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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 11/11/2025 04:35
Eduardo Favier Dubois Eduardo Favier Dubois lleva varios años analizando el fenómeno de la nueva longevidad y hace tres años, en 2022, reunió a varios profesionales interesados como él en este tema y creó un Instituto de investigación (Instituto Argentino de la Longevidad Activa, IADELA). Periódicamente se realizan coloquios, virtuales o presenciales, para difundir los resultados de esos trabajos sobre temas como los nuevos proyectos de vida de una generación que se reinventa a partir del retiro de la vida profesional, la convivencia entre generaciones, la autoprotección frente a la invalidez, los conflictos entre autonomía y protección, la economía plateada (silver economy), la revisión del sistema previsional, entre otros. Favier Dubois, abogado, escritor y profesor universitario, ha volcado algunas de sus meditaciones en el libro “Buenas prácticas para mayores”, con la intención de promover una mirada positiva de la longevidad y animar a los senior a vivir esta etapa con todas las posibilidades que ofrece. Al cumplir 60 años, empezó a interesarse en estos temas y en cierto modo a reinventarse, según cuenta en la introducción del libro. Un viaje por el Camino de Santiago lo reconectó “con la espiritualidad”. Nuevos intereses, relaciones y actividades, y sobre todo una profunda reflexión que fue volcando en escritos que luego sistematizó para compartirlos primero con amigos y finalmente con el público en general. Todo eso desembocó en esta actividad que desarrolla en paralelo con su práctica de abogado que no ha abandonado. Recibió a Infobae en su oficina cerca de Tribunales para explicar qué hace el Instituto que ha creado y cuáles son sus futuros proyectos. — ¿Cómo describiría este fenómeno de la longevidad activa? — Consiste en tres revoluciones. Una revolución que sería demográfica. Cada vez hay más gente grande, en el 2050, el 25% de la humanidad va a estar arriba de los 60, según los cálculos que hace Naciones Unidas y otras organizaciones. Esa es la primera revolución: más gente grande y gente grande que está bien. En la antigüedad, muy poca gente llegaba a grande. Hoy estamos quizás en un 80 y pico de esperanza de vida, según el caso, según el país. Dicen que una de cada dos personas que tiene 50 años actualmente va a llegar a los 95. O sea el 50 por ciento. Otros dicen que ya nació la persona que va a vivir 150 años. Bueno, hay para todos. También hay mucho macanazo en internet de todos estos temas. "Se dice que una de cada dos personas que tiene 50 años actualmente va a llegar a los 95" — Sí, se exagera bastante. — La segunda revolución es científica. Hay mucha gente, muchos laboratorios y muchos millones puestos en investigación, en dos grandes temas. Uno, la longevidad, prolongar la vida. Se hacen estudios con ratones, se trabajó mucho en darles más longevidad. Hay mucha gente que se hace tratamientos de todo tipo. Están los biohackers, gente que se pone aparatos en el cuerpo. Hay mucha investigación tendiente a revertir el envejecimiento o por lo menos demorarlo, frenarlo. Y el otro tema son las enfermedades asociadas a la vejez. Por ejemplo, el Alzheimer, que para mí es la peor, porque cuando perdés la memoria, perdés tu identidad. Contra el alzheimer se está trabajando mucho y la medicina ahora pasó de la geriatría a la gerontología y es más holística. — ¿Cuál es la diferencia entre geriatría y gerontología? — Geriatría atiende sólo a la enfermedad. La gerontología es más holística, contempla los aspectos psicológicos, humanos, qué comés, cómo vivís. Yo fui el viernes, el jueves estuve en un congreso de gerontología médico en Rosario y fuimos varias personas de otras áreas a hablar de estos temas también. O sea, como que se va uniendo todo. Esta es la revolución científica. — Me parece que los avances en cardiología ayudaron mucho a la longevidad, sobre todo de los hombres. — Sí, sí. Los avances también en próstata... Igual, digámoslo: la vejez es femenina. — ¿O sea? — La vejez es femenina porque en un club de