20/11/2025 10:52
20/11/2025 10:52
20/11/2025 10:51
20/11/2025 10:51
20/11/2025 10:51
20/11/2025 10:50
20/11/2025 10:50
20/11/2025 10:50
20/11/2025 10:50
20/11/2025 10:49
» Diario Cordoba
Fecha: 20/11/2025 08:35
Una treintena de paquetes con 30 kilos de cocaína detectados en un coche en la Pobla de Vallbona a finales de junio fue el pistoletazo para poner en marcha la Operación Oyamel que ha permitido a la Udyco central de la Policía Nacional desmantelar la primera 'oficina' del temido y proscrito Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) en España. Nada más intervenir esos 30 kilos de cocaína, que estaban colocados dentro de una 'caleta' (en jerga narco, el hueco oculto que se crea en un vehículo para transportar la droga y cuya apertura suele implicar un ingenio electrónico que combina la acción simultánea de varios mecanismos del coche), agentes de la unidad central antidroga de la Policía española, que ha contado con la colaboración de la DEA, la agencia antinarcóticos de Estados Unidos, detuvieron al conductor del vehículo, primero, y a continuación apresaron a los dos primeros miembros del grupo, dos albaneses afincados en Paterna responsables de controlar la distribución en València de la droga -cocaína y metanfetamina, de cuya producción son los absolutos amos los narcos mexicanos- que ponía en circulación el Cártel en nuestro país. En ese momento, la Policía Nacional ya sabía -y había sido advertida por la DEA- de que el temible y violento Cártel mexicano, hoy dueño y señor de la mayor parte de las rutas de entrada de la cocaína desde Suramérica a Estados Unidos-, había asentado en España, probablemente en el entorno de Madrid, su primera célula, pero faltaba poner nombres, localizaciones y ver el alcance real de esos soplos. La caleta de la Pobla y la detención de los responsables de la delegación valenciana del Cártel -los dos albaneses de Paterna- fueron la confirmación que necesitaban. La DEA, la Camorra,... A partir de ese momento, los agentes de la Udyco central y de la de Madrid fueron tirando del hilo hasta identificar y ubicar a todos los componentes del entramado, gracias a lo cual la investigación se ha cerrado con la detención de 20 presuntos narcos -15 están en prisión-, incluidos los tres de València de junio. Entre esos veinte arrestados hay incluso dos de los llamados "objetivos de alto valor" para la DEA: un italiano considerado "mano derecha" de uno de los capos de la Camorra, Raffaele Imperiale, detenido en 2021 en Dubái -refugio dorado del narco y las mafias de medio mundo- y un colombiano considerado de primer nivel dentro de las organizaciones que producen y exportan la cocaína desde el eje productor: Colombia, Perú y Bolivia. La investigación policial se basaba en esa advertencia de que el CJNG, nacido de la fusión de los cárteles de Tijuana y Jalisco hace 11 años, en 2014, y considerado la mayor organización narcoterrorista de México tras superar al Cártel de Sinaloa -ambos grupos llevan enzarzados en una sangrienta guerra por el control de territorios y fronteras que suman miles de asesinatos-, había abierto su primera sucursal en España. Una de las peculiaridades del CJNG, conocido por su brutalidad y crueldad extremas, es que funciona con 'franquicias' y, con la abierta en España, buscaban dominar la distribución, de momento, en València y en Bilbao. Dado que no podían controlar la entrada por el Puerto de València, que tiene sus propios 'dueños', buscaron otras vías de importación, en este caso, a través de los puertos de Oporto (Portugal) y Rotterdam (Países Bajos), este último, segundo en el ranking europeo de incautaciones de cocaína, por detrás del de Amberes (Bélgica), que desbancó al valenciano hace una década. 'Meta' mexicana para completar el flete Los investigadores, según ha explicado el comisario jefe de la Brigada central de estupefacientes a la que pertenece la Udyco central, Alberto Morales, supieron que iba a llegar un cargamento al puerto neerlandés, camuflado dentro de maquinaria industrial fletada en un contenedor lo que puso en marcha la siguiente fase. Así, se supo que esa maquinaria pesada contaminada con cocaína -y esta vez, también con metanfetamina, probablemente para aprovechar el viaje- fue descargada en Rotterdam y llevada hasta una finca de La Adrada (Ávila), donde discretamente extraían la droga y la distribuían con sus ramificaciones valenciana y bilbaína, usando para ello los vehículos previamente 'caleteados' por mecánicos de confianza. En otras ocasiones, tras alcanzar acuerdos con la Camorra napolitana -la cocaína al por mayor es, por lo general, 10.000 euros por kilo más barata en España, por lo que les compensa comprársela a narcos en nuestro país y llevarla luego al suyo-, reenviaban la maquinaria con droga directamente a Italia por carretera. Para ello, disponían de una segunda finca agrícola cerca de Talavera de la Reina (Toledo), donde recepcionaban el contenedor y lo reexpedían a su destino, en el sur de Italia. El pasado mes de septiembre, los agentes detectaron un primer envío de cocaína hacia el país transalpino a través de un capo de la Camorra napolitana perteneciente al clan Amato-Pagano, envío que fue interceptado. ¿Y cómo darle cobertura legal a esas transacciones? A través de un empresario español, que daba soporte a toda la logística, prestando su propia estructura mercantil, como dueño de varias sociedades, para introducir, almacenar y distribuir la mercancía a través de varias sociedades mercantiles de su propiedad. Y no solo eso. Según la policía, esa misma estructura societaria era utilizada para blanquear las enormes ganancias económicas obtenidas. 'Malos' como los 'Peaky Blinders' En total han sido intervenidos 1.870 kilos de cocaína -650 de ellos en otro contenedor con origen en Costa Rica y bloqueado a su llegada a Rotterdam-, 375 kilos de anfetamina, 275.000 euros en efectivo, criptomonedas por valor de 15.000 USDT, tres armas cortas de fuego, 15 vehículos y 14 kilos de plata en lingotes, una de las inversiones de blanqueo de las ganancias. Entre las curiosidades que ha arrojado esta investigación está que los mexicanos que la trama usaba en su escalón más bajo, eran cambiados cada cuatro meses para evitar filtraciones de información Para distinguirse de los demás, solían utilizar gorras como las que usaban los gánsteres del Birmingham (Reino Unido) de los años 20 del siglo pasado, inmortalizados en la serie de la BBC Peaky Blinders. También ha sido destacado por el comisario Alberto Morales la elección de los logos utilizados en los envíos detectados, desde el "Cash" que rotulaba los paquetes intervenidos en junio en la Pobla de Vallbona, al "007" y las pegatinas de "Tío Gilito", el tío del Pato Donald que lleva por bandera el título de "pato más rico del mundo", bañándose en montañas de monedas de oro, o del Monopoly, el juego por excelencia que retrata el lado más salvaje del capitalismo, que adornaban los 'ladrillos' de cocaína del último cargamento interceptado en Países Bajos.
Ver noticia original