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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 21/10/2025 03:27
Leandro Díaz, delantero de Atlético Tucumán, se vio envuelto en una confrontación con la hinchada local tras finalizar el primer tiempo del encuentro ante San Lorenzo por la decimotercera jornada del Torneo Clausura de la Liga Profesional Argentina. El partido, disputado en el Estadio Monumental José Fierro, tenía un ambiente tenso por la coyuntura deportiva y las demandas económicas del plantel en las horas previas al cruce decisivo. La noche comenzó agitada para Atlético Tucumán. El equipo logró adelantarse con un gol de Ortiz, pero el empate llegó poco antes del descanso, luego de que el VAR sancionara un penal por infracción del arquero Matías Mansilla. Alexis Cuello ejecutó el remate con precisión y estableció la igualdad, desencadenando la desaprobación del público. Los silbidos y cánticos de protesta surgieron inmediatamente, generando un clima hostil tanto en las tribunas como en el terreno de juego. La reacción de la platea tucumana no se limitó a la habitual canción de reclamo, sino que incluyó insultos directos hacia algunos futbolistas, entre ellos Leandro Díaz. El delantero respondió con gestos y palabras hacia la tribuna mientras se dirigía al vestuario, lo que acentuó la tensión. Sus compañeros intervinieron intentando calmar la situación, aunque el enojo de Díaz se mantuvo al salir del campo. Esta protesta de la hinchada coincidió con la decisión del plantel de no concentrar antes del partido, una medida poco frecuente en el fútbol profesional. El motivo del reclamo se relaciona con una deuda de premios correspondiente a los partidos frente a River, Talleres y Platense, una situación que había sido anticipada por distintos medios los días previos al cotejo. Los futbolistas de Atlético Tucumán mantienen los salarios al día, pero reclaman los incentivos pactados por presentaciones recientes, una exigencia que derivó en la suspensión voluntaria de la habitual concentración previa. Los dirigentes del Decano no emitieron declaraciones públicas mientras la protesta escalaba puertas adentro y afuera del vestuario. En las cuatro fechas que restan de la etapa inicial del torneo, Atlético Tucumán debe sumar puntos ante rivales directos para garantizar su pase a los playoffs. El equipo dirigido por Lucas Pusineri marcha octavo en el Grupo B, última posición que otorga el derecho a la clasificación, aunque la diferencia es escasa con perseguidores inmediatos como Sarmiento. Además de las cuestiones futbolísticas, la insatisfacción en el seno del plantel y el malestar de la hinchada configuran un escenario complejo para el conjunto decano. El rendimiento deportivo de Atlético Tucumán ha sido irregular en el Torneo Clausura. Con cuatro triunfos, tres empates y cinco derrotas en doce fechas, el equipo ha oscilado entre partidos destacados, como la victoria ante San Martín de San Juan y la goleada contra Talleres, y encuentros donde no logró sostener su nivel. La exigua cosecha de puntos mantiene al club en la zona límite de clasificación, en una competencia reñida y con margen de error acotado. El conflicto interno tuvo consecuencias visibles durante el desarrollo del partido contra San Lorenzo, que ahora se ubicaba sexto en la misma zona y disputaba puntos decisivos en la lucha por un lugar en los cuartos de final. La presión de la tabla y la tensión salarial se reflejaron en la actitud de los jugadores y la respuesta del público, que no tardó en expresar su descontento cuando el empate de San Lorenzo puso en riesgo un resultado clave para las aspiraciones clasificatorias. El fixture restante de Atlético Tucumán incluye compromisos vitales frente a Independiente, Godoy Cruz y Lanús. El club afronta las últimas fechas sabiendo que la obtención de premios atrasados es una de las demandas prioritarias del plantel, a la par de la obligación de sumar resultados para avanzar en el certamen.
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