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  • La experiencia en el deporte de élite como herramienta de gestión de políticas de inclusión

    » Elterritorio

    Fecha: 19/11/2025 14:26

    Tras una exitosa carrera en el hockey, la natación y el triatlón, la funcionaria municipal busca fortalecer el deporte sano e inclusivo desde la Secretaría de Salud, Deportes y Desarrollo Humano miércoles 19 de noviembre de 2025 | 7:00hs. Flores tuvo sus inicios en el deporte en el Club Centro de Cazadores. Foto: agustina Vera Con talento, pasión, pero sobre todo con mucho sacrificio, Gabriela Flores se ganó un merecido lugar entre las deportistas misioneras más destacadas en el mundo del hockey, producto de sus grandes logros, tanto a nivel nacional como internacional. Y que le valieron recorrer el mundo disfrutando de una de sus grandes pasiones, dejando al deporte misionero en lo más alto. Amante de la práctica deportiva y del alto rendimiento -que la llevaron a perfeccionarse en natación, fútbol y atletismo, entre otras disciplinas-, esta posadeña de 44 años supo también ganarse el respeto dentro del ámbito de la medicina, en donde se destaca como especialista en traumatología. Gracias a su talento, visitó países como Jamaica, México, Bélgica, Italia, entre otros. Ambas pasiones, la convirtieron en un perfil más que capacitado y experimentado para afrontar en la actualidad otro gran desafío vinculado al deporte, y que tiene que ver con su nuevo rol como Secretaria de Salud, Deportes y Desarrollo Humano de la Municipalidad de Posadas. Hoy, en Charlas con El Territorio, descubriremos un poco más del perfil de esta referente del deporte misionero y de todo lo que vuelca día a día a la medicina y a la gestión pública. ¿Como comenzó tu vínculo con el deporte? Mi vínculo con el deporte fue a través de mis padres, desde muy chiquita. Mi papá siempre jugó al fútbol en el club Universitario de Córdoba, y cuando vino acá empezó a jugar en Centro de Cazadores. Eso nos acercó al club y de esa manera nos acercamos con mi mamá a jugar al hockey. Yo tenía 6 años, nos invitaron a jugar y bueno, tanto ella como yo empezamos al mismo tiempo. Ese fue mi primer acercamiento al deporte. ¿Cómo viviste esos primeros años en el deporte? Desde chiquitita, siempre en el Club Centro Cazadores, todos los veranos hacía natación y durante el año jugábamos al hockey. En esa época no existían los teléfonos, las computadoras, no existía nada. Nuestra mayor diversión y felicidad era estar en el club. Nos íbamos a la mañana, volvíamos a la noche toda embarrada y sucia con mis hermanas. Tengo dos hermanas más chicas que compartíamos siempre también las mismas actividades deportivas. Ahí aprendimos a jugar hockey y aprendimos a nadar. Luego, nos metimos mucho en la natación, en aguas abiertas. Hasta que me fui a jugar al hockey a Córdoba y a estudiar medicina. Decidí Córdoba en su momento por una cuestión también de que estaban mis abuelos y también porque el nivel hockístico era en ese momento mejor que otros lugares. Ahí tuve la suerte de acercarme a un equipo más profesional, jugaba con una de las leonas que era Soledad García y participaba de seleccionados cordobeses que ese momento competían a nivel nacional e internacional. En ese momento tuve creo yo el auge de mi carrera hockística cuando terminé yendo a Italia, al Club Catania, que me ofrecen para jugar de manera profesional. ¿Cuántos años tenías en ese entonces? Tenía 23, 24 años, más o menos cuando me fui, y que ya era casi volviendo en mi carrera deportiva profesional, digamos, porque el hockey te demanda un físico bastante exhaustivo, muchos entrenamientos y en esa época yo estaba terminando la facultad de medicina. Hasta ese momento podía entrenar y estudiar, ya después cuando entré en la residencia ya fue diferente. ¿Qué te dio Córdoba a nivel profesional? Realmente Córdoba me dio un aprendizaje diferente en lo que es la cantidad y la calidad del entrenamiento y las jugadoras que éramos en ese momento. Yo pasé de un club sencillo donde apenas completábamos, a un club en el que había dos o tres líneas de diferentes equipos de primera. Había que entrenar de una manera mucho más comprometida o más responsable de cierto modo. Era mucho más exigente. También me abrió las puertas a esto que fue el seleccionado cordobés, que para mí era un sueño en ese momento. Yo siempre miraba las jugadoras de Las Leonas como mis ídolas y jugaba con una de ellas - Soledad García- todos los fines de semana. Todo eso me lo dio el Club Universitario. Las otras disciplinas ¿cómo ingresaron a tu vida? La natación la fui adoptando de chiquita, los veranos. En verdad empezó un