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  • Sostienen que las terapias integrativas enriquecen la medicina convencional

    » Elterritorio

    Fecha: 16/11/2025 10:52

    Evelin Zamorano subrayó que la atención del futuro no se define por optar entre medicación o prácticas reflexivas, sino por la capacidad de combinar ambas domingo 16 de noviembre de 2025 | 6:05hs. Evelin Zamorano, médica. En los últimos años, el concepto de salud comenzó a ampliarse hacia modelos que integran aspectos físicos, emocionales y espirituales en un mismo proceso de cuidado. Esta perspectiva propone articular tratamientos médicos con prácticas complementarias para acompañar de manera más completa los distintos momentos que atraviesa una persona. La idea central se orienta a comprender que el bienestar no depende sólo de intervenir sobre una manifestación puntual, sino de sostener trayectos que fortalezcan la conciencia, el equilibrio interno y la capacidad de transformación. “La salud integral es un estado de armonía entre cuerpo, mente y alma. Es el mejor enfoque para abordar la salud porque no se trata solo de ausencia de enfermedad, sino de equilibrio entre lo físico, lo emocional, lo mental, lo social y lo espiritual. Somos un sistema interconectado y que, cuando una parte se altera, todo el organismo responde. Algunos autores indican que sanar es volver a integrar todas nuestras partes”, sostuvo Evelin Zamorano, especialista en medicina del estrés y psiconeuroinmunoendocrinologia (PNIE). Además, planteó que el equilibrio dependía de integrar de manera coherente los distintos aspectos involucrados en la salud y que cualquier alteración repercutía en el funcionamiento general del organismo. Cada pensamiento, emoción o vivencia impacta en la biología a través del sistema nervioso, el sistema endócrino y el inmunológico. La psiconeuroendocrinología estudia cómo la mente y las emociones dialogan con las células. También existe la dimensión del alma, que aporta sentido, propósito y conexión. “Cuando estas tres dimensiones están alineadas aparecen la coherencia interna y el bienestar real”. “El estrés es una respuesta natural que permite adaptarnos, pero el problema aparece cuando se vuelve crónico y altera el equilibrio biológico, emocional y energético. En la práctica veo cómo el estrés sostenido impacta en la microbiota intestinal, en la inflamación crónica, en el sueño, en las hormonas y en el ánimo, por eso aprender a gestionarlo es una herramienta preventiva y terapéutica”, remarcó. Igualmente, la médica destacó que la ciencia ya demostró que los estados emocionales pueden modular la expresión genética, la inmunidad y la inflamación. “Cuando la mente está sobrecargada, el cuerpo lo traduce en síntomas, por eso la salud mental es parte de un tratamiento médico integral”, afirmó. “Las terapias complementarias o integrativas no reemplazan la medicina convencional, sino que la enriquecen. Muchas de estas terapias abordan dimensiones que la biomedicina tradicional no contempla tanto, como el sentido, la emoción o la energía vital”, señaló. “La medicina tradicional y las terapias complementarias deberían convivir. La evolución de la medicina está en integrar la precisión del conocimiento científico con la sabiduría de prácticas ancestrales y herramientas de autocuidado. No es una lucha entre paradigmas, sino una alianza para el bienestar de la persona”, destacó. Del mismo modo, sostuvo que recomienda con frecuencia la meditación, el mindfulness, la respiración consciente, el yoga, la aromaterapia, la fitomedicina y el trabajo con la microbiota a través de la alimentación. “En algunos casos, técnicas como el reiki, la acupuntura o la musicoterapia pueden aportar mucho valor siempre dentro de un marco de acompañamiento médico”, indicó. También señaló que estas prácticas favorecen procesos de mayor autoconciencia y conexión corporal, lo que se refleja en un descanso más reparador, una mejor gestión del estrés, una digestión más equilibrada y una sensación de claridad mental. Además, sostuvo que quienes las incorporan tendían a fortalecer su propio sentido de poder interno y asumen una responsabilidad más activa y afectuosa sobre su salud, a la vez que profundizaban una relación más consciente con su bienestar general. “La guía profesional asegura que la herramienta elegida sea segura, coherente y complementaria al tratamiento médico. Un profesional formado en medicina integrativa puede ayudar a encontrar el punto justo entre lo científico y lo espiritual y evitar prácticas extremas o sin evidencia. Bajo este principio de no dañar, el acompañamiento adecuado es fundamental”. A su vez, la especialista indicó que la supervisión permitía asegurar coherencia entre las terapias elegidas y el tratamiento médico y evitaba decisiones sin fundamento que pudieran generar riesgos. “El equilibrio entre lo tradicional y lo complementario se logra con formación, apertura y diálogo. La medicina del futuro no es la que elige entre pastillas o meditación, sino la medicina que puede indicar ambas según lo que cada persona necesita en cada etapa. El objetivo no debería ser sacar un síntoma, sino acompañar el proceso de transformación, de volver al bienestar y al autocuidado”, desarrolló. Por otra parte, la profesional mencionó que alcanzar un equilibrio entre lo tradicional y lo complementario requiere formación, apertura y diálogo, ya que la atención del futuro no se define por optar entre medicación o prácticas reflexivas, sino por la capacidad de combinar ambas según las necesidades de cada etapa. El propósito no debe centrarse únicamente en eliminar un síntoma, sino en acompañar procesos de transformación orientados al bienestar y al autocuidado. “La conexión emocional y espiritual modifica la forma en que el cuerpo responde. La espiritualidad no es sólo una creencia, sino una forma de habitar la vida con sentido y eso impacta en la biología. Cada vez más personas buscan este tipo de abordaje porque el modelo biomédico tradicional se quedó corto frente al sufrimiento humano”, dijo. Y cerró: “La verdadera sanación comienza cuando nos empezamos a mirar con compasión y elegimos habitarnos el cuerpo, la mente, el alma con conciencia. No hay recetas mágicas, pero sí el camino del autoconocimiento nos ayuda a tener un proceso de salud integral y transformador”. Para más información la médica comparte contenido en Instagram en su cuenta (draevelinzamorano). Compartí esta nota:

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