jubilados el 80% son mujeres. Porque son las que viven más tiempo. La mujer tiene más resistencia a todo. Y si en una sociedad normal hay 48% de varones, al llegar a las edades mayores, hay, no sé, dos tercios de mujeres, un tercio de hombres. El hombre vive menos, se agota más, tiene menos resistencia; la mujer es más resistente y más holística, eso es clarísimo. — ¿Y la tercera revolución? — Es la revolución social. Cambia la sociedad, cambia la cultura. Hay un nuevo estamento social. La gente, en vez de pasar de la madurez a la vejez, pasa por 20 años a una especie de segunda madurez, que no es vejez, porque sigue siendo autónoma, independiente y con ganas de vivir su vida. Esto impacta en la economía. Ahora existe lo que se llama la silver economy o economía plateada, las empresas se silverizan. — ¿Se silverizan realmente las empresas? ¿Retienen a la gente? — Bueno, una de las silverizaciones es esa, el talento senior. Ojo, muchas retienen, pero otras siguen con la expulsión propia de la discriminación. Pero hay un movimiento para retener. La economía plateada es como un proyecto que se está realizando, no es que esté ya consumado. "Hoy la gente pasa durante 20 años por una especie de segunda madurez, que no es vejez, porque sigue siendo autónoma, independiente y activa" — Ese es un aspecto de la economía planteada. — Esa es una silverización. Otra son los productos y servicios destinados a esta nueva gente. Por ejemplo, movilidad. Autos autónomos. Porque un gran problema es cuando tenés que dejar de manejar porque no ves bien, no escuchás bien. Con el auto autónomo todo lo hace la robótica. En tecnología, las app amigables para el celular, fáciles de manejar. En eso hay mucho. También está la industria de los cuidados. Antes los cuidados eran en un geriátrico. ¿Pero qué pasa con el quiere estar en su casa? La industria de los cuidados a domicilio. Esto es un boom en el mundo, porque así como tenemos 20, 25 años más de vida activa, y hay gente que está bien, es autónoma, hay otros que necesitan asistencia. Pero hay que profesionalizar el cuidado. Que no sea solo vigilancia, que se contemple también el entretenimiento, la interacción, etc. Para eso hay que capacitar gente. — ¿Hay otras alternativas que no sean gerfiátrico o casa? — Sí, está el cohousing, esos countries que tienen servicios de sanidad porque hay enfermeras, los cuidan, pero también juegan al golf, se mueven. — ¿Pero eso ya existe en Argentina? — Se están haciendo algunos proyectos. Lo que ya existe aquí son edificios para gente grande con asistencia. Edificios de varios pisos, con una buena conserjería, servicios de salud, entretenimientos. Hay uno en pleno centro y por ejemplo les sacan los tickets para ir a los teatros, cines y restaurantes de la calle Corrientes. — Son proyectos para gente más bien autónoma. — Sí, autónomos. También tenés el cohousing cooperativo, que es un sistema por el cual un grupo de amigos o de vecinos deciden vivir juntos. Esto funciona en España. Hacen una cooperativa, la municipalidad da el terreno, construyen, al entrar pagan una cuota, y cuando se van, venden esta cuota y recuperar la plata. Comparten la cocina, la huerta, la recreación. Incluso la administración, las finanzas. Entra gente de 60 a 65 años porque la gente va envejeciendo y después hay que cuidarla más, con un mayor costo. Estuve en un encuentro del Banco Mundial en Barcelona en enero y los ejes eran cuidado, finanzas, empleabilidad. Empleabilidad es que la gente de 55 se empiece a capacitar para conseguir empleo, porque nadie se lo quiere dar, o para volverse emprendedor cuando lo despidan o se retire. — O sea, unos años antes de la jubilación. — Y programas para que las empresas contraten. Toda una política de empleo para gente grande o de emprendedurismo, que inicien su negocio. En materia de finanzas para gente grande, está por ejemplo la hipoteca inversa en España, vos hipotecás tu casa, te van pagando todos los meses equis plata y cuando vos te morís hacen una cuenta. Si te queda un saldo, los herederos puedan recuperar o no la propiedad. — ¿Y acá? — Acá está la renta vitalicia, que