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  • Los inmunólogos están hartos de repetirlo: no hay ninguna evidencia científica de que las vacunas causen autismo

    » Diario Cordoba

    Fecha: 24/11/2025 15:53

    La página web de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) fue modificada recientemente con argumentos antivacunas que sugieren que no se puede descartar una posible relación entre las vacunas y el autismo. En la parte superior del sitio se indica ahora que la afirmación “las vacunas no causan autismo no estaría basada en pruebas concluyentes", argumentando que los estudios no han descartado completamente la posibilidad de que las vacunas infantiles puedan provocar esta condición. Ante este mensaje, la Sociedad Española de Inmunología (SEI) rechaza la postura de los CDC, ya que contradice la evidencia científica. "Numerosos estudios y organismos internacionales confirman que las vacunas infantiles, incluida la triple vírica, no causan autismo. La SEI insta a rectificar el mensaje y reafirma su compromiso con la seguridad vacunal y la salud pública". Según explican los inmunólogos en un comunicado, el contenido publicado por los CDC introduce un mensaje que "no está respaldado por la evidencia científica disponible" y que puede generar dudas injustificadas sobre la seguridad de las vacunas infantiles. Los expertos en vacunas recuerdan que numerosos estudios epidemiológicos de gran tamaño, desarrollados en distintos países y con metodologías rigurosas, no han encontrado ninguna asociación entre las vacunas infantiles —incluida la vacuna triple vírica (MMR)— y el desarrollo de trastornos del espectro autista (TEA). Un estudio de este mismo año, con más de 1,2 millones de niños en Dinamarca, evaluó la exposición a adyuvantes de aluminio en vacunas infantiles y su relación con 50 condiciones crónicas, incluido el autismo, sin encontrar ninguna asociación entre mayor exposición y riesgo de TEA. Los bebés nacidos en la pandemia no tienen más riesgo de tener autismo / EFE "Improcedente e irresponsable" Por tanto, la actual afirmación de la CDC: “la posibilidad no ha sido descartada” sin aportar ninguna evidencia nueva, es científicamente improcedente y comunicativamente irresponsable. La formulación utilizada por los CDC constituye un grave retroceso en la comunicación de seguridad vacunal. La ausencia de una asociación causal "no se fundamenta en una única publicación, sino en un cuerpo de evidencia científica amplio, repetido y coherente. Emitir un mensaje ambiguo en este tema —históricamente explotado por movimientos antivacunas— puede generar confusión tanto en profesionales sanitarios como en la población general, debilitar la confianza en los programas de vacunación infantil, incrementar la indecisión vacunal, con el consiguiente aumento de enfermedades prevenibles, y reavivar narrativas pseudocientíficas ya superadas, con consecuencias directas en la salud pública". La SEI considera que este tipo de mensajes, especialmente cuando provienen de una autoridad sanitaria de referencia internacional, "deben atenerse estrictamente a la evidencia científica vigente y evitar introducir dudas infundadas". La Sociedad Española de Inmunología insta a los CDC a rectificar la formulación actual de su página web sobre vacunas y autismo, proporcionar información que refleje fielmente la evidencia científica acumulada, "evitar expresiones que puedan interpretarse como una reapertura de un debate científico ampliamente zanjado y reforzar la comunicación basada en datos y revisiones sistemáticas, especialmente en asuntos con alto impacto social".

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