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» Derf
Fecha: 17/11/2025 14:54
La vida detrás de los muros de Melchor Romero muestra cómo las rutinas carcelarias se transformaron en su día a día, casi seis años después del hecho ocurrido en Villa Gesell. En este contexto, el nombre de Máximo Thomsen volvió a resonar con fuerza. En las últimas horas, trascendió que el joven de 25 años estaría apartado del resto de los internos en la Alcaidía Nº3 de Melchor Romero, una disposición que rige desde el 12 de octubre, luego de una pelea con otro preso. Aun bajo estas condiciones, continúa formando parte de los talleres de alfabetización jurídica y derechos humanos que se dictan en el penal. Cómo es la vida de los rugbiers condenados en Melchor Romero Por otro lado, se conocieron nuevos detalles sobre la vida de los demás condenados. Aunque comparten el mismo establecimiento penitenciario, cada uno de ellos transita su condena en sectores distintos y con dinámicas particulares, ya que todos tenían entre 18 y 21 años al momento del asesinato. En el caso de Ciro Pertossi, condenado a prisión perpetua, se encuentra en otro pabellón y conserva una rutina compuesta por salidas al patio y visitas semanales. Su hermano, Luciano Pertossi, también recibió perpetua y, con 23 años, permanece aislado por un episodio en el que habría intentado quitarse la vida, aunque su familia lo desmintió de manera enfática. Respecto de Enzo Comelli, cumple también prisión perpetua y sostiene una participación activa en actividades colectivas, sobre todo deportivas y recreativas. Algo similar sucede con Matías Benicelli, quien asiste de manera regular a clases y distintos talleres formativos. Blas Cinalli, sentenciado a 15 años, sigue la programación habitual del penal, que incluye actividades recreativas, talleres y educación física. En la misma línea, Ayrton Viollaz, también con una pena de 15 años, forma parte de propuestas educativas y recreativas que se brindan dentro de Melchor Romero. Por último, Lucas Pertossi, el mayor de todos, con 26 años, cumple su condena de 15 años mientras avanza con sus estudios. Tal como relató su padre, se inscribió en la carrera de abogacía y participa en talleres de cocina y huerta, en una búsqueda de aprovechar al máximo el tiempo en prisión.
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