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Concepcion del Uruguay » La Calle
Fecha: 17/11/2025 15:02
Concepción del Uruguay vivió el último viernes una de sus postales culturales más vibrantes del año con la celebración de La Noche de los Museos Entrerrianos, que desde las 19 hasta las 00 horas convocó a familias, estudiantes, turistas y curiosos en un circuito que integró los tres museos municipales con propuestas sensoriales, artísticas y patrimoniales renovadas. En un compacto radio urbano donde las instituciones museísticas se encuentran a corta distancia unas de otras, se conformó un corredor cultural vivo que recibió a cientos de visitantes en un ambiente de celebración comunitaria y descubrimiento colectivo. La iniciativa permitió recorrer la memoria, el arte y la identidad local desde perspectivas innovadoras que revitalizaron la experiencia museística tradicional. Museo Casa de Delio Panizza: un viaje sensorial La primera parada del circuito se desarrolló en el Museo Casa de Delio Panizza, donde la penumbra característica de las salas se transformó en un escenario sensorial cuidadosamente diseñado. Una propuesta integral de luz y sonido guió a los visitantes por objetos específicamente destacados, piezas que parecían despertar para revelar fragmentos de historias, funciones y ecos del pasado urbano. Voces lejanas, texturas luminosas y pequeños gestos sonoros compusieron un recorrido íntimo que bordea lo teatral, generando una experiencia immersiva única. Entre la sorpresa general del público y el silencio respetuoso de quienes buscaban capturar cada detalle auditivo, quedó oficialmente inaugurada la muestra pictórica «Edificios Notables» de Sara Elena Segovia. Esta serie, dedicada específicamente al patrimonio arquitectónico uruguayense, fue celebrada por los asistentes que se detenían a reconocer esquinas y fachadas cotidianas transformadas en expresión artística, estableciendo un diálogo entre el espacio urbano familiar y la interpretación plástica. Museo Andrés García: narrativas renovadas El flujo constante de visitantes continuó hacia el Museo Municipal Andrés García, que abrió sus puertas al público en su nueva locación con una museografía completamente renovada. La transformación sorprendió gratamente a quienes conocían de años el acervo del museo, presentando ahora vitrinas relucientes, nuevas salas temáticas y una narrativa expositiva que permite recorrer de manera clara y dinámica la historia uruguayense desde sus raíces más profundas. En el espacio renovado, el pasado arqueológico de la región convivió armónicamente con escenas reconstruidas de la vida criolla —incluida la infaltable representación de una pulpería tradicional— y con la elegancia característica de la vida ciudadana del siglo XIX. Esta puesta en valor despertó comentarios espontáneos, intercambio de anécdotas históricas y numerosas fotografías por parte de los visitantes. Para muchos asistentes, representó un reencuentro emotivo con piezas emblemáticas de la colección permanente; para otros, significó el descubrimiento de un museo que recupera su vitalidad como espacio de referencia cultural. Museo de la Ciudad: experimentación y participación El cierre del circuito tripartito llegó en el Museo de la Ciudad, el más joven de las instituciones participantes, que reafirmó su vocación como espacio experimental y de vanguardia. La intervención artística «Hacer Museo en el Museo: Afiches para repensarnos», desarrollada por el colectivo La Fábrica del Grabado, transformó la sala permanente en un verdadero laboratorio de ideas abierto a la comunidad. Afiches, tintas, matrices y consignas provocadoras invitaban a cuestionar colectivamente el rol contemporáneo de los museos y su vínculo esencial con la comunidad. El taller de grabado, montado en vivo dentro de las instalaciones, no tardó en llenarse de manos curiosas de todas las edades: niños, jóvenes y adultos que se animaron a estampar, preguntar sobre las técnicas y crear sus propias producciones artísticas. A pocos metros de esta actividad participativa, la Muestra Colectiva de Artistas Visuales de Concepción del Uruguay ofrecía un despliegue diversificado de lenguajes artísticos: pintura, fotografía, escultura, cerámica y grabado ocupaban tanto las salas temporales del museo como el hall del Auditorio Carlos María Scelzi. El clima predominante fue el de un encuentro comunitario genuino: artistas conversando directamente con vecinos, familias señalando obras que capturaban su interés, grupos de estudiantes documentando la experiencia con fotografías y notas. Se configuró así una celebración compartida entre el arte contemporáneo y la ciudadanía activa. Cementerio Municipal: memoria y poesía nocturna Más allá del circuito tradicional de museos, la Noche de los Museos se extendió hacia un escenario tan inesperado como conmovedor: el Cementerio Municipal, que abrió excepcionalmente sus portones para una visita guiada nocturna coordinada por la escritora Ana María González y su directora Guillermina Bevacqua. Entre faroles, sombras elongadas y un respeto casi litúrgico, el público recorrió los pasillos donde la palabra poética y la música se entrelazaron para traer al presente las voces de figuras populares de la ciudad. Emma Grianta de Cartosio, Luis Alberto Ruiz, Delio Panizza, Daniel Elías y Teresa Fabani «dialogaron» simbólicamente bajo la bóveda estelar, junto a integrantes de familias históricas como los Calvento y los descendientes de Justo José de Urquiza. «Ellos vibran aquí, respiran, resisten al paso del tiempo. Recordarlos desde la admiración y el respeto es también hacer una ofrenda», expresó González durante la recorrida, que propuso un momento de profunda sensibilidad y reflexión colectiva, donde la memoria resonó entre mármoles, lápidas y un cielo abierto que parecía acompañar ceremonialmente la experiencia. El renacer del patrimonio La Noche de los Museos dejó en Concepción del Uruguay una sensación compartida: la de redescubrir el patrimonio propio con mirada renovada. Entre las luces, los sonidos, las obras plásticas y las palabras, cientos de personas transitaron entre historias vivas que reforzaron la comprensión de que los museos no guardan simplemente objetos del pasado, sino que custodian las formas en que una comunidad se piensa a sí misma, se recuerda y se proyecta hacia el futuro. La jornada se constituyó así en una noche para volver a mirar el patrimonio con ojos nuevos y para reencontrarse colectivamente con las raíces identitarias que definen a la comunidad uruguayense.
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