verano que mis padres hicieron pileta en casa y nos mandaron a aprender a nadar. Obviamente, por seguridad para mi hermana y mí, empezamos a aprender y así nos metimos en la escuelita de natación en el club. Luego, empezamos a competir, íbamos al interior, viajábamos mucho a Eldorado a nadar. Y ahí me fui interiorizando hasta que nadamos a aguas abiertas, que ese fue un panorama muy lindo y muy particular. La emoción que te transmitía nadar en aguas abiertas, era hermoso. Y luego me alejé de eso cuando me fui a Córdoba. Retomé nuevamente cuando volví a trabajar acá al Madariaga. Empecé a trabajar en la guardia de emergencia como traumatóloga, y en los ratos libre que teníamos me sumé con un grupo de triatlón, con un amigo que me invitó. Como yo sabía nadar, me metí a hacer triatlón. Ahí me metí a la bici y también me compré una bici, que me gustaba y bueno, empecé a hacer triatlón. Eso me acercó a un grupo nuevo de amigos acá en Posadas con los cuales me preparé para una prueba que para mí era imposible de hacer, siempre de chiquita soñé con correr un Ironman. ¿Cómo fueron tus inicios en el Ironman? Cuando empecé a hacer triatlón, lo disfrutaba muchísimo, lo que más disfrutaba era el contacto con la naturaleza que te da el triatlón. Es un deporte un poco solitario en algunas cuestiones, diferente a lo que yo siempre estuve acostumbrada, que era jugar al hockey, en equipo, en grupo, esto era más solitario, pero peo bueno, era lo que en ese momento me acercó y lo disfruté el estar en el agua, el nadar, el andar en bici. Sobre todo las distancias que hacíamos. A la que yo apuntaba era una que te demandaba o te exigía prepararte mucho, no sólo físicamente, sino lo más importante que es la cabeza, prepararte mentalmente para dichos desafíos, porque muchas veces nos damos cuenta y sobre todo en este tipo de deportes que el cuerpo da hasta donde vos le mandes. Fue un desafío muy muy grande, no solamente físico, sino sobre todo mental, para el cual me fui preparando, porque creo que estuve como 3 años para llegar a preparar el full, que es el Ironman grande y en el cual si no te preparás es muy difícil hacerlo, es casi imposible hacerlo, tenés que entrenar y me dediqué mucho tiempo para cumplirlo. ¿Qué competencias recordás más de tu paso por el mundo del triatlón? Hablando del triatlón en particular me acerqué en una etapa de mi vida en la cual estaba alejada del deporte, justamente para mantenerme activa y así empecé a engancharme de a poquito. Fue un deporte en el cual yo no sobresalía, al contrario, era una más y una de las últimas. Pero lo que me importaba era estar y llegar, cumplir la meta. Hasta el día de hoy trato de estar. Claramente una de las carreras más importantes que hice en mi vida fue el Ironman de Floripa, que fue el único triatlón completo que hice y en el que te dan hasta 17 horas para hacerlo. Yo lo hice en 16 horas 20. Entré en el tiempo estipulado, a pesar de muchos problemas físicos que tuve antes de la carrera, enfermedades que después incluso terminaron hasta en una cirugía personal mía. A pesar de todo eso lo cumplí, llegué e hice 4 kilómetros de natación, 180 de bici y una maratón de 42 kilómetros, todo el mismo día. Esa es para mí es una de las hazañas deportivas por ahí más grande que tuve en lo personal. Pero en lo grupal tuve varias con hockey obviamente. Una de ellas creo que fue el campeonato argentino que ganamos con el seleccionado mayor de Córdoba, cuando le ganamos a Rosario. También mi viaje a Italia donde jugamos la Eurocopa, en Bélgica, México y salimos subcampeonas. También el Panamericano que ganamos con un club universitario en el 98. ¿Cómo recordás tu paso por Europa y qué te dejó en tu vida? Fue una etapa hermosa de mi vida realmente. Yo estaba físicamente en esa etapa en la que estás a pleno, estás bien preparado. Yo tenía 23 años cuando me fui, me llamó una seleccionadora que era cordobesa y la verdad que fue magnífico. En Argentina, lamentablemente el deporte no tiene el mismo apoyo que tiene en Europa. Y bueno, allá yo vivía del hockey, me levantaba, entrenaba, me cuidaba, viajábamos, se nos pagaba por eso. Cosa que acá no pasa, pero bueno, se puede aprender y verlo desde otro modo. Por eso también valoro mucho al deportista argentino que con pasión, capacidad, alma y mucha garra entrena y se pone muchas veces en los mejores niveles del mundo. ¿Cómo fue ese transitar entre empezar una carrera universitaria y dejar un poco de lado el deporte, ¿sufriste cambio? Sí, lo sentí bastante. Me costó, me dolió, pero más una vez recibida y con la profesión encima, con la responsabilidad de atender, de trabajar. Una vez ya recibida fue la mayor responsabilidad