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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 21/10/2025 10:55
Grecia condenó el uso de los Mármoles del Partenón en una fiesta de élite del Museo Británico (REUTERS/Hannah McKay) La celebración del Pink Ball en la sala que alberga los Mármoles del Partenón ha desencadenado una nueva ola de críticas hacia el Museo Británico, tanto desde el gobierno griego como de activistas medioambientales. El evento, realizado el 18 de octubre de 2024, reunió a 800 invitados de alto perfil, entre ellos Mick Jagger, Naomi Campbell, Alexa Chung y Tracy Emin, con entradas valoradas en £2.000 (USD 2.700) cada una. La gala, concebida como una estrategia para diversificar los ingresos del museo, fue organizada por Nicholas Cullinan, director de la institución, junto a Isha Ambani, filántropa y heredera de la mayor fortuna de Asia. La reacción del Ministerio de Cultura de Grecia no se hizo esperar. La ministra Lina Mendoni calificó de “ofensivo” el uso de los Mármoles del Partenón como “elementos decorativos” durante la cena, y denunció públicamente la falta de respeto hacia el patrimonio cultural griego. Museo Británico (REUTERS/Hollie Adams/File Photo) En un comunicado, Mendoni afirmó: “El Ministerio de Cultura ha condenado repetida y sistemáticamente cenas, recepciones y desfiles de moda organizados en espacios museísticos donde se exhiben monumentos y obras de arte. La seguridad, integridad y ética de los monumentos deberían ser la principal preocupación del British Museum, que, una vez más, demuestra una indiferencia provocadora”. Este episodio revive la polémica surgida en febrero del año anterior, cuando el museo permitió que la firma británica Erdem presentara su colección otoño/invierno frente a los mismos mármoles. En aquella ocasión, Mendoni declaró que la pasarela mostraba “cero respeto por las obras maestras de Fidias”. Las críticas al Pink Ball no provinieron únicamente de Grecia. Durante el discurso de George Osborne, presidente del consejo de administración y exparlamentario conservador, un activista climático interrumpió la intervención portando un cartel con el mensaje “drop BP now”. Esta protesta hacía referencia a la relación comercial vigente entre el museo y British Petroleum (BP), renovada en 2023 mediante un acuerdo de £50 millones ($67 millones) por diez años. El grupo organizador de la protesta, Energy Embargo for Palestine, exigió al museo romper lazos con BP, rechazar futuros fondos de empresas de combustibles fósiles, cambiar el nombre del auditorio BP y crear un comité de ética para supervisar futuras actividades de financiación. Un empleado observa ejemplares de las esculturas del Partenón, a veces conocidas en Reino Unido como los Mármoles de Elgin (REUTERS/Toby Melville) Estas demandas se sumaron a las críticas previas al evento por la implicación de Isha Ambani, cuya familia controla Reliance Industries, un conglomerado indio de petróleo, gas y petroquímica. Un portavoz de la organización ambientalista Culture Unstained calificó la gala como “una fiesta de multimillonarios para criminales climáticos”. La organización del Pink Ball responde a la reducción continuada de fondos públicos para los museos británicos, lo que ha obligado a estas instituciones a buscar nuevas fuentes de ingresos. Se estima que la venta de entradas generó alrededor de £1,6 millones (US$ 2,2 millones), cifra que aumentó gracias a una subasta silenciosa y donaciones adicionales. Parte de los fondos recaudados se destinará a las colaboraciones internacionales del British Museum, que facilitan la exhibición de piezas destacadas de su colección en diferentes lugares del mundo.
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