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» Elterritorio
Fecha: 09/11/2025 07:22
El entrenador advirtió que sólo el 18% de los jóvenes sabe nadar y planteó la necesidad de una política pública que promueva la enseñanza masiva del deporte domingo 09 de noviembre de 2025 | 6:05hs. El deporte fue ganando adeptos adultos en los últimos años. Foto: Agustina Vera En Misiones, una provincia rodeada de ríos, arroyos y lagunas, apenas dos de cada diez chicos saben nadar. Y al mismo tiempo, cada vez más personas llevan una vida sedentaria, marcada por el exceso de pantallas y la falta de movimiento. Lo dice Gustavo Breitenbruch, profesor, entrenador y uno de los grandes impulsores de la natación misionera. “Es un número bajísimo para una provincia que vive al lado del agua”, advirtió. Y, lejos de ser una exageración, sus estadísticas lo respaldan: “Allá por 2005 hicimos un relevamiento en el Centro de Educación Física Nº 1. Preguntábamos a los chicos si sabían nadar o no. En ese momento el 24 o 25% decía que sí. Pero en los últimos años, antes de la pandemia, apenas llegábamos al 18%. Bajamos cinco o seis puntos. O sea, en Misiones cada vez se sabe nadar menos”, contó con preocupación. “¿Se sabe que la natación es la actividad física más practicada en el mundo?”, preguntó Breitenbruch, y enseguida aclaró: “Supera al fútbol. Claro, el fútbol se contabiliza como el deporte más masivo, pero la natación no es sólo un deporte: es una actividad física. Muchísima gente en el mundo nada por salud. En vez de ir al gimnasio, va a nadar”. Esa tendencia, dijo, se va incorporando lentamente en Misiones. “Probablemente con el tiempo, y con más infraestructura, vamos a estar igual que en los países desarrollados. Y lo que noto es que hay mucha gente grande que ahora hace natación. Antes no pasaba tanto. La natación acá es relativamente joven”. De hecho, explicó, la historia local del deporte, hablando de la natación en pileta, se remonta recién a mediados del siglo pasado: “El primero que nadó puede contar la historia todavía. La natación en pileta empezó más bien en Oberá que en Posadas, por influencia de los inmigrantes europeos que ya traían ese hábito. Ellos fueron los que arrancaron todo, allá por los años 40 o 50”. De las colonias al retroceso Breitenbruch recordó los años dorados de la natación social, en los 90 y principios de los 2000, cuando los programas municipales y escolares acercaban a miles de chicos al agua. “Había colonias de verano, programas como ‘Nadar con todo’. Miles de chicos aprendían en los clubes, en el río, en las piletas del Ejército. Era una movida impresionante”, rememoró. Pero ese impulso se perdió. “Después se cortaron esos programas. Además, antes muchos chicos vivían cerca del río y aprendían naturalmente, jugando. Con las relocalizaciones, esa gente se fue lejos de la costa. Y como no hay piletas públicas, se cortó la cadena. Hoy, Posadas no tiene una sola pileta municipal propia. La única ciudad que tiene piletas todo el año es Apóstoles, que ahora tiene dos. Montecarlo trabaja algo, pero todo limitado al verano”, detalló. El Colo resumió su filosofía en una frase sencilla: “Aprender a nadar es ponerse a resguardo. Es cuidar tu vida”. Explicó que la natación tiene beneficios innumerables. “Primero, la seguridad: si te caés al agua, podés salvarte. Después, la salud: si aprendés a nadar, podés hacer natación recreativa o deportiva, y también otras actividades acuáticas. Y si no sabés, igual podés moverte dentro del agua y ya tenés beneficios circulatorios”, explicó. Los efectos positivos van mucho más allá del cuerpo. “Es la actividad física más recomendada del mundo porque no tiene impacto, no lastima y cura. Ayuda con el asma, la ansiedad, el sobrepeso, las lesiones. Incluso a nivel psicológico, te enseña autosuperación: el agua siempre se opone a tu avance, y eso te entrena para la vida”, reflexionó. Por eso insistió: “Invertir en piletas no resiste crítica. No hay excusas: los beneficios superan por lejos cualquier costo”. Una cuestión política y cultural Para Breitenbruch, el principal obstáculo es la falta de decisión política. “Hace falta un programa provincial de enseñanza masiva. Somos una provincia rodeada de agua, con calor todo el año. Donde vemos un charco, nos tiramos: el que sabe y el que no sabe también. Por eso hay tantos casos trágicos”, advirtió. La solución, dijo, está al alcance de la mano: “Hay que volver a los programas de enseñanza masiva y apoyar a los clubes que no tienen recursos. Y que el Estado garantice piletas municipales. El costo-beneficio es clarísimo, un chico en el club o en la pileta es un chico contenido, sano y activo. Es política pública inteligente”. El entrenador también celebró el regreso de las competencias en aguas abiertas. “Para los que amamos el río, es una caricia al alma. El cruce, las travesías… todo eso tiene un ADN muy fuerte en Posadas. La natación en el río es parte de nuestra historia. Antes eran los jangaderos y los paraguayos que se desafiaban a cruzar. Después se volvió una tradición”, contó emocionado. Hoy, nota un fenómeno nuevo: “Hay mucha gente adulta participando, y eso está buenísimo. Antes