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Concordia » Hora Digital
Fecha: 13/11/2025 05:50
Hace 10 años, Francia vivió uno de los episodios más trágicos de su historia: los atentados del 13 de noviembre de 2015 que asolaron la ciudad de París. Seis ataques asestaron la ciudad en diferentes puntos del mapa. El primero de ellos se produjo en el estadio Stade de France, situado en el barrio de Saint-Denis. Sobre el césped se disputaba un partido amistoso entre Francia y Alemania, con 80.000 personas en las gradas. Ese fue el epicentro de la larga noche de atentados que asolaría la capital francesa y dejaría 130 muertos y 415 heridos. Eran las 21:20, el duelo entre las dos selecciones se encontraba en el ecuador de la primera mitad, cuando comenzaron a sonar las primeras explosiones, con apenas 10 minutos de diferencia, fuera del estadio. En un primer momento, algunos incluso pensaron que se trataba de fuegos artificiales y respondieron con aplausos y vítores. El partido se detuvo unos instantes, pero el balón no tardó en volver a rodar por el césped. En realidad, se trataba de tres bombas cuyo objetivo era una brasserie y un local de comida rápida en las inmediaciones del campo, las cuales dejaron cuatro muertos, tres de ellos fueron los atacantes suicidas; además de 11 heridos de gravedad y 39 de urgencia relativa. El partido siguió su curso para no generar pánico entre los espectadores, pero el presidente de la República, François Hollande, que se encontraba en el Stade de France, fue evacuado del palco. La selección francesa ganó el encuentro por 2-0, en medio de un clima enrarecido y marcado por la tragedia que se estaba viviendo de puertas para afuera del estadio. Nada más sonar el pitido final, los aficionados invadieron el campo y se asentaron sobre el césped, móvil en mano, esperando información de fuera. “Muy silencioso, nada de ruido. ¿Miedo de dejar el estadio?”, tuiteó el periodista Simon Kuper. Las autoridades fueron las encargadas de abrir las puertas del estadio y coordinar la evacuación de los aficionados a las calles repletas de policía de Saint-Denis. Al ritmo de La Marsellesa, fueron saliendo uno a uno los espectadores al caos y tragedia en que se había sumido la ciudad. En los entresijos del Stade de France, los jugadores se enteraban en el vestuario de lo que había ocurrido. Entre ellos se encontraba Antoine Griezmann, cuya hermana había asistido esa noche a un concierto en el teatro Bataclan. Tras las explosiones en las inmediaciones del estadio, se sucedieron otras en distintos puntos de la ciudad parisina. A las 21:38, dos hombres abrieron fuego contra La Belle Equipe, donde dejaron 19 muertos más. Tan solo media hora más tarde, mientras la banda Eagles of Death Metal deleitaba a 1500 personas con su música en el teatro Bataclan, tres atacantes a cara descubierta entraron por la parte de atrás y dispararon contra los asistentes. Tres o cuatro rondas de balas acabaron con la vida de 89 personas. El grupo pudo salvar la vida, al igual que la hermana de Griezmann. En total fueron 130 personas las que perdieron la vida la noche del 13 de noviembre al sábado 14 de 2015 y 430 resultaron heridas. Desde entonces, es una fecha marcada en el calendario francés. Aquel 13 de noviembre, la tragedia se apoderó de París para arrasarlo todo con explosiones y balas. Este 13 de noviembre se cumplen 10 años de aquellos atentados. La selección francesa no olvida y este jueves disputa un partido de clasificación para el Mundial de 2026 ante Ucrania. No será en Stade de France, sino en el Parque de los Príncipes, pero tratarán de recordar a todas aquellas personas que aquel fatídico día perdieron la vida.
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