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» El Ciudadano
Fecha: 09/11/2025 12:20
El investigador de la CTA Autónoma Luis Campos se refirió al proyecto de reforma laboral que impulsa La LIbertad Avanza y advirtió que el texto no solo busca fortalecer a los empleadores, sino sobre todo debilitar la capacidad de organización de los trabajadores. En diálogo con el stream de Economía de El Ciudadano, apuntó que la iniciativa pretende restringir el derecho de huelga y descentralizar las paritarias, reinstalando un esquema similar al de la “Ley Banelco”. Además, sintetizó: “si no salimos de este estancamiento estructural el empleo no va a crecer, por más leyes regresivas que establezcamos” ¿Dónde está la esencia del proyecto de reforma laboral que quiere tratar el gobierno en el Congreso? Las iniciativas que se conocen hasta ahora apuntan a fortalecer la posición de los empleadores contra los trabajadores. Es una parte importante de la reforma pero no el corazón, ya que todo indica que el corazón de la reforma pasará por limitar la negociación colectiva. Acá entran las restricciones al ejercicio de derecho a huelga, y la herramienta formal es la regulación de los llamados servicios esenciales. La otra cara de la moneda son las negociaciones colectivas, ya que se plantea la necesidad de cambiar la regulación de los convenios y fundamentalmente darle prioridad a los convenios más chicos sobre los más grandes. ¿De qué se tratan esas modificaciones en los convenios y la prioridad a los más chicos? Hoy tenemos una Ley de Contratos de Trabajo que fija pisos mínimos y sobre esa ley los convenios de actividad tienen que mejorar esos pisos. Los convenios de empresas pueden mejorar lo que establecen los convenios de actividad. Esa es la lógica actual. El gobierno quiere ir a un esquema que ya existió (con la Ley Banelco) donde el convenio más chico prevalezca sobre el mas grande, con lo cual el convenio por empresas podría establecer menos derechos que el convenio por actividad. El gobierno además lo lleva un paso más allá planteando descentralizar negociaciones salariales territorialmente. ¿Cómo sería esa negociacion descentralizada? Por ahora lo que va quedando claro es que el gobierno quiere avanzar sobre la descentralización territorial, sin importar tanto el sujeto, quien negocia. Puede ocurrir que el monopolio de la lapicera lo empiecen a tener sindicatos de ámbitos locales, por ejemplo que el sindicato de camioneros en Entre Rios pueda negociar con la cámara correspondiente salarios más bajos que los de la Federación Nacional de Camioneros para todo el país. Esto lo asociaría a lo que viene de reformas en materia fiscal, con el gobierno dando lugar a que cada provincia pueda establecer su propio IVA y compitan. ¿Se puede pensar en una reforma laboral con estos niveles de actividad económica? El corazón de la discusión es qué pasa con la actividad productiva. Si no hay un crecimiento, si no salimos de este estancamiento estructural el empleo no va a crecer, por más leyes regresivas que establezcamos. Con este mismo marco normativo entre 2002 y 2011 el empleo voló. Después se pueden discutir los problemas macro de esa economía, pero no venían por el lado de las relaciones laborales. En cambio si mirás la década del 90, tuviste flexibilización laboral y al mismo tiempo una tasa de desocupación en los niveles más altos de nuestro país. En caso de avanzar el debate por la reforma laboral, ¿qué debería aprovechar la oposición para poner en discusión? Esta reforma debería abordar la situación de muchísimos trabajadores que hoy no gozan ningún tipo de derecho. El ejemplo más cabal es el de trabajadores de plataforma, a quienes hoy no se les reconoce ningún derecho laboral ni tampoco la calidad del trabajo. Hay experiencias en muchos países, de hecho se debate en la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre como se reconocen las especificidades de esa actividad. Esos ejes hoy están fuera de discusión. Tenemos ejemplos de flexibilización en el caso de la construcción, ¿qué pasa ahí con el trabajo registrado? Hay una lógica de que si se le pone trabas al despido, nadie va a querer contratar. En la industria de la construcción no existen esas trabas al despido, al contrario, es gratuito por un sistema similar al cese de fondo laboral, donde los empleadores van aportando un porcentaje y cuando se termina la relación laboral el empleado se lleva ese acumulado. Sin embargo, se ve que en el sistema de despido más abierto que existe el empleo registrado está en los niveles más bajos de los últimos veinte años. Esto tiene mucho que ver con la actividad económica. El freno a la obra pública tuvo un impacto directo en el empleo. Lo que le permite este sistema de despidos es permitirle a las empresas que se acomoden fácilmente a las variaciones del ciclo.
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