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Concepcion del Uruguay » La Calle
Fecha: 07/11/2025 02:30
La lucha de una madre uruguayense vuelve a ocupar el centro del reclamo social. A casi mes y medio de la tragedia en la que perdió la vida Jeremías Aguiar, un nene de 3 años, su mamá Lucrecia Roa sostiene con fuerza el pedido de justicia y convoca a una nueva marcha. El hecho, ocurrido el 26 de septiembre en calle Erausquín, cuando el pequeño fue atropellado por un Chevrolet Meriva conducido por Diego Luna, dejó una herida profunda en la comunidad y una familia marcada por el dolor. Desde entonces, Lucrecia no ha dejado de golpear puertas. El conductor continúa alojado en una comisaría bajo 45 días de prisión preventiva, pero su defensa insiste en conseguir la prisión domiciliaria con tobillera electrónica. Para la madre de Jeremías, eso sería “una falta total de respeto” y un nuevo golpe a la memoria de su hijo. Según relató a La Calle, los días posteriores al accidente fueron una pesadilla interminable. Contó que la defensa de Luna propuso tres cuidadores —su madre, su hijo y su esposa—, aunque todos se retiraron del acuerdo. “Sin embargo, ahora apareció una tobillera y parece que van a volver a pedir la domiciliaria. Es muy sospechoso”, advirtió. La mujer asegura tener pruebas de que el imputado manejaba alcoholizado y sostiene que su propio entorno “se arrepintió de haber intentado cubrirlo”. Roa explicó que la esposa de Luna se comunicó con ella para pedirle perdón y reconocer que esa noche lo fue a buscar al bar, que muchas veces le había dicho que “iba a terminar en una tragedia” y que incluso ella y su hija estuvieron a punto de morir con él. “Ella misma me dijo que recibía amenazas de la madre del conductor”, agregó la mujer, indignada por lo que considera un intento sistemático de manipular a la Justicia. El paso de los días no ha aliviado la angustia familiar. “Nos cuesta levantarnos cada mañana”, confió Lucrecia, al recordar a su hijo como un nene “alegre, sano y lleno de vida”. Jeremías era el más chico de cinco hermanos y, según contó, “el centro de la casa”. Para su marido, era su único hijo, y ambos compartían una relación muy cercana. “Se adoraban. Jugaban todos los días. Era un padre ejemplar. Por eso esto nos destruyó”, dijo entre lágrimas. A pesar del dolor, la familia no se detiene. Participan de marchas, pegatinas y acciones en redes para mantener vivo el reclamo. “No queremos venganza, solo justicia. Que pague por lo que hizo”, afirmó Lucrecia, que insiste en que no se trató de un accidente, sino de una conducta imprudente y evitable. “Todo el barrio sabía que él manejaba borracho. No fue una fatalidad, fue una irresponsabilidad”, subrayó. La madre destacó el acompañamiento de los vecinos y la repercusión que tuvo el caso. “Nos sentimos muy apoyados, la gente se acerca, pregunta, nos abraza. También hay quienes no pueden ir a las marchas, pero igual nos escriben o nos ayudan desde las redes. Eso nos da fuerzas para seguir”. Lucrecia también reconoció que algunas personas del entorno del acusado “empezaron a tomar conciencia” después de ver las movilizaciones. “Su propio hijo se contactó con nosotros. Creo que verlo todo en la calle, ver la indignación de la gente, los hizo reaccionar. Las marchas ayudan a abrir los ojos”, explicó. Sin embargo, admitió que no todo ha sido acompañamiento. “A veces la policía no nos ayuda como debería, y eso genera más enojo. Pero nosotros marchamos en paz, con carteles, pasacalles, fotos de Jeremías. No fomentamos la violencia ni los daños. Solo queremos que la jueza escuche nuestro pedido”, insistió. La nueva movilización será el martes 11 de noviembre a las 10 de la mañana, en la Plaza General Ramírez, frente al Juzgado. La familia invita a toda la comunidad a participar “a pie, en moto o en auto”, acompañando con bocinazos, bombos y aplausos. Será, según explicó, una jornada clave, ya que al día siguiente se cumplen los 45 días de prisión preventiva y podría definirse el futuro del conductor. “Le pido a la jueza que tenga empatía con nosotros. Que recuerde que mi hijo tenía solo tres años y que no fue un accidente. Si deja que ese hombre vuelva a su casa, la justicia pierde sentido”, expresó Lucrecia. Y cerró con una frase que resume su sentir: “Vos podés tener plata, pero a la justicia social no le ganás con nada”.
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