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  • El filósofo Byung-Chul Han antes de recoger el Premio Princesa de Asturias de Humanidades: “Somos ganado, nos están engordando con información falsa”

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 22/10/2025 12:58

    El filósofo coreano en Gijón, en uno de los actos previos a la concesión del Premio Princesa de Asturias 2025 de Humanidades El reconocimiento internacional a Byung-Chul Han como uno de los pensadores más influyentes de la actualidad se ha visto reforzado con la concesión del Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2025, un galardón que el filósofo surcoreano-alemán recibirá en Oviedo y que ha motivado su inusual apertura a los medios y al público español. En sus recientes intervenciones, Han ha desplegado una visión crítica sobre el presente de las sociedades occidentales, abordando desde la crisis de la democracia hasta la transformación de la libertad y el sentido de la verdad, todo ello atravesado por su característico humor y una honestidad intelectual que no rehúye la autocrítica. La búsqueda de la verdad de Byung-Chul Han Durante su comparecencia en el teatro Jovellanos de Gijón, Byung-Chul Han no tardó en marcar distancia con las versiones simplificadas de su biografía. Ante el público, corrigió al presentador por atribuirle una supuesta inspiración ‘heideggeriana’ en su viaje a Alemania: “Usted se ha inventado algo en mi biografía: que había abierto un libro de Heidegger y me fui a Alemania. Me fui a Friburgo, pero ni siquiera conocía el nombre de Heidegger cuando me fui a Alemania. No sé de donde lo ha sacado. Son noticias falsas, fake news”, afirmó Han. Esta defensa de la precisión y la autenticidad enlaza con uno de los ejes de su pensamiento: “La verdad es el lema de mi vida”, sostuvo ante el auditorio, para después profundizar en su concepción: “En su acepción original, en Alemania, es aquello que dura en el tiempo, donde podemos demorarnos, algo que nos sujeta y nos orienta, que da sentido a la vida, la verdad permite la vida y vivir juntos permite la verdad”. El itinerario vital de Han estuvo marcado por una decisión temprana de romper con las expectativas familiares. Relató que, tras escuchar por primera vez a Bach en la radio que su madre había adquirido para la casa familiar, comprendió que su vocación no era la metalurgia, como deseaba su padre, sino la reflexión filosófica. “La vida es demasiado corta como para estudiar metalurgia”, se dijo a sí mismo, y optó por trasladarse a Alemania, ocultando sus verdaderos motivos a todos salvo a su novia. Byung-Chul Han, ganador del Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2025. El aprendizaje del alemán lo realizó leyendo a Hegel, aunque confesó no haber entendido nada, y el piano lo dominó practicando las Variaciones de Goldberg de Bach, pieza que también interpretó en su juventud y que sigue marcando su rutina diaria. La música y el piano ocupan un lugar central en la vida cotidiana de Han. En su residencia a las afueras de Berlín, conviven dos pianos de cola, un Steinway y un Fazioli, y un jardín que florece todo el año. “Casi me atraen más los pianos de cola que las personas”, admitió en tono jocoso durante su encuentro en Gijón. Esta preferencia por el recogimiento y la contemplación se refleja también en su rechazo a la exposición pública: “Nunca en mi vida he dado una rueda de prensa. No me gusta hablar en público, prefiero hablar conmigo mismo”, declaró Han en Oviedo. El auge del populismo El análisis de la crisis de las democracias liberales ocupa un lugar central en la obra y el discurso de Byung-Chul Han. En su diálogo con la prensa, el filósofo identificó tres grandes problemas: la ausencia de principios y valores, la pérdida de hábitos democráticos y el aumento de la desigualdad. “Nuestra política puede resolver problemas pero es incapaz de generar objetivos e ideales. Lo que tenemos son democracias vacías”, explicó Han. A su juicio, el vacío dejado por la política tradicional está siendo ocupado por populistas y autócratas, fenómeno que observa como global. La erosión del respeto mutuo y la falta de confianza social son, para Han, síntomas de una sociedad en crisis. “Ya no nos respetamos mutuamente, somos muy agresivos los unos con los otros, no aceptamos la opinión del otro; si no estamos de acuerdo con alguien lo declaramos enemigo. Ya no somos capaces de abrirnos a lo ajeno… Y el respeto es importante porque es el pegamento que mantiene unida a una sociedad. La democracia está basada en el respeto”, argumentó. Esta preocupación se refleja en su último libro, dedicado precisamente al respeto, y en el ensayo sobre la adicción que prepara como cierre de su serie crítica sobre Occidente. 'El espíritu de la esperanza', una de las obras de Byung-Chul Han El diagnóstico de Han sobre la sociedad contemporánea es severo. Advierte sobre la adicción al consumo, al trabajo, al juego y a las redes sociales, y subraya el impacto de estas dependencias en la juventud: “Tenemos una juventud enganchada completamente a las redes sociales. Y los jóvenes nunca han estado tan deprimidos y solos como ahora”, afirmó. La relación con el dolor, otro de sus temas recurrentes, es para él un indicador fundamental de la salud de una sociedad: “Para entender una sociedad hay que analizar cómo se relaciona con el dolor. Y nuestra relación es de rechazo total, por eso tenemos tanta dependencia de los analgésicos. Pero al final los analgésicos también provocan dolor. Es un hecho médico”, sostuvo Han, quien también compartió su experiencia personal con el dolor crónico. Su teoría: el sistema está a punto de colapsar En el terreno de la libertad, Han matiza que la libertad individual ilimitada no proporciona ni soporte ni orientación. “Ser libre originalmente significa estar rodeado de amigos, ese es el estado en el que es posible ser libre, es estar en comunidad”, defendió en el teatro Jovellanos. Propone una libertad entendida en clave de amistad y comunidad, y rechaza la idea de que el pensamiento tenga color: “Pensar no tiene color, es aclarar, aportar claridad. La filosofía es vincular y crear comunidad”, afirmó en el mismo acto. El pesimismo sobre el futuro del sistema neoliberal es una constante en el discurso de Han. Considera que el capitalismo actual, productivo pero no reproductivo, está abocado a la implosión. “El capitalismo va a ‘implosionar’, las personas se sienten cansadas, depresivas, quemadas, desciende la tasa de natalidad… El futuro es el nacimiento de un niño”, expuso Han en Gijón, citando a Hannah Arendt. Algunas de las obras de Byung-Chul Han En Corea del Sur, recordó, la tasa de natalidad es la más baja del mundo y la de suicidio, la más alta. “¿Quién va a trabajar entonces? Este capitalismo es productivo, pero no reproductivo. No se está regenerando... Mi esperanza es que colapse el sistema, y va a pasar pronto”, sentenció Han. La esperanza, para Byung-Chul Han, no reside en una revolución, sino en la preparación para afrontar el colapso del sistema. “El problema de hoy en día es que este sistema, el neoliberalismo, que ha liberado a los españoles y los italianos de la siesta, se las trae. No funciona a base de opresión, no prohíbe, no es represivo. Es seductor. No reprime, seduce y explota la libertad”, explicó Han en Gijón. A su juicio, la ‘autoexplotación’ y la ilusión de libertad han convertido a los individuos en ganado, incapaces de rebelarse: “Somos ganado, nos instalamos en una zona de confort, con opciones ilimitadas, nos están engordando con información falsa como se engorda al ganado, nos sentimos libres, y como nos sentimos libres no va a haber revolución. El ganado no se rebela. Tenemos que volver a convertirnos en personas”, advirtió Han en el mismo acto.

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