todavía no se usa porque no hay estabilidad. En la venta vitalicia, vos entregás tu inmueble donde vivís y te pagan un canon mensual hasta que te morís. El libro de Eduardo Favier Dubois — ¿Eso quién lo hace? — Un banco. Eso está en el Código Civil pero no está muy activado en Argentina por el tema de la inflación. Entonces, resumiendo, la silverización es productos y servicios, talento senior en tu empresa. También la difusión, no poner solo chicos jóvenes, aplicarla también al segmento mayor. Además la plataforma de venta de la empresa no tiene que ser complicadísima porque no le vas a vender a nadie. Hay que pensar plataformas accesibles e incluso un lugar físico para que la gente grande vaya. Para esa franja es muy importante la experiencia personal. — Claro. — En España, las pensiones se cobran por el banco. En un momento fueron al banco y no los atendieron. “Quiero hablar con alguien” y me atiende un bot. En Valencia, se encadenó un médico. Dijo: “Soy viejo, pero no idiota”. Esto motivó que ahora toda sucursal tenga un lugar físico para recibir a la gente mayor para la cual es importante la experiencia de ir al banco, se visten, hablan con alguien... Ahora, cuando según el DNI te llama alguien mayor de 65, la edad de jubilación, te atiende una persona humana, no un bot. Entonces, tenemos productos y servicios, aplicar talento senior en tu empresa, dirigir la publicidad hacia un segmento senior, dar accesibilidad a tu oficina de ventas. Serían los cuatro elementos de esta silverización de la economía. Que mueve mucho, porque acá somos pobres, pero salvo tres o cuatro pibes de Silicon Valley, los millonarios del mundo son todos silver, tienen más de 65, 70, 75, 80… Son más ricos que sus hijos, y eso pasa también en Argentina. — Acá pasa mucho que los abuelos siguen siendo el sostén de familia. — Y nos queda el tema legal. Hay una Convención Interamericana de Derechos de las Personas Mayores que estableció tres derechos básicos: autonomía, que es el tema de la película “27 noches”. Mi mamá quiere casarse. No, no, está loca, la internan. Los hijos que se oponen a los casamientos de los padres, les hacen juicios de determinación de capacidad. Otro derecho es la coparticipación, el derecho a participar en la sociedad, a no estar excluido de todo. Tercero, el derecho a los cuidados. De esos tres derechos fundamentales sale toda una cuestión jurídica. Hay un tema cultural muy fuerte que es la discriminación por la edad. Los viejos también la tenemos adentro, cuando decimos “esto no lo puedo hacer porque…” La sociedad te dice que te tenés que quedar a cuidar a los nietos, no molestes, no te cases, no viajes, no hagas nada. Tenés tal edad, olvidate… — Se prejuzga por la edad. — Sí, pero nosotros tenemos cuatro edades, la cronológica, pero también la biológica, cómo están nuestros órganos; la mental, las ganas que tenemos, y la social, cómo te considera el mundo. Pero hay mucha discriminación en las leyes, muchas profesiones te obligan a jubilarte a tal edad. En la Facultad de Derecho nos echan a los setenta años. Esto hay que cambiarlo. "Hay mucha discriminación por edad y a veces nosotros mismos nos autolimitamos en lo que podemos hacer" — Sí, sobre todo esos trabajos intelectuales, se debería ver cada caso. Hoy día es muy frecuente que la gente esté bien y pueda seguir trabajando. Entonces, habría que encontrar formas… — Hay que aumentar el cursus honorum. A los profesores nos echan a los 65, si lo pedís, te dejan hasta los 70 y después te echan. Pero por otro lado, en política, los mayores cada vez tienen mayor peso político. En Estados Unidos crearon las Panteras Plateadas, que así como las Panteras Negras luchaban por los derechos de los negros, las Silver Panthers luchan por los derechos de los mayores. Dicen: “No somos ni demócratas ni republicanos, vamos a votar a los candidatos que nos ofrezcan mejor situación”. Acá tuvimos el Partido de los Jubilados. Todavía tenemos la Marcha de los Jubilados. Pero no tenemos un cupo de mayores en ninguna organización. Falta esa representación. Incluso los que diseñan políticas públicas para mayores, son todos