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» Diario Cordoba
Fecha: 20/11/2025 09:05
-¿Qué medidas está realizando su ministerio ante la propuesta de rebajar la PAC en el horizonte 2028-2034? -La propuesta la hizo la Comisión Europea el 16 de julio y dedicamos el final de ese mes y el de agosto en el ministerio a analizarla, porque es muy compleja, con más de 70 borradores de reglamento, algunos de interés para la PAC y otros no. Desde el final de agosto me reuní con organizaciones profesionales agrarias, con cooperativas agroalimentarias, con las organizaciones pesqueras y con las 17 comunidades autónomas. Y la conclusión fue unánime. Lo que planteé como Gobierno de España es que necesitamos mantener un frente unido porque nuestros intereses son comunes. Todas las partes están de acuerdo en la defensa de una personalidad propia tanto para nuestra política agrícola como para nuestra política pesquera y, evidentemente, que esté dotada de fondos suficientes. -¿Va España a liderar un frente común en el ámbito europeo contra esa rebaja? -Estamos al principio de la negociación, por tanto no voy a adelantar acontecimientos. En cualquier caso, evidentemente, se puede calcular sobre la propuesta de la comisión, dependiendo de los parámetros que utilicemos, el alcance de los recortes. Los datos cuantitativos señalan entre un 15 y hasta un 22% de reducción. Para mí ese no es más que el punto de partida de la discusión. Lo que se trata es de lograr al final el mejor resultado posible. Esta es una negociación europea clásica, donde hay que tener muy claro primero lo que está sobre la mesa, tenerlo correctamente realizado; en segundo lugar, saber cuál es nuestra pretensión y si la tenemos muy clara cuál es nuestro objetivo, fijar nuestro rumbo; y a continuación, ser capaces de mantener una estrategia continua de presión y de discusión para lograr el mejor resultado posible. En ello estamos, esto no ha hecho más que empezar. El Consejo Europeo del 18 y 19 de diciembre será la primera ocasión en la que tengan que decir los que tienen que hacerlo por unanimidad el presupuesto europeo para el periodo 2028- 2034. Vamos a ver qué sale de esa discusión. Yo soy optimista -El aforo del aceite de oliva anticipa una campaña corta, especialmente en Córdoba. ¿Qué impacto prevé en los precios en origen y en el lineal? -Hemos tenido una primavera con bastante lluvia, que hizo presagiar en algún momento, que esta campaña podría ser estar situada con una referencia cuantitativa de las más altas de la historia reciente. Después tuvimos un episodio de calor intenso durante el verano y además sin lluvias. Eso, lógicamente, desde el punto de vista del cuajado y del desarrollo propio de la aceituna, ha significado un menor rendimiento desde el punto de vista de la producción. Al final, el aforo está en 1,37 millones de toneladas, que está próximo a la media general. No es por tanto ni baja ni alta. En un momento dado, ante la preocupación de que pudiera ser una campaña que pudiera derrumbar los precios y por tanto causar problemas al olivar tradicional, que es el que tiene unos mayores costes de producción muy diferentes de los del intensivo y super intensivo, publiqué una orden para la posibilidad de un almacenamiento privado, para la estabilización de los precios. Al final, la semana pasada publicamos la resolución correspondiente de que ya no es necesario ese almacenamiento porque nos vamos a encontrar ante una cosecha media. ¿Qué es lo importante para mí? Dos cosas. Primero, que los agricultores tengan un ingreso que les permita tener un margen de beneficio y por tanto que puedan desarrollar y continuar su actividad de cara al futuro. Segundo que los consumidores, que han resistido muy bien el incremento de precio, por ejemplo de hace un par de años, tengan un producto, que es de primera necesidad, en unas condiciones de calidad y de precio que sean las propias y necesarias para el consumo. Quiero significar a este respecto que desde el Gobierno de España rebajamos de forma permanente el IVA del aceite de oliva del 10% al 4%. Creo que ha sido un reconocido también por parte del gobierno al aceite de oliva como un producto esencial y evidentemente un apoyo a todo el sector olivarero. -El agua sigue siendo el principal cuello de botella del campo andaluz. ¿Qué medidas concretas va a impulsar el ministerio para