que sentí de alejarme para dedicarme a la atención médica. ¿La medicina está vinculada con tu amor al deporte? Sí, está relacionada de alguna manera. Yo siempre quise hacer traumatología y como buena deportista tuve lesiones de rodilla, de varias cuestiones y eso me acercó a traumatología y a la medicina. Hoy en día: ¿cuál es tu vínculo con el deporte? Hoy sigo ligada al deporte, juego en un equipo que formamos con las chicas de salud, a través del Colegio Médico de Misiones, hace dos o tres años que jugamos y fundamos el fútbol femenino en la liga interprofesional. Con ellas, estoy compartiendo un equipo hermoso, lleno de personas que conocí que son magníficas y siempre esa parte social fue lo que más se festejó y se festeja en el deporte. Sigo en una manera más recreativa si se quiere, no tan competitiva como antes, obviamente. Y cuando puedo salgo a andar en bici. También me anoto en los triatlones de la ciudad, en los más cortos. Este año corrí el de Paraguay, el corto lo terminé, el largo me costó un poco más, pero sí. Sigo moviéndome cuando puedo. ¿Qué herramientas te brindó el deporte para afrontar el cargo que tenés hoy en día en el municipio? Yo creo que la experiencia es crucial para evaluar, desde el lugar donde estoy, diferentes situaciones que podemos ayudar de donde estamos. Creo que la experiencia hace que uno pueda ver con otros ojos las necesidades, en este caso de los deportistas, para poder colaborar y ayudar de donde nos toca estar. ¿Cómo ves el deporte hoy en día en lo general? Mira, coincido que Posadas y Misiones está todavía en una etapa de crecimiento. Tenemos muchas personas y muchos chicos y chicas con muchas capacidades, con un buen gestionamiento, tanto de la parte municipal como de la parte provincial con el trabajo que está haciendo el ministro de Deportes con Aldo Steinhorst, también exdeportista de alto rendimiento, que sabe lo que hace. Diferenciado, obviamente el deporte recreativo, del deporte competitivo, el de alta competencia y nosotros más en la parte comunitaria apuntamos a esto de sustentar y mejorar las políticas de deporte comunitario. Hoy tenemos casi 70 escuelitas de diferentes tipos de deportes que la sociedad hoy accede de manera totalmente gratuita. ¿Cómo se puede ayudar a los chicos o cuáles son los desafíos que se tienen desde de la municipalidad para proyectar al deporte? Siempre tratamos primero de apoyar a estas escuelitas deportivas, a donde se acercan los padres con los chicos y tratar de mejorar la comunicación, el cariño que se le da a los chicos para desde los padres hacia ellos y desde las escuelas hacia ellos. Tratar de contenerlos, de alejarlos de cuestiones maliciosas que están rodeándolos constantemente en el barrio y primero que nada apoyar eso. La base, el deporte infantil, es clave para que ese niño crezca un ambiente sano, en un ambiente saludable y previniendo otras cosas. Tratamos de apuntar más que nada eso, por ahí no tanto el deporte de competencia, si bien tenemos algunos equipos que compiten mucho a nivel provincial también, pero bueno, eso es un trabajo que hacemos en conjunto con el ministerio que se aboca más al alto rendimiento. Fortalecer los lazos sobre todo. ¿Qué significa para vos el deporte y qué representó a lo largo de tu carrera? Para mí el deporte significa familia, significa seguridad, significa felicidad, significa progresar, significa crecer, significa aprender, significa valores. Es un montón de cosas que por ahí no podría ahora manifestarte con palabras, pero al día de hoy es uno de mis cables a tierras. Eso me ayuda a mantenerme un poco en eje, a entender un montón de cuestiones que están relacionadas directamente con la vida, con seguir adelante, con progresar, con crecer, con entender que a veces te aparecen obstáculos y tenés que sobrepasarlos, que a veces ganás, a veces perdés, a veces las cosas te salen bien y a veces las cosas te salen mal, pero lo importante es tratar de disfrutar, de estar feliz, de mirar siempre para adelante, de ayudar al compañero. De ayudar al prójimo. ¿Y la medicina qué significa? La medicina también, es una herramienta que me ayuda hoy a ayudar a la gente, ayudar a las personas a estar un poco mejor, a prevenir, a acompañar. Creo que ese aprendizaje me dio la posibilidad de estar donde estoy hoy. Perfil Gabriela Flores Médica Es posadeña, graduada en medicina en la Universidad Nacional de Córdoba. Luego, se especializó en traumatología en el Hospital Nacional de Clínicas de Córdoba y posteriormente realizó una subespecialización en cirugía reconstructiva y de miembro superior en el Sanatorio Allende.

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