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» Diario Cordoba
Fecha: 21/11/2025 19:52
La alopecia frontal fibrosante es una patología que causa gran impacto psicológico y social en las mujeres que la padecen, constituyendo una enfermedad que afecta, sobre todo, a la población femenina en la etapa de la posmenopausia, a partir de los 50 o 60 años, aunque se registran algunos casos aislados en hombres. La alopecia frontal fibrosante es una forma de pérdida de cabello definitiva que deja una cicatriz, por lo que el cabello no vuelve a nacer; la línea de inicio del cabello va retrocediendo progresivamente, ocasionando que la frente se vuelva más grande, al mismo tiempo que cejas y patillas también se van quedando sin pelo. El especialista en Dermatología y Venerología del hospital universitario Reina Sofía y responsable del grupo de investigación del Imibic Enfermedades Inflamatorias Cutáneas Inmunomediadas, Juan Ruano, aprecia un incremento en el Reina Sofía de pacientes atendidas con este problema entre los últimos 10 y 15 años. Este doctor, nacido en Jaén, pero criado en Córdoba, estima que en la provincia cordobesa podría haber más de un millar de mujeres afectadas, aunque no existen datos epidemiológicos precisos que permitan establecer una cifra exacta. Como ya se ha citado, este problema es más común después de la menopausia y menos frecuente en féminas jóvenes y algunas pacientes son asistidas en atención primaria y otras en el ámbito hospitalario. Una mujer con alopecia frontal fibrosante. / CÓRDOBA Este especialista en Dermatología resalta que no se conoce la prevalencia exacta de la alopecia frontal fibrosante en la población general. Expone que en algunos centros dermatológicos especializados puede representar hasta un 10–15% de las alopecias cicatriciales, pero estas cifras no son extrapolables a la población general. Sin causa conocida Ruano indica que las causas de esta patología se desconocen en la actualidad, aunque uno de los motivos puede ser un proceso autoinmune que destruye los folículos pilosos, junto con factores hormonales y genéticos, a la vez que se está estudiando, aunque sin ninguna conclusión definitiva hasta el momento, la influencia de factores ambientales, como la exposición al sol o el contacto repetido con determinados cosméticos en la zona frontal. Sin embargo, no existe evidencia concluyente que establezca una relación causal, añade. Patología sin cura Este especialista indica que la alopecia frontal fibrosante no tiene cura en la actualidad y tampoco cuenta con tratamientos específicos, motivo por el que desde Córdoba, a través del Imibic y del hospital Reina Sofía, se quiere liderar un nodo andaluz, integrado por otros hospitales y centros de investigación, que investigue, con financiación del Instituto de Salud Carlos III, las posibles causas de esta enfermedad, sobre todo desde el punto de vista biológico y de los mecanismos inflamatorios que la provocan, para poder buscar nuevos tratamientos que ayuden a las pacientes que la sufren. Juan Ruano, investigador del Imibic y especialista en Dermatología y Venerología del hospital Reina Sofía. / Víctor Castro Dentro de esta iniciativa, Juan Ruano persigue poder iniciar el próximo año un ensayo clínico, financiado por administraciones públicas, para mejorar la calidad de vida de las pacientes con esta enfermedad, pues, aunque precisa que existen ya algunos ensayos clínicos, reconoce que esta alopecia no cuenta con demasiada investigación ni pública ni privada. Colaboración con un hospital de Nueva York Una investigación previa del grupo que dirige Juan Ruano en el Imibic, realizada en colaboración con un grupo de investigadores del hospital Mount Sinaí de Nueva York, ya aportó hace algo más de seis años nueva información sobre las células que participan en la inflamación que produce la destrucción del pelo en las pacientes con esta alopecia y pudo demostrar que en determinadas mujeres, sobre todo en las que la alopecia frontal fibrosante estaba comenzando, se podían encontrar células madre en el folículo piloso (las células que permiten regenerar la piel y el pelo), lo que podría ayudar a revertir la inflamación en esos estadios precoces. Células madre La investigación multicéntrica que el grupo del doctor Ruano quiere poner en marcha seguirá en esta línea de estudio de las células madre que quedan en el folículo piloso, con el objetivo de poder solventar el cuadro inflamatorio, evitar la destrucción del pelo y la alopecia irreversible. Juan Ruano remarca que los problemas que afectan a la cara y al cabello influyen mucho en quienes los padecen, sobre todo desde el punto de vista psicológico y de autoestima, porque forman parte de su imagen personal. «Cuando una persona se queda sin cejas y sin pestañas afecta a su expresión, ya que le cambia el rostro. Puedes seguir siendo reconocible si tienes arrugas, pero la pérdida de cejas cambia mucho el rostro. Atiendo en consulta todos los días a pacientes con alopecia frontal fibrosante y me gustaría poder ayudarlas con esta nueva investigación y este ensayo clínico que queremos poner en marcha, ante la falta de tratamientos eficaces y de un mayor apoyo por parte de la industria farmacéutica», concluye este dermatólogo e investigador.
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