio de Castro y los hermanos Sánchez de Rueda, así como en la portada de la iglesia de San Martín, anexa al convenio de las Madres Agustinas. Igualmente, protagonizó aportaciones en la desaparecida ermita de la Virgen de Araceli, emplazada antiguamente en una zona central del barrio de La Barrera. La excelente capacidad estética y funcional argumentaron su doble nombramiento como maestro mayor de las catedrales de Córdoba, tras la decisiva materialización del retablo mayor de la iglesia de San Pedro de Alcántara, y Granada. Su siguiente residencia, con 25 años, se establece en la capital cordobesa, donde erigió la capilla de la sacristía de la Mezquita, encomendada a Santa Teresa y donde yace el sepulcro del Cardenal Salazar. Posteriormente, rubricó el proyecto de la capilla del Sagrario de la Catedral de Granada. E, igualmente, antes de su fallecimiento, entregó las trazas de los monasterios de los frailes cartujos tanto en Granada como en El Paular, enclavado en la localidad madrileña de Rascafría. En Priego de Córdoba, localidad anclada a la etapa final de su trayectoria vital y donde intervino en los templos de San Pedro, San Francisco y de la Asunción, implantó un taller, alumbrando la llamada Escuela de Priego de Córdoba, con una repercusión temporal extensa, otorgando capacitación a multitud de artistas. Directamente, formó a los hermanos Teodosio y Jerónimo Sánchez de Rueda y la irradiación de este foco de aprendizaje y sabiduría engendrado por Hurtado Izquierdo se reflejó en Francisco Javier de Pedrajas, artífice del imponente sagrario de la iglesia mayor de la Asunción del municipio prieguense. Lo que dicen los expertos Hurtado Izquierdo, para Antonio Ruiz, es «uno de los hijos más ilustres de Lucena» y, probablemente, «uno de los artistas de mayor renombre», describía prototipos de alta sofisticación y una desacostumbrada planificación. En Lucena, cooperó con el poliédrico artista Leonardo Antonio de Castro y también recibió instrucciones de Juan Trujillo Moreno. Por el momento, los tributos concedidos por su ciudad de origen se limitan a una calle en el viario público. Cronista oficial de la ciudad, Luisfernando Palma Robles alude al «movimiento» aflorado entre los estudiosos locales para «la reivindicación de su figura» y acentúa que «llama poderosamente la atención» la ausencia de menciones a Hurtado Izquierdo en las publicaciones de uno de los historiadores «más influyentes» en la transición de los siglos XVIII al XIX, en referencia a Ramírez de Luque. Deduce Palma Robles que el predominio de Leonardo Antonio de Castro en las creaciones de los edificios religiosos locales «por su cercanía» al clero local «influyó seguramente» en el traslado de Hurtado Izquierdo a otras latitudes. Hijo de Diego Hurtado e Isabel Hermosilla y bautizado en el templo parroquial de San Mateo, el oficio de su padre como albañil despertó su interés por la arquitectura. Este año se conmemora el 300 aniversario del fallecimiento de Hurtado Izquierdo y la Diputación ha dedicado a esta figura la quinta edición de las Jornadas de Patrimonio Barroco, basadas en representaciones teatrales, conciertos y visitas guiadas.
Ver noticia original