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  • Carmelo Retamar, el joven bochófilo paranaense que brilló en el Mundial de Turquía

    Parana » El Once Digital

    Fecha: 28/10/2025 20:30

    El joven atleta de Paraná, Carmelo Retamar, logró tres medallas de bronce en el Mundial Sub-18 de bochas en Turquía, destacándose en un deporte que combina destreza y resistencia física. En una destacada actuación internacional, Carmelo Retamar, un joven de Paraná, Argentina, logró conquistar tres medallas de bronce en el Mundial Sub-18 de Bochas, que se llevó a cabo en la ciudad de Bursa, Turquía, entre el 20 y el 26 de octubre. Con tan solo 17 años, Retamar se erige como uno de los referentes más prometedores del deporte en su categoría. Su performance, que incluyó una serie de enfrentamientos de altísimo nivel contra competidores de países como Italia, Francia y Croacia, puso en evidencia el esfuerzo y la dedicación de un joven que no solo es talentoso, sino que también está dispuesto a trabajar duro para alcanzar sus metas.   "Competí en cuatro modalidades y tuve la suerte de traer medalla de bronce en tres", comentó Carmelo con una sonrisa de orgullo tras la competencia. El joven no solo demostró su habilidad en el estilo tradicional de bochas argentino, sino que se adaptó a los estándares internacionales, donde la exigencia física y técnica es notablemente mayor.   La historia de Retamar es un claro ejemplo de que el trabajo constante, la disciplina y el apoyo familiar son claves para lograr grandes objetivos, incluso cuando el camino parece estar lleno de obstáculos. Este Mundial, más allá de las medallas obtenidas, representa el esfuerzo de años de preparación, sacrificios personales y la capacidad de competir con los mejores a nivel mundial.   Un entrenamiento físico que marca la diferencia   El estilo de bochas en el que Carmelo se destaca, conocido como Servín, es un tipo de competencia que demanda no solo destreza con la bola, sino también un alto nivel de resistencia física. "Para este mundial empecé hace casi siete meses con la preparación física, porque a nivel internacional se juega un juego distinto al tradicional de acá de Argentina", explicó Retamar. En la modalidad Servín, los atletas deben lanzar una gran cantidad de bochas en un tiempo muy corto, lo que exige resistencia y precisión.   El joven estuvo en el programa Buenas Noches. Foto: Elonce.   Además, los torneos internacionales tienen características diferentes a los locales: las canchas son más largas, y las superficies, como el hormigón y la arena, cambian la dinámica del juego. La diferencia más significativa, sin embargo, es el ritmo de la competencia, que es mucho más intenso. "Nosotros tenemos el concepto de bochas de acá, tradicional, que lamentablemente es muy lindo, pero lo máximo que un deportista puede aspirar es ganar un campeonato argentino", señaló Carmelo. Mientras que, en competiciones internacionales, los atletas enfrentan un nivel mucho más alto, lo que obliga a los deportistas a adaptarse rápidamente a nuevas condiciones físicas y psicológicas.   En su preparación, Carmelo no solo entrenó técnicas de lanzamiento, sino que también trabajó intensamente en su acondicionamiento físico. Cada día, su rutina incluye ejercicios de fuerza, resistencia y agilidad para cumplir con los estrictos requisitos de la modalidad Servín. "Por ejemplo, para lanzamiento es diferente: hay dos pruebas, una individual y una en pareja, y en ambas hay que lanzar continuamente durante cinco minutos sin parar", detalló el joven, describiendo el ritmo vertiginoso de la competencia.   De los primeros pasos en su barrio a los grandes torneos internacionales   La historia de Carmelo Retamar en el mundo de las bochas comenzó en su propia casa, cuando, a los 10 años, lo que empezó como una curiosidad se transformó rápidamente en una pasión. "Estábamos en la quinta de mi abuelo, y me llamó mucho la atención ver cómo jugaban las bochas", recordó Retamar sobre sus primeros contactos con el deporte. A partir de allí, se sumergió en el aprendizaje, guiado por su familia, y comenzó a entrenar de manera más formal en su ciudad natal.   Foto: Elonce.   "Arranqué practicando en el club San Martín de Paraná, luego pasé por el Seguí Fútbol Club, y después por Alumni, hasta llegar a Ferro de Crespo, donde ahora estoy", relató. Con una dedicación admirable, Carmelo no tardó en destacarse en los torneos provinciales, lo que lo llevó a ser convocado para formar parte de la selección argentina de bochas. A medida que pasaban los años, el joven bochófilo fue perfeccionando su técnica y adaptándose a los nuevos desafíos que le imponía la competencia a nivel internacional.   Su participación en este Mundial Sub-18 no fue la primera vez que representó a Argentina en eventos internacionales. En 2023, Carmelo ya había ganado el título de campeón mundial en Puerto Rico, lo que sentó las bases para su participación en Turquía, donde reafirmó su potencial como uno de los mejores jugadores jóvenes de la disciplina.   Un deporte con futuro internacional   Aunque el nivel competitivo en Argentina es notable, Carmelo no tiene dudas de que el futuro del deporte está en el ámbito internacional. En países como Italia, Francia y Croacia, las bochas tienen una gran difusión y los jugadores profesionales pueden vivir de este deporte. "Los jugadores viven de las bochas. Mi compañero de sub-23 fue a jugar a Italia por seis meses", comentó. Sin embargo, en Argentina, el camino para llegar a vivir exclusivamente de las bochas aún es complicado, debido a la falta de visibilidad y patrocinadores en el ámbito local.   Pese a las dificultades, Retamar sigue soñando con la posibilidad de representar a su país en otras partes del mundo. Su meta no solo es seguir cosechando logros en competiciones internacionales, sino también aprovechar cualquier oportunidad para formarse como profesional en Europa, donde los mejores jugadores del mundo compiten por contratos con clubes destacados.   Foto: Elonce.   "Me encantaría poder vivir de las bochas. En Europa es posible, pero en Argentina, por la falta de difusión, todavía no se puede", dijo Carmelo con una mezcla de esperanza y realismo. A pesar de las barreras, el joven sigue con la mente puesta en su futuro, confiando en que los esfuerzos realizados en los próximos años le permitirán lograr grandes metas en el ámbito internacional.   El equilibrio entre deporte y estudios   A pesar de su apretada agenda de entrenamientos y competencias, Carmelo también está comprometido con su educación. "Terminé la secundaria el año pasado y ahora estudio kinesiología en la UGR de Santa Fe", explicó. Combinar los estudios con el deporte de alto rendimiento no es fácil, pero Carmelo ha logrado encontrar un equilibrio. "Me levanto a las 5 de la mañana, estudio hasta las 2, luego entreno en el gimnasio y, por la tarde, practico bochas", detalló.   Su capacidad para gestionar su tiempo es un ejemplo para otros jóvenes que desean alcanzar el éxito tanto en el deporte como en otras áreas. El sacrificio y la dedicación que requiere este estilo de vida son altos, pero Retamar tiene claro que es la única forma de lograr sus objetivos. (Elonce)   El bochófilo paranaense Carmelo Retamar logró medallas en el Mundial juvenil en Turquía

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