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Parana » AIM Digital
Fecha: 20/11/2025 09:08
La desaceleración de los precios volvió a postergarse. Aunque noviembre suele ser un mes de baja estacionalidad, las mediciones privadas muestran que la inflación se mantendría por encima del dos por ciento, consolidando seis meses consecutivos de subas desde el piso de mayo. Con alimentos en alza y nuevas actualizaciones tarifarias, diciembre tampoco lograría perforar ese nivel. El contexto obligó al Banco Central a actuar con mayor cautela. La entidad moderó su plan de comprar dólares mediante emisión para recomponer reservas, alertada por el riesgo de que una mayor inyección de pesos acelere aún más la inflación. La conducción ya había aclarado que no existe un objetivo rígido de acumulación mensual, y el escenario actual refuerza esa postura. Seis meses en alza y un cierre de año complicado La inflación retomó un sendero ascendente desde el mínimo de 1,5 por ciento registrado en mayo. Si noviembre y diciembre mantienen la misma dinámica, el país completará cuatro meses consecutivos con registros superiores al dos por ciento. La inflación núcleo —que excluye precios regulados y estacionales— se ubicaría en 2,2 por ciento, lo que muestra que el grueso de los precios se mueve a esa velocidad, más allá de variaciones puntuales. En 2024, noviembre había marcado el nivel más bajo del año (2,4 por ciento). Ahora, las consultoras anticipan la situación inversa y advierten incluso sobre la posibilidad de un pico inflacionario. Alimentos, tarifas y transporte: los motores de la suba Las consultoras detectaron incrementos relevantes en alimentos: en las dos primeras semanas de noviembre, los ajustes semanales rondaron el 0,9 por ciento, impulsados por subas en la carne, que tiene fuerte incidencia en el índice general. A esto se suman: el aumento del boleto de colectivos en el Amba, cercano al 10 por ciento, nuevas subas en combustibles, y ajustes en tarifas de luz y gas. Según estimaciones preliminares, la inflación de noviembre podría ubicarse en torno al 2,5 por ciento, por encima del registro de octubre. El Banco Central pisa el freno En este contexto, el Banco Central decidió ralentizar su estrategia de recomprar reservas vía emisión. Una expansión monetaria en este momento podría ser contraproducente y acelerar aún más los precios. El plan presentado por la vicepresidencia de la entidad queda así condicionado a un escenario de menor tensión, posiblemente recién a partir del ingreso de la cosecha gruesa. Mayoristas a la baja: señal mixta Un dato positivo llegó desde la inflación mayorista, que en octubre bajó de 3,7 por ciento a 1,1 por ciento. Sin embargo, este freno puede tener un efecto secundario: las empresas comienzan a recomponer márgenes luego de meses de absorber aumentos, lo que podría derivar en mayores subas al consumidor. Según la consultora LCG, por primera vez desde mayo la inflación minorista superó a la mayorista, lo que indica un inicio de recuperación de rentabilidad. Si la actividad mejora, este proceso podría complicar la desinflación buscada para los próximos meses. Un cierre de año con desafíos Con alimentos presionando, tarifas en proceso de actualización y una política monetaria que debe evitar cualquier shock de emisión, todo indica que la inflación cerrará el año en niveles persistentes de más del dos por ciento, sin señales claras de moderación en el corto plazo.
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