garantizar recursos hídricos suficientes y precios asumibles para los regantes? -Estamos ante un momento donde, si miramos la secuencia de las últimas décadas, efectivamente no solo hay como media una menor pluviometría, sino que cuando esta se produce, se produce en circunstancias extraordinarias y más radicales que en el pasado. El cambio climático está aquí: vivimos en una de las zonas del mundo más afectadas, el sur de la Unión Europea y el norte de África. Hay que intentar cumplir los objetivos de París y reducir las emisiones para reducir el impacto del cambio climático, pero más allá de la lucha contra las emisiones tenemos que ser capaces de resistir y adaptarnos. En el mundo agrario eso significa aprovechar bien el agua, modernizar el regadío y utilizar aguas alternativas, por ejemplo las procedentes de la depuración, aguas no convencionales, o bien la desalación, que tiene un costo superior pero que en algunos casos puede ser rentable. Hablo de modernización y obras de regadío. Cuando llegué en junio de 2018 al Ministerio había una sola obra en curso; en este momento hay más de 120 obras financiadas por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y por los fondos europeos. -¿Qué volumen de recursos se está movilizando para hacer frente a la escasez de agua? -En el período 2022-2027 estamos invirtiendo 2.500 millones de euros para la modernización del regadío, de los cuales aproximadamente la mitad proceden de fondos europeos. Por tanto, se trata de la mayor inversión de la historia en materia de modernización y una gran posibilidad, yo creo, de mejorar el buen uso del agua. Y si me permite, hay otras circunstancias más ligadas a esta problemática. Las nuevas técnicas de edición genómica son otro de los instrumentos que tenemos para resistir ya que nos van a permitir tener plantas y semillas más resistentes a la carencia o reducción de la pluviometría y también a las altas temperaturas. Y otra es el seguro agrario, absolutamente fundamental. Lo encontré con una subvención anual inferior a 200 millones de euros y en estos momentos hemos alcanzado 315 millones de euros, lo cual nos permite llegar prácticamente hasta casi el 40% del coste del recibo de la póliza para el agricultor. Es muy importante porque permite responder a situaciones como la sequía, el pedrisco, las inundaciones y otros elementos muy significativos. -El Gobierno ha dado los primeros pasos para dotar al país de unos nuevos presupuestos. ¿En qué beneficiarían al ministerio de Agricultura? -La voluntad política del gobierno creo que es bien clara y ha quedado muy bien expuesta por la vicepresidenta primera ministra de Hacienda, María Jesús Montero, al presentar esta misma semana el techo de gasto al Consejo de Ministros, y también la voluntad política de una presentación pronta de los Presupuestos Generales del Estado. El tener unos presupuestos en vigor nuevos desde luego es un elemento positivo. Como siempre, tenemos prioridades de cara al futuro, entre ellas todo lo que supone el apoyo a nuestra adaptación y resistencia frente al cambio climático, ya sea lo referente al regadío o lo referente a los seguros agrarios. Pero más allá de esto, el gran proceso de cambio que se está produciendo en estos momentos en nuestro sector agroalimentario es la transformación profunda que necesitamos hacer. Hemos hablado de cambio climático, yo añadiría las circunstancias geopolíticas internacionales y la necesidad también de alimentar a una población creciente a nivel mundial. En España, en este momento somos 48 millones y medio de personas, el año pasado tuvimos 94 millones de visitantes, y además exportamos una cifra que supera los 75.000 millones de euros en los últimos 12 meses. Por tanto, creo que para mantener y hacer frente al reto del abastecimiento necesitamos también una transformación desde el punto de vista de la innovación, del incremento de la productividad de nuestro sector, y eso es en lo que estamos. Es decir, ampliar nuestra presencia como industria agroalimentaria implica un reto de seguridad, un reto de calidad y un reto de competitividad. El ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas, posa para la entrevista a CÓRDOBA / A. J. González -En el escenario de que no se aprobaran, ¿qué partidas o inversiones se verían afectadas? -Hemos tenido la fortuna de que los presupuestos prolongados