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» Misioneslider
Fecha: 20/10/2025 02:13
El desafío del nuevo gobierno boliviano Bolivia eligió un cambio radical después de 20 años de gestión del Movimiento Al Socialismo (MAS), con Evo Morales como líder y Luis Arce como presidente en el último lustro. Pero el nuevo gobierno tendrá que pagar las cuentas de una política económica errática, que se consumió sus propios logros llevando al Altiplano a un ajuste que será inevitable. La situación económica actual El desafío de la nueva administración surgida en los comicios de la víspera será reordenar una economía que no tiene ni siquiera los dólares suficientes para importar combustible, la demanda más urgente de la población. Todo el paquete de ajuste que el nuevo Presidente tomará desde el 8 de noviembre, cuando asuma en el Palacio Quemado, implicará un nuevo sacrificio de los bolivianos porque la solución que propone ejecutar el gobierno entrante implicará aumentos de precios. El contexto político y social El período de gracia y la tolerancia a las medidas serán el límite. El interrogante pasa ahora por saber cuánto durará la paciencia de los bolivianos que vienen de varios años de penurias y que después de votar sucesivamente a la izquierda del MAS, con más del 50% de los votos, ahora le dio la espalda. Evo Morales y Luis Arce se trenzaron en una pelea descarnada por el poder, mientras desatendían el mal humor social que crecía entre los bolivianos que habían prosperado personalmente y sostenido las gestiones del MAS. El impacto de la crisis económica Sin embargo, el cuadro comenzó a empeorar al agotarse las reservas de gas -por falta de nuevas exploraciones y denuncias de corrupción. El Estado socialista del MAS creció en demasía y se quedó sin recursos para repartir. En los últimos dos años, la economía cayó en un pozo, la pobreza creció, empezaron las restricciones a la compra de dólares, la escasez de divisas y desde hace meses los bolivianos padecen largas colas para cargar combustible. A ese cóctel, la administración de Luis Arce, que reemplazó los mandatos de Evo Morales, le agregó la inflación, que no era un factor temido por la sociedad. Del 3% anual, este año cerrará con más del 25%. La resistencia ante las reformas Pero las medidas de estabilización también podrían encontrar otro límite además de la tolerancia social: Morales y sus seguidores. Aunque está algo debilitado, dos días después de la primera vuelta, en un reportaje con Clarín, Evo anticipó que será un férreo opositor. “Vamos a hacer un plan de resistencia a la implementación de cualquier modelo neoliberal para defender todas las conquistas: los bonos, rentas, que no se privatice la salud, ni la educación”. Se espera que el sector que responde a Morales intente oponerse a cualquier tipo de reforma, como ya lo hizo con el saliente presidente Arce, quien era su antiguo socio. Conclusiones La factura de la catástrofe económica que deja el MAS la pagará la nueva administración. Sabe que recibirá pasivos que no están declarados como deuda externa, cuentas por pagar de la petrolera estatal con empresas del exterior, operaciones del Banco Central con el oro que no aparecen en la contabilidad. A este combo se suman estadísticas oficiales que indican que Bolivia entró en recesión por primera vez en 39 años. El deterioro económico explica, en parte, el giro político que decidió el país. La crisis económica y las peleas entre los líderes del MAS volcaron a la mayoría de los bolivianos por un cambio que tendrá ajuste.
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