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  • IDEA: los CEOs, entre el ruido de la coyuntura, la presión por ser más eficientes y el pedido de un país más “adivinable”

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 15/10/2025 20:36

    Horacio Marín Desde Mar del Plata - “Argentina sale a la cacha”, fue el nombre de uno de los primeros paneles del 61 Coloquio de IDEA, el mismo eslogan que tiene todo el evento. Participaron cuatro CEOs de empresas locales: Horacio Marín, presidente & CEO de YPF; Martín Migoya, cofundador y CEO de Globant; Martín Rappallini, presidente de UIA y CEO en Alberdi Desarrollos; e Ignacio Bartolomé, de GDM. Horacio Marín, presidente y CEO de YPF, destacó que el país podría obtener hasta USD 300.000 millones entre 2031 y 2050 de exportaciones de hidrocarburos. “Estamos lejos del ruido de todos los días, pero en el ruido no se puede ser tonto. No voy a buscar financiamiento en un ‘viernes negro’. Lo que pasa ahora con EEUU es muy bueno para el ambiente de negocios y consolida el programa de Economía. Eso es un cambio estructural, no es ruido. Y es muy bueno para YPF, permite consolidar todo”, destacó Marín. La fórmula es “capitalismo con emoción”, agregó la cabeza de la petrolera en la que el Estado tiene el 51% de las acciones. Luego fue el turno de Migoya. “El país tiene que se más predecible, más adivinable”, pidió de entrada. Martín Migoya También habló del duro momento que pasa la acción de Globant este año en Wall Street, y comparó la situación con la de Amazon, años atrás, cuando perdió el 95% del valor. “Tenemos ahora la mejor versión de nuestra empresa, quizás creciendo menos por factores externos. Hay una delocación entre el valor y el potencial del negocio. Con IA tenemos una oportunidad histórica. Por eso lanzamos el programa de recompra de acciones porque tenemos el mejor deal”, expresó. Migoya pidió darle relevancia al proceso de realineamiento con EEUU. “La coyuntura juega todos los días. Lo otro es ruido y a veces no hay que prestarle atención”, expresó. GDM hace ingeniería de semillas y tiene una gran presencia global, con dos terceras partes de la facturación en la región y 4.000 empleados. Bartolomé, su CEO y segunda generación de la familia que comenzó el negocio a comienzos de los ‘80 en Chacabuco, destacó: “Hay que salir de la coyuntura, no es fácil. Hay que enfocarse en lo que tenemos bajo control en nuestras empresas, clientes y equipos. Mantener la visión a corto plazo. Hablamos poco de la coyuntura en la empresa, no se habla sobre si baja o sube el dólar”. Ignacio Bartolomé “Si aumentamos lo que llamamos la ganancia genética tendríamos un 25% más de productividad. Unos USD 8.000 millones en 10 años solo de eso”, explicó. “En agro somos competitivos, pero hay un gran porcentaje que se va en impuestos. Si eso mejora será muy positivo. También entiendo que el sector es un gran generador de recursos. No quiero las retenciones, pero también todos tenemos que poner nuestro granito de arena. Confío que las van a sacar”, cerró el empresario y antes pidió resolver de una vez cuestiones vinculadas a las patentes y la propiedad intelectual del sector. Finalmente, habló Rappallini, CEO de Cerámica Alberdi y presidente de la UIA. Habló de la fuerte presión tributaria de las empresas (más del 50%), del impacto de la competitividad de la economía informal. El industrial quiere competir, pero tenemos una mochila en la espalda. Nos fuimos adaptando a la economía inflacionaria que fijaron los distintos gobiernos, pero se es competitivo con productos sustentables a nivel global", expresó. “Es un momento difícil, de transición con caída de la actividad y tasas altas, mucha tensión financiera. Salir de una economía inflacionaria es difícil y esta tensión no ayuda. El Estado nos tiene que bajar los impuestos, condiciones para ser competitivos, dar orden y permitir que la industria se desarrolle y crezca”, afirmó Rappallini. Competitividad El diagnóstico presentado en el evento sobre competitividad ofreció una visión integral: aunque se reconocen progresos en apertura económica y estabilidad macroeconómica desde diciembre de 2023, Argentina sigue rezagada en los principales rankings globales y regionales, lo que limita su capacidad para atraer inversiones, generar empleo de calidad y sostener el crecimiento. Martín Rappallini Desde la perspectiva de IDEA, la competitividad se entiende como la capacidad de ofrecer bienes y servicios de calidad internacional al menor costo posible, permitiendo la