correspondían a un ejercicio presupuestario donde la inversión de fondos europeos y la previsión era amplia y ello nos ha permitido gestionar perfectamente las sucesivas prórrogas presupuestarias sin ninguna afectación negativa, al menos en lo que corresponde al sector agrario y a nuestro mundo rural. -¿Cómo está gestionando el ministerio la polémica sobre los cambios en la comercialización del ibérico introducidos por la DOP Guijuelo? -Sinceramente, debo decir que creo que se trata de un falso debate que y he intentado explicarlo. También hay algunos que lo están intentando explotar desde el punto de vista político. Hay quien pretende ante cualquier tema buscar un elemento de confusión y sobre todo de enfrentamiento. Yo me situó entre quienes optan siempre por buscar soluciones. En este asunto hablamos de la norma de calidad, que procede de una decisión adoptada por el Gobierno de España de una administración anterior, en la cual tuvo una participación muy importante Andalucía y yo mismo como consejero de Agricultura de la Junta, con el entonces ministro Miguel Arias Cañete. Llegamos a un pacto, que era un pacto de sector, pero también un pacto político entre los dos grandes partidos PSOE y PP y creo que acertamos. Gracias a la norma de calidad del ibérico se logró una ordenación del sector en las distintas categorías y una clarificación y un incremento de valor de venta de nuestros productos. Para mí la norma del ibérico es algo que no debe en ningún caso modificarse si no es para mejorarla y con el consenso de todas las partes. Pero esto no es lo que está en esos momentos sobre la mesa, lo que está sobre la mesa es simplemente la adaptación del pliego de condiciones de una denominación como es la de Guijuelo. -¿Y cuál es la postura de su ministerio ante la modificación que abre las puertas a comercializar ibéricos de menor pureza? La Denomimación Guijuelo tiene la posibilidad no solo de hacer como lo hacen Pedroches y Jabugo de situarse exclusivamente en el 100%, que para mí es sin duda el segmento preferido, si no de situarse, como lo ha hecho en el pasado de Extremadura, en el 75% o el 50%. Se trata de una modificación que, técnicamente y administrativamente, denominamos normal y cuando fueron consultadas todas las comunidades autónomas así lo consideraron. Por tanto, creo que hay una cierta confusión en este debate. Pero quiero dejarlo bien claro: la apuesta del Gobierno de España y la mía como ministro es por la calidad. Y, evidentemente, donde no podemos entrar es en una norma comercial que pertenece exclusivamente al ámbito regulatorio privado y donde son los ciudadanos los que tienen que escoger si prefieren el 100% el 75% o el 50%. Es una decisión de compra de los ciudadanos. -Córdoba vuelve a tener dificultades para cubrir campañas agrícolas como la aceituna. ¿Va a impulsar un plan específico para garantizar mano de obra suficiente, regulada y estable en Andalucía? -Cuando visito una explotación agraria o una cooperativa siempre hay dos temas que aparecen. Uno es el agua, que es necesaria para la agricultura, y el segundo es la mano de obra. No es el único sector, también ocurre en los servicios, particularmente en la hostelería, y en la construcción. Para una campaña como el olivar, donde hacen falta más o menos 32 millones de jornales, el disponer de trabajadores para un trabajo, que es particularmente duro, no es fácil. Quiero subrayar dos elementos que me parecen muy importantes y que desde luego respeta el sector. El primero son las condiciones de trabajo dignas y una remuneración adecuada de acuerdo con la ley. El sector lo aplica, es bueno recordarlo porque en ocasiones aparecen algunas noticias que no son representativas del conjunto del sector. En segundo lugar, la necesidad no solo de tener a trabajadores que vengan a trabajar a nuestro país sino que seamos capaces de integrarlos, ya sea de forma temporal o definitiva en función de las circunstancias. -La UE plantea un nuevo recorte de días de pesca que el sector considera inasumible. ¿Cuál va a ser la postura de España y qué alternativas se manejan? -El 11 de diciembre será la reunión del consejo de oficio, donde discutimos las cuotas del conjunto que afectan a las flotas de la Unión Europ. Sobre la mesa, unas propuestas son positivas, por ejemplo en la merluza, y en otras hay disminución, como en el abadejo. Con países