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  • La plata de los cuadernos de las coimas: la intimidad del poder según el exsecretario de Cristina Kirchner

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 19/10/2025 04:43

    Isidro Bounine tras ser arrestado, enero de 2019 Jorge Isidro Baltazar Bounine fue un secretario de Cristina Fernández de Kirchner, uno de varios en su historia; tal vez, no el más recordado. La Justicia Federal lo involucró en un tramo de la investigación del dinero de los cuadernos de las coimas escritos por el chofer Oscar Centeno, supuestos sobornos pagados por algunos de los mayores empresarios del país, como Benito Roggio y Enrique Pescarmona, para engrasar a su favor la máquina de la obra pública. No fue el único secretario de la ex presidenta en ser involucrado en la historia de las coimas, por otra parte. Fabián Gutiérrez, degollado en Santa Cruz a mediados de 2020, declaró como arrepentido en el expediente investigado en Comodoro Py, acusado de encubrimiento agravado. Bounine, en cambio, fue acusado en un expediente paralelo a la causa principal de los cuadernos, distinto al de Gutiérrez: en septiembre de 2019, el fiscal Carlos Stornelli pidió su elevación a juicio por su presunto rol en el lavado del dinero de las coimas, un megaesquema encabezado por el fallecido Daniel Muñoz con un daño calculado en más de 70 millones de dólares, con la compra de 14 propiedades en Miami y New York, más cuatro parcelas de playa en la isla caribeña Turks & Caicos, todo controlado por testaferros en sociedades offshore. La parte de Bounine en la historia fue más modesta. Al ex secretario de CFK, Stornelli lo imputó como partícipe secundario. Bounine junto a CFK a comienzos de siglo (CEDOC) Así, fue detenido por orden del juez Claudio Bonadio en enero de 2019, en un domicilio de la calle Corrientes. Hijo de la niñera que tuvo Florencia Kirchner en su niñez, fue el secretario privado de CFK desde 2005. Se retiró en 2011, luego de sobrevivir a una causa por enriquecimiento ilícito que llevó adelante, precisamente, el juez Bonadio. Según aquella denuncia, habría multiplicado su capital en forma exorbitante. Al final, fue sobreseído. Tras dejar su trabajo en la Secretaría General de Presidencia, integró la empresa Apoll. En 2017, figuró en el directorio de la firma informática Migso. Hoy, con 45 años, tiene un domicilio en un barrio privado de Tigre y el monotributo al día. En su pedido de elevación a juicio de 2019, Stornelli escribió con respecto a Bounine: “Tenemos probado que participó en el proceso de reconducción de fondos ilícitos, asesorando a Héctor Daniel MUÑOZ –hasta su fallecimiento el 25/5/2016- y a Carolina POCHETTI, cuanto menos desde el mes de abril de 2016. Al respecto, tenemos probado que BOUNINE fue quién contactó a Juan Manuel CAMPILLO“, ex ministro de Hacienda de Santa Cruz, que acordó ser un arrepentido en la causa, “para que éste tomará parte en la disolución de las sociedades creadas en el exterior”. Así, siguió Stornelli, “le entregó tras su desvinculación al menos doscientos mil euros de procedencia ilícita, en su vivienda ubicada en la localidad de Tigre, Provincia de Buenos Aires, previo haber ocultado ese dinero que le había sido entregado por Héctor Daniel MUÑOZ". Campillo, precisamente, fue quien manchó al ex secretario en su confesión. Bounine ya se encontraba libre para ese entonces. En abril de 2019, la Cámara Federal había confirmado su procesamiento. Bounine, de frente tras su arresto Stornelli pidió investigar sus registros y su casa fue allanada; se ordenó la inhibición general y el embargo de sus bienes. Se bloqueó su cuenta en un banco, que tenía un saldo de poco más de 18 mil pesos. La UIF, querellante en la causa por lavado, entregó un informe que lo investigó; detallaron la compra de su casa de Tigre, 300 mil dólares en 2014, abonada con los viejos CEDINES y una hipoteca en favor de un acreedor mencionado en la causa de la “ruta del dinero K”. En su indagatoria, en la que negó conocer a la inmensa mayoría de los imputados y Bounine reveló que todavía mantenía ciertos vínculos a fines de 2015, cuando Pochetti, viuda de Muñoz, comenzó a desmontar el entramado de dinero. “Cuando a mí me avisan que Daniel Muñoz estaba enfermo, empecé a ir a verlo un poco más porque en cualquier momento fallecía. Durante el transcurso de la enfermedad, yo lo veía aproximadamente entre una o dos veces en 15 días, dependiendo de cómo estaba Muñoz”, aseguró, años después de dejar el Gobierno. Con Muñoz, dijo “fuimos compañeros de trabajo, no éramos amigos”. Juan Manuel Campillo En cuanto a la acusación que lo llevó a la causa, Bounine negó tajantemente haber recibido dinero de Campillo, del cual reconoció que recibió en su casa de Tigre. “Yo estaba agradecido con él por haberle dado trabajo a mi mamá y hermana. Campillo cuando era Ministro de Economía o Secretario de Hacienda de Santa Cruz, sé que puso a trabajar en la privada a mi mamá y a mi hermana”, afirmó. “Yo a Daniel Muñoz lo único que hice fue decirle que Campillo se quería reunir con él”, aseveró luego. Con respecto a CFK, afirmó ser un agradecido: “Hice hasta tercer año del secundario y me dio trabajo”. Su indagatoria, por otra parte, permitió conocer ciertas escenas íntimas del poder kirchnerista en su apogeo, detalles de Néstor Kirchner mismo, a quien Bounine conoció: “Le fue preguntado si Néstor Kirchner lo maltrataba a Daniel MUÑOZ, manifestó “(…) sí, por ejemplo, lo agarraba de la oreja si dormía en el avión o lo despertaba de un cachetazo. Yo no fui muchas veces víctima de maltrato porque mi mamá me enseñó a ser digno pero si me ha hecho esas cosas como pegarme o agarrarme de la oreja, Kirchner lo hacía en tono de broma”. La causa 17459/2018, que investigó el lavado de dinero y en la que Bounine fue imputado, todavía continúa abierta y no será juzgada este 6 de noviembre con el expediente principal de los cuadernos de las coimas, con CFK como acusada principal.

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