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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 19/11/2025 08:45
La piel actúa como un indicador temprano de alteraciones hormonales, nutricionales, inmunológicas y metabólicas en el organismo (Crédito: Freepik) La superficie corporal, más específicamente la piel, actúa como un registro visible de múltiples procesos fisiológicos y, en ocasiones, anticipa alteraciones internas antes de que los síntomas se manifiesten. Cambios repentinos en color, textura o sensibilidad pueden señalar alteraciones hormonales, nutricionales, inmunológicas o metabólicas. Un creciente cuerpo de evidencia científica respalda esta afirmación, y especialistas consultados por The Telegraph advirtieron que la observación atenta de la piel permite identificar señales tempranas relevantes para la salud. El Dr. Thuva Amuthan, especialista en cuidado de la piel, indicó a The Telegraph que “se renueva rápido y tiene una irrigación sanguínea abundante, por lo que refleja cambios internos de nutrición, hormonas, circulación y función de órganos antes de que aparezcan otros síntomas”. Siendo que, por ejemplo, la tonalidad amarillenta puede asociarse a problemas hepáticos o biliares, mientras que lesiones persistentes se relacionan con trastornos autoinmunitarios o tiroideos. La tonalidad amarillenta de la piel suele asociarse a problemas hepáticos, biliares o renales, y requiere evaluación médica. - (Imagen Ilustrativa Infobae) La dermatóloga Mia Steyn, en tanto, coincidió en que este órgano, de complejidad excepcional, interactúa con todos los sistemas del cuerpo y transmite señales visibles si algo no funciona adecuadamente. Ya sean cambios como erupciones súbitas, bultos, picazón sin causa aparente o decoloración, la recomendación de los expertos es la consulta con un profesional de la salud para descartar patologías subyacentes. Señales cutáneas que pueden advertir sobre problemas internos Las señales cutáneas, como manchas, coloración inusual o bultos, pueden indicar problemas internos relacionados con trastornos metabólicos, inmunológicos u hormonales. Detectarlas y consultar a un profesional permite actuar a tiempo y prevenir complicaciones. 1. Picazón persistente La picazón prolongada puede asociarse a alteraciones de la tiroides, enfermedades hepáticas o trastornos hematológicos, explicó Amuthan. En cuadros hepáticos, la picazón colestásica se produce por acumulación de ácidos biliares debido al mal funcionamiento en la circulación de la bilis, con predominio en palmas, plantas, tronco o en toda la superficie corporal. La picazón persistente sin erupción visible puede indicar trastornos de tiroides, enfermedades hepáticas, hematológicas o incluso cánceres como linfomas y leucemias (Crédito: Freepik) Steyn remarcó que una picazón generalizada sin erupción visible constituye la señal de alarma más importante y señaló que siempre requiere una revisión médica completa. Este síntoma, en casos puntuales, puede relacionarse con cánceres como linfomas y leucemias. Alrededor del 20% de las mujeres menopáusicas también reportan picazón por el descenso de estrógeno, que provoca la piel más seca y menos elástica. 2. Aparición de pequeñas ampollas Lesiones diminutas y muy pruriginosas en el cuero cabelludo, codos, hombros, rodillas o nalgas pueden corresponder a dermatitis herpetiforme, un signo vinculado a la enfermedad celíaca. Pequeñas ampollas pruriginosas en codos, rodillas o cuero cabelludo pueden ser un signo de dermatitis herpetiforme vinculada a la enfermedad celíaca (Crédito: Freepik) Amuthan indicó que la exposición al gluten provoca la producción de anticuerpos IgA, desencadenando una reacción autoinmune que afecta piel e intestino. Steyn recordó el caso de un paciente con erupciones persistentes en la espalda y brazos vinculadas a esta condición, con notoria mejoría tras la atención especializada y la exclusión del gluten. 3. Piel amarillenta Una coloración amarilla o grisácea es signo de ictericia, vinculada usualmente a enfermedades hepáticas o a disfunciones renales. La ictericia resulta de una acumulación de bilirrubina, producto de la descomposición de los glóbulos rojos. En casos renales graves, este tono puede acompañarse de manchas oscuras por desechos que el cuerpo no consigue eliminar. 4. Labios agrietados Los labios partidos, comunes en ambientes secos, también pueden reflejar deficiencias de vitaminas B2, B12 y hierro, según explicó Steyn a The Telegraph. La queilitis angular aparece en las comisuras, donde la piel debilitada se resquebraja y queda expuesta a infecciones. Los labios agrietados y las lesiones en las comisuras pueden señalar deficiencias de vitaminas del complejo B y hierro (Crédito: Freepik) 5. Protuberancias cerosas y amarillas Los xantelasmas, bultos amarillos y cerosos próximos a los párpados o articulaciones, pueden indicar niveles elevados de colesterol. Amuthan indicó al medio británico que son depósitos de colesterol bajo la piel, aunque el mecanismo sigue sin estar del todo claro. Steyn añadió que suelen observarse en el ángulo interno de los párpados, con aspecto plano o levemente elevado. 6. Manchas oscuras y aterciopeladas La acantosis nigricans, con áreas de piel oscura y textura aterciopelada en pliegues como cuello, axilas, ingle, ombligo o frente, es un indicador de resistencia a la insulina. Amuthan subrayó que el llamado “cuello sucio” puede anunciar la aparición de prediabetes. La acantosis nigricans, con manchas oscuras y aterciopeladas en pliegues cutáneos, es un indicador de resistencia a la insulina y prediabetes (Imagen Ilustrativa Infobae) 7. Labios azules La cianosis, perceptible en labios y uñas, refleja bajos niveles de oxígeno en sangre. Amuthan explicó que puede relacionarse con afecciones cardíacas o pulmonares como asma, neumonía o insuficiencia cardíaca. En entornos fríos, la coloración suele ser temporal, pero si se prolonga o se suma dolor torácico o dificultad al respirar, demanda atención inmediata. De acuerdo con los expertos, la observación precisa de cambios cutáneos permite identificar señales sutiles y, en ocasiones, anticipar enfermedades internas de manera oportuna.
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