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» El Ciudadano
Fecha: 20/10/2025 01:30
El gobierno nacional avanza en negociaciones con funcionarios y aliados del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para asegurar un respaldo financiero directo que le permita llegar con chances electorales al 26 de octubre. Entre rumores de nuevos repos, uso de DEGs como garantía y recompras de deuda, el plan oficial busca sostener el dólar dentro de las bandas cambiarias, aunque la gran incógnita a partir de la confusa reunión entre ambos mandatarios en Washington es si el respaldo norteamericano será ratificado en caso de una derrota de La Libertad Avanza en las Legislativas. Un informe reciente del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (Ceso) reconstruyó los sucesos económicos más importantes desde la victoria electoral del peronismo en provincia de Buenos Aires, que dejaron al descubierto la fragilidad del plan económico de Milei. El gobierno nacional logró ganar algo de tiempo a partir de la compra directa de pesos por parte del tesoro norteamericano, un potencial swap de USD20.000M comunicado por el propio Scott Bessen (que podría duplicarse, según trascendidos de esta última semana), y el adelanto de exportaciones de las cerealeras por USD7.000M a cambio de la eliminación temporal de las retenciones. En medio de reuniones y anuncios fallidos, incluida una fuerte condicionalidad por parte de Trump que ameritó una explicación de funcionarios nacionales, el consenso del mercado y de gran parte del mundo económico es que el esquema llegará hasta las elecciones. La pregunta no resuelta, según plantean desde Ceso, es a qué costo y que pasará el día después. Posiblemente, con más dólares vendidos, un tipo de cambio más alto y/o más restricciones cambiarias –como la reciente prohibición a las Alycs y billeteras virtuales de no vender dólares oficiales–. Después de las elecciones, también hay consenso de que el esquema cambiario no seguirá y habrá un salto devaluatorio de magnitud. Las perspectivas no son para nada alentadoras. El gobierno necesita imperiosamente del apoyo norteamericano, que parece dispuesto a bancar a su socio en el patio trasero en el marco de la disputa geopolítica con China y la preeminencia de gobiernos distanciados de Washington en las principales economías de la región. La inédita compra directa de pesos por parte del tesoro y el posible swap de USD20.000M – que se reducirían a USD2.000M de ser cierta la condición no escrita de cancelar el swap con China -, no parecen ser suficientes para resolver los problemas estructurales, pero sí para llegar a las elecciones sin una abrupta devaluación. Plan llegar Luego de la derrota electoral en provincia de Buenos Aires, el gobierno nacional logró ganar algo de tiempo con dos anuncios importantes. Por un lado, el Secretario del Tesoro Norteamericano Scott Bessent publicó una serie de tweets en donde comunicaba que Estados Unidos estaba dispuesto a asistir financieramente a la Argentina. Por otra parte, el Ministerio de Economía anunció una eliminación temporal de retenciones a la exportación de granos, con un límite de U$S 7.000 M. La rápida liquidación de las grandes empresas exportadoras que agotaron el cupo en sólo 3 días, hizo que el tiempo ganado sea más corto de lo previsto, y que el Tesoro compre menos de lo esperado. En concreto, de los U$S 6.500 M liquidados durante septiembre –existía la obligación de liquidar al menos el 90%–, el Tesoro sólo compró aproximadamente U$S 2.200. Pasada la fenomenal liquidación, el Tesoro volvió a ponerse en vendedor, dilapidando la totalidad de los dólares comprados los días previos y generando mayor stress en el mercado, una nueva suba sobre el riesgo país, y gran volatilidad en los activos argentinos. “La continua presión cambiaria forzó la intervención del tesoro norteamericano que tomó en sus manos el manejo de la política económica con una inédita compra directa de pesos para sostener su cotización. Sin embargo, la expectativa de una devaluación post electoral mantendrá firme la demanda de dólares en el mercado local, lo que pondrá a prueba la generosidad de la billetera del tío Scott para financiar la fiesta electoral de su ahijado libertario. El consenso generalizado es que el esquema aguantará hasta las elecciones. Lo que no está claro es bajo qué costos”, afirmaron desde Ceso. Entre los principales costos, aseguran desde el centro de estudios, aparece una mayor venta de dólares y, según el monto de las intervenciones directas del tesoro norteamericano, la pérdida de reservas. De no llegar nuevos desembolsos del tesoro norteamericano, prontamente será el BCRA el que salga a vender dólares. El BCRA tiene un poder de fuego de aproximadamente U$S 21.000 M equivalente a las reservas líquidas. Sin embargo, una consecuencia directa de esto es que el dólar vuelva al techo de la banda –y no a la zona de U$S 1.430 donde estaba vendiendo el Tesoro–. Otra alternativa que tiene el gobierno para las dos semanas previas a las elecciones es endurecer las restricciones cambiarias. Hace pocas semanas, prohibió a las Alycs y billeteras virtuales de no vender dólares oficiales, en una clara señala que está dispuesto volver al cepo a pesar de haber sido uno de sus argumentos electorales. La consecuencia de esto es una creciente brecha cambiaria entre el dólar oficial y los financieros (contado con liqui y mep). Cómo sigue todo hasta las elecciones Desde el Centro de Estudios Scalabrini Ortiz sostiene que, los rumores más recientes indican que Caputo podría cerrar un nuevo Repo con bancos norteamericanos por aproximadamente U$S 4000 M para garantizar el pago de los cupones de enero-2026, en donde EE.UU. pondría sus DEGS como garantía. Una manera de involucrar de forma más directa al FMI, y buscar mayor apoyo internacional. Otra variante de estos rumores plantea que el swap se realiza con estos mismos DEGS, y que una parte se usará para recomprar deuda argentina, con la intención de tener un efecto sobre el riesgo país. De concretarse, esto patea el problema para adelante sólo 6 meses / 1 año, pero no resuelve el problema estructural que tiene nuestro país. Lo que sí garantiza, es un claro alineamiento a EE.UU. en su disputa territorial con China, y mayor condicionamiento en la política económica para los gobiernos futuros. La pregunta clave es si la generosidad norteamericana continuará tras un eventual resultado electoral adverso para Milei, debiendo transitar dos años de gestión sin poder político interno con un esquema económico insustentable, requiriendo creciente financiamiento norteamericano para sostener artificialmente con vida al experimento libertario.
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