inserción en mercados locales y externos. Esta visión, resalta que la competitividad depende tanto de la eficiencia en costos como de la capacidad de diferenciar productos y servicios, cumpliendo con estándares globales y respondiendo a las demandas de los consumidores. IDEA distingue dos dimensiones clave: los factores estructurales, que incluyen el entorno de negocios, la infraestructura, el sistema financiero, la estabilidad macroeconómica, la logística y las regulaciones; y los factores empresariales, vinculados a la gestión interna, la cultura organizacional y la profesionalización. Ambas dimensiones son indispensables para construir un ecosistema productivo robusto. El análisis de los principales estudios internacionales, como el World Competitiveness Index del IMD, el Global Innovation Index de la WIPO y el Doing Business Report del Banco Mundial, muestra que Argentina presenta un desempeño desigual. En el último Ranking de Competitividad Global del IMD, publicado en junio de 2025, Argentina se ubicó en el puesto 62 de 69 países, una mejora de cuatro posiciones respecto al año anterior. A pesar de este avance, el país permanece entre los últimos lugares de la región, solo por encima de Venezuela. El panel reconoció que la actual administración nacional logró avances en estabilidad macroeconómica, apertura y desregulación, reducción de aranceles e impuestos, y cierta flexibilización cambiaria. No obstante, la paralización de la obra pública impactó negativamente en la infraestructura y la logística, dos áreas críticas para la competitividad. El costo de operar en Argentina sigue siendo elevado debido a factores estructurales. En materia de infraestructura y servicios públicos, el país cuenta con una amplia cobertura en tecnologías de la información, pero ocupa el puesto 75 de 173 en el Índice de Conectividad Móvil de la GSMA, con debilidades en infraestructura digital y ciberseguridad. El Índice de Innovación Global de la WIPO sitúa a Argentina en la posición 77 de 133 en infraestructura general, con un desempeño especialmente bajo en formación bruta de capital fijo (116 de 133) y en producción de energía renovable (30% frente al 56% regional). La logística y el transporte representan otro punto crítico. El Índice de Rendimiento Logístico del Banco Mundial coloca a Argentina en el puesto 73 de 139, con deficiencias en competencia y calidad logística, así como en embarques internacionales. El entorno regulatorio y la burocracia también afectan la competitividad. Según el Doing Business Report, Argentina ocupa el puesto 126 de 190 economías, superando solo a Bolivia y Ecuador en la región, y quedando lejos de Chile, México, Colombia y Perú. El sistema financiero argentino, por su parte, se caracteriza por su escasa profundidad y baja inclusión. El Índice de Innovación Global lo posiciona en el puesto 97 de 133 en sofisticación de mercado, con un lugar 119 en crédito al sector privado. El crédito interno representa apenas el 14,4% del PBI, muy por debajo del promedio regional de 57,3%. La capitalización bursátil también es la más baja de la región, lo que limita el acceso a financiamiento de largo plazo y restringe las posibilidades de inversión e innovación empresarial. En el plano empresarial, IDEA destacó que la gestión eficiente de costos y productividad, la capacidad de innovación, la gestión del cambio y la vocación de competir en nuevos mercados son los principales factores que inciden en la competitividad. Salvo en la capacidad innovadora, los participantes identificaron déficits en estos aspectos, lo que refuerza la necesidad de rediseñar modelos de negocio y potenciar la competitividad desde el interior de las organizaciones. El diagnóstico integral presentado en el Coloquio subraya que, pese a las fortalezas en recursos naturales, mercado interno y cultura emprendedora, persisten obstáculos estructurales que elevan el costo de operar y dificultan la inserción internacional. Para revertir esta situación, el panel hizo hincapié en la urgencia de implementar reformas profundas y en la importancia de un empresariado comprometido con la transformación. Además, se insistió en que la revisión del sistema tributario y laboral, la eliminación de trabas burocráticas, la modernización de la infraestructura y el fortalecimiento del sector financiero no pueden postergarse más si Argentina aspira a consolidar un perfil competitivo y sostenible en el escenario global. Fotos: Christian Heit

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