jóvenes. Falta la participación de la gente grande. El gran tema son las jubilaciones. La política debe admitir: “El peso de las jubilaciones no lo podemos soportar con los jóvenes ni con los aportes”. Primero, porque la mitad de la economía es informal y segundo, porque cada vez hay menos gente que trabaje. Hay que buscar otras fuentes de financiación, no hay que desentenderse del llamado pacto intergeneracional, por el cual cuando sos joven mantenés a los viejos y cuando sos viejo, te mantienen a vos. Entonces, habrá que buscar otras fuentes de financiación. Por ejemplo, las industrias extractivas, el trabajo robótico, cada vez es mayor. — ¿Y las políticas públicas? — Hay políticas vinculadas a estas necesidades, por ejemplo, contra la violencia. Hay una oficina en la Ciudad de Buenos Aires vinculada a la protección de la violencia intrafamiliar, contra la soledad, te llaman por teléfono y te ayudan. Están los clubes de jubilados. En vivienda hay algunas experiencias en otros países, por ejemplo de compartir vivienda jóvenes y gente grande, los jóvenes pagan un alquiler más bajo, si comparten una comida o alguna cosa con los adultos mayores, esto es en Dinamarca. En fin, hay mucha política pública... — ¿Eso quién lo maneja? ¿Una agencia? — Generalmente, son agencias gubernamentales. Acá tenemos en la ciudad, una Secretaría de Economía Plateada o algo así. PAMI hace convenios con universidades para que los mayores puedan asistir. — ¿Van como oyentes? — Bueno, los mayores no se van a recibir de médico, ingeniero ni abogado. Les interesan algunos contenidos: idiomas, historia, cultura, arte, filosofía, sociología; también habilidades prácticas como artesanías, pintura, dibujo, música. Y ahí terminaría la parte del viejo para afuera. Del viejo para adentro viene el cómo te hacés cargo de que cumpliste 60, 65, 70…, te quedaste sin empleo, tu familia se redujo a uno o cero, ¿qué haces con tu vida? Y ahí viene una crisis importante que la gente contesta de varias formas. Una forma es seguir haciendo lo mismo. El mismo negocio o profesión. Esto no es lo mejor, porque te perdés la oportunidad de una buena etapa de tu vida. Otra opción es el viejazo. Ya soy viejo, me quedo en mi casa, no puedo hacer esto ni lo otro, no hago nada, estoy con los nietos, me quedo mirando televisión. Y la tercera, que es la que está proponiendo ahora la nueva longevidad, la que propone nuestro instituto, es de alguna manera un reciclado a esta edad. Una edad en la que tenés más tiempo, un reciclado que implica unas tareas personales y otras sociales. Por ejemplo, la oportunidad de conocerse, trabajar la generosidad, el buen humor, ver el lado positivo de la vida. Hay una parte del libro de buenas prácticas que se vincula a los enlaces personales emocionales. "La nueva longevidad que propone nuestro Instituto es de alguna manera un reciclado" — ¿Y esto es a través de un club, con amigos, cómo? — Esta es la parte personal. Después viene una parte que sería la salud. Tomamos el modelo de las zonas azules, donde la gente vive 100 años. Comida sana. Pescado, fruta, verdura, poca carne, poco vino. — La famosa dieta mediterránea. — Luego el ejercicio físico. La gente de estas cinco zonas mueve el cuerpo. La tercera es la vida social. — Los vínculos. — En vínculos hay dos ejes. El primero es recuperar la familia, porque uno la va perdiendo. Te enojaste con uno, no te ves con tu hermano, está tu primo... Hay que recuperar eso. Segundo, los amigos. Recuperar amigos que dejaste de ver porque no trabajás más con ellos, o eran padres de colegio y no están, y hacer nuevos amigos. No serán íntimos tal vez, pero tenés un lazo que te sostiene. Y mantenerte activo y curioso. Mucha gente se jubila y dice: “Yo ahora no voy a hacer nada, voy a viajar”. Esto te va a durar un año. Después vas a tener que tener un propósito. Para qué vivís. Para trabajar y para mi familia. No hay más familia ni trabajo. Hay que reciclarse. — ¿Pensar también en el final? — Sí, lo último es prepararse para el viaje. Este siglo prohibió la muerte. Como la receta es la felicidad, prohibió la muerte. Tenemos que amigarnos