terceros como Reino Unido o Noruega las discusiones prosiguen. Esperamos un resultado positivo porque son importantes para nuestros intereses. También en el ámbito de países terceros están las denominadas de estados costeros, donde no se ha llegado a un acuerdo. Y esto va a producir una propuesta de reducción de un 70% en lo que se refiere a la caballa. Países como Noruega, Islas Feroe o Islandia podrán tomar decisiones autónomas que puedan no estar en línea. En el consejo celebrado esta semana en Bruselas llamé la atención de la comisión sobre la necesidad de que si alguno de estos países adopta medidas que no estén en línea con la política de conservación se tomen medidas. Finalmente, el capítulo que va a ser difícil es el que refiere al Mediterráneo. El sector ha llevado a cabo unos esfuerzos muy importantes en los últimos cinco años. Como consecuencia de ello, recientes informes científicos publicados muestran una tendencia a la mejora del conjunto de stocks muy significativos. En diciembre del año 2024 conseguimos una media de 130 días por año. ¿Cuáles son los objetivos que tenemos ahora? Primero, y de forma inmediata y antes de final de año, recuperar hasta el 6% de días finales del año 2024 después de las medidas de selectividad aplicadas este año que no se tuvieron en cálculo para llegar a los 130 días. Este fue mi acuerdo con el comisario europeo, que si la tendencia de los informes científicos era positiva se pudiera aplicar esta medida incluida en el reglamento comunitario. Para 2026 necesitamos más días de trabajo, y ese es el objetivo. -En Valencia y Cataluña hay flotas paradas y avisan del riesgo de desabastecimiento de cara a la campaña de Navidad, ¿Piensa el Gobierno en articular algún tipo de medidas para evitar que este parón se traslade al consumidor? -Reitero lo que he manifestado esta misma semana: no va a haber desabastecimiento ni de pescado ni de marisco. Comprendo que estos temas pueden ser muy atractivos, desde el punto de vista mediático pero, sinceramente y con independencia de que el momento de la Navidad sea un momento de mayor consumo y de mayor incremento de precios de forma tradicional y anualmente, quiero dejar claro que el abastecimiento está asegurado -Siguiendo con el abastecimiento de los mercados, ¿está el ministerio considerando algún tipo de ayuda o compensación al sector avícola para afrontar el impacto de la gripe aviar? -El funcionamiento de la cadena alimentaria en España, y todo el sistema agroalimentario, es profesional y eficiente. Creo que esto se ha demostrado en momentos como la pandemia, la crisis derivada del incremento del precio de los insumos como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania y en otros momentos puntuales. Lo que tenemos ahora con la gripe aviar no es sino un episodio concreto y en un contexto derivado de otros riesgos que tenemos en el mundo actual, como son los episodios en materia de sanidad animal. En España, lo que hemos hecho ha sido adoptar las medidas que había que adoptar bajo un principio de prudencia y bajo un principio de eficacia. Lo hemos hecho de la mano del conjunto de las comunidades autónomas responsables también de la sanidad animal y en coordinación con la Comisión Europea. Son medidas duras pero necesarias y yo creo que van a dar resultado. Son medidas temporales derivadas del retorno de las aves migratorias del norte de Europa hacia el sur de Europa y hacia África. En el momento que disminuya esa presión o se detenga podremos relajar esas restricciones. -¿Maneja algún tipo de ayudas a los productores y a paliar el sobrecoste para los consumidores? Hoy por hoy mi llamada es al mantenimiento de las medidas ya implantadas. Y por supuesto, al cumplimiento de las mismas, que es absolutamente necesario. Esta crisis tiene un impacto sobre la producción y los precios, pero muy limitado. Estamos hablando de una cabaña de gallinas ponedoras de más de 50 millones de ejemplares, y la afectación se ha situado en una cifra máxima de dos millones y medio de gallinas, que han tenido que ser sacrificadas. Por tanto, teniendo en cuenta que nuestra producción supera nuestro consumo interno, aproximadamente producimos el 120% de nuestras necesidades, tenemos margen para reajustar lo referente a nuestras exportaciones y también a nuestro consumo interior.
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