eran más los chicos; ahora son los grandes. Esas criaturas de antes son los nuevos viejos del deporte. Y eso muestra que la natación maduró. Ya tiene base, ya tiene historia”. Con la serenidad de quien vio pasar generaciones en el agua, Breitenbruch resume su mensaje: “Nadar debería ser un derecho, no un privilegio. Enseñar a nadar es enseñar a vivir”. Los beneficios de la natación Salud cardiovascular Fortalece el corazón, mejora la circulación y reduce el riesgo de enfermedades cardíacas. “Es uno de los pocos deportes que moviliza todo el sistema cardiovascular sin impacto. Es salud en movimiento”, destacó Breitenbruch. Fortalece el corazón, mejora la circulación y reduce el riesgo de enfermedades cardíacas. “Es uno de los pocos deportes que moviliza todo el sistema cardiovascular sin impacto. Es salud en movimiento”, destacó Breitenbruch. Resistencia y fuerza muscular Trabaja todos los grupos musculares y mejora la postura.“Cada brazada es un ejercicio completo. No hay máquina de gimnasio que iguale el trabajo que hace el agua con el cuerpo”, explicó el entrenador. Trabaja todos los grupos musculares y mejora la postura.“Cada brazada es un ejercicio completo. No hay máquina de gimnasio que iguale el trabajo que hace el agua con el cuerpo”, explicó el entrenador. Control de peso y metabolismo Favorece el gasto calórico sostenido y regula el metabolismo.“Una hora de natación puede quemar más de 500 calorías”, dijo Favorece el gasto calórico sostenido y regula el metabolismo.“Una hora de natación puede quemar más de 500 calorías”, dijo Coordinación y equilibrio Estimula la motricidad fina y gruesa, mejorando reflejos y control corporal. “Los chicos que nadan desarrollan una mejor conciencia del cuerpo y del espacio. Es un aprendizaje que después se nota en todos los deportes”, afirmó. Estimula la motricidad fina y gruesa, mejorando reflejos y control corporal. “Los chicos que nadan desarrollan una mejor conciencia del cuerpo y del espacio. Es un aprendizaje que después se nota en todos los deportes”, afirmó. Salud mental Disminuye el estrés, la ansiedad y mejora el estado de ánimo. “El agua tiene un efecto terapéutico. Nadar limpia la mente, ayuda a pensar y a descansar de las pantallas”, aseguró Breitenbruch. Disminuye el estrés, la ansiedad y mejora el estado de ánimo. “El agua tiene un efecto terapéutico. Nadar limpia la mente, ayuda a pensar y a descansar de las pantallas”, aseguró Breitenbruch. Inclusión y accesibilidad Es apta para todas las edades y condiciones físicas. “Desde bebés hasta adultos mayores, todos pueden nadar. Es una actividad verdaderamente inclusiva”, subrayó. Es apta para todas las edades y condiciones físicas. “Desde bebés hasta adultos mayores, todos pueden nadar. Es una actividad verdaderamente inclusiva”, subrayó. Prevención de accidentes acuáticos Enseña habilidades vitales de supervivencia. “En una provincia rodeada de agua, no saber nadar es un riesgo. Enseñar natación debería ser una política pública, no una opción”, reclamó el entrenador. Enseña habilidades vitales de supervivencia. “En una provincia rodeada de agua, no saber nadar es un riesgo. Enseñar natación debería ser una política pública, no una opción”, reclamó el entrenador. Rehabilitación y recuperación Ideal para lesiones y dolencias crónicas, gracias a su bajo impacto. “El agua acompaña la recuperación sin exigir al cuerpo más de lo que puede dar. Es un espacio de sanación”, define Breitenbruch. Dónde se puede practicar brazadas en Misiones Posadas : La capital provincial cuenta con varias piletas climatizadas que funcionan durante todo el año. Todas de ellas son aranceladas, con cuotas que van desde los 28 mil pesos, según la cantidad de días y horarios elegidos. También hay grupos organizados de natación en aguas abiertas que, salvo en los meses más fríos, se reúnen de manera regular para entrenar en el río Paraná. Durante el verano, la Municipalidad ofrece clases gratuitas en el río, orientadas a la enseñanza básica y la seguridad acuática, especialmente para niños y adolescentes. También los distintos clubes se suman con propuestas de escuelitas de verano. Oberá : Dispone de dos piletas privadas y climatizadas, con actividades tanto recreativas como competitivas. Su tradición en la disciplina se remonta a los años cincuenta, cuando los inmigrantes europeos introdujeron el hábito de nadar. Apóstoles : Es la única localidad de Misiones que posee una pileta municipal climatizada, abierta todo el año y de acceso libre para la comunidad. Recientemente incorporó una segunda pileta, lo que la convierte en un ejemplo de gestión pública en infraestructura deportiva. En Puerto Rico, además, la localidad también suma una pileta climatiza, pileta Pompis, que viene también sumando un equipo de natación al Regional NEA. Interior provincial : Durante el verano, el abanico de propuestas se amplía con colonias de vacaciones que incluyen natación, así como escuelitas municipales temporales. En localidades como Montecarlo o Eldorado, la práctica se sostiene gracias al trabajo de clubes locales y profesores independientes. Compartí esta nota:
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