con el ciclo y con que en algún momento nos vamos a ir. Y si te amigás, vivís mucho más tranquilo. — ¿Y qué se puede hacer en ese sentido? Lo primero sería no evadir el tema... — Fijate que se muere lejos de todo en un hospital. Antes se moría en la casa con toda la gente, mirando, participando. Era un rito. — ¿Y qué se puede hacer? — Tenés recetas de las religiones, por supuesto. También desde la filosofía, los estoicos. De alguna manera, trabajar el tema del ciclo, creas o no creas en otra vida, tenés que trabajar el tema del ciclo. — ¿Acostumbra aquí la gente a dejar sus disposiciones? — Son dos cosas muy importantes. Hay dos actos de disposición para la vida y para la muerte. Los para la vida se pueden hacer con escribano y debería hacerlos todo el mundo. Es decir, la cognitividad va desapareciendo de a poco. No es de un día para otro. En la medida que uno vas perdiendo facultades, depende más de los que están alrededor. Entonces, “mamá, vendé tu casa y te vas a este geriátrico, no podemos cuidarte acá”. Vas haciendo cosas que no querías. Entonces, estos actos de autoprotección o disposiciones para la propia incapacidad son muy importantes. Quiero vivir en mi casa con cuatro mucamas, quiero vivir con mi mascota y comer todos los días esta comida, que no me lleven a internar, salvo que sea de vida o muerte, y que no me hagan ningún tratamiento complicado. Y que mi jubilación la administre fulano, etc. El IADELA se creó en el año 2022 — ¿Cómo se llama ese documento? —Testamento vital. Además tenés que nombrar a alguien que se haga cargo de hacer cumplir todo esto. Y después tenés las de última voluntad, la herencia. Te tenés que gastar todo o dejar a tu hijo una herencia. Entre estas dos cosas tenés que arbitrar. Es muy importante definir quién va a ejecutar esto. — Alguien de mucha confianza. — Y los dos grandes temas, además de la subsistencia, son la soledad... Japón tiene un misterio de la soledad que busca casa por casa, golpea, censa al anciano, lo trae, lo lleva. Y la pérdida de cognitividad. Además de los problemas de trato. Por ejemplo, cómo se los infantiliza, ¿no? — Sí, es un hábito terrible. — Como si fuese un nene. Vení con tu hijo para que te explique. Ahora hay lugares donde los supermercados tienen una fila para gente grande. Porque la gente grande cuando va al supermercado, quiere conversar. Elegir tranquilo, hablar con el cajero, hacerse amigo. Entonces, hace falta una humanidad en esto. — Pero ¿qué supermercado tiene una fila así? — En Europa. En Europa. — Ah, claro. — Los que lo tienen solucionado. Pero son modelos para nosotros, son modelos. — Pasa que hay dos velocidades. Los jóvenes corren, corren. La gente grande tiene tiempo. Yo hice el IADELA, lo hicimos con un grupo. Es un club de investigadores sobre los distintos aspectos de la longevidad. E hicimos un libro y ahora está por salir otro. — ¿A quién está destinada la investigación? — El libro de Buenas prácticas, que vengo escribiendo desde los 60, está destinado a los silver, a esa franja de gente. Hay otras investigaciones que son más bien para profesionales, que pueden servir a abogados, médicos, psicólogos, sociólogos. Luego tenemos los ateneos mensuales, que son para gente de carne y hueso que es mayor y que está viendo qué hacer con su vida. Son actividades gratuitas. Una o dos veces por mes. También damos los premios Iadela, cuatro por año, a dos hombres y dos mujeres, para gente mayor de ochenta que está activa. — ¿Qué otros proyectos tienen? — Ahora estamos pensando en crear un cuerpo de consultores, para que la gente que tiene algún problema, penal o civil, de violencia, de lo que sea, tenga un consultorio legal donde poder hacer una consulta gratis. Recibir una orientación gratis. Estamos pensando armar esto el año que viene. — Eso es muy interesante y muy útil. — Sí, porque ya sería un servicio concreto a la gente de carne y hueso. Además de los ateneos cuyo objetivo es motivar, sensibilizar, empoderar. "El año que viene vamos a crear un consultorio legal gratuito para adultos mayores" FOTOS: Jaime Olivos
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