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Concordia » Hora Digital
Fecha: 13/10/2025 09:50
El tenista monegasco Valentin Vacherot, siuado hasta hace unos días en el puesto número 204 del ranking ATP, protagonizó una de las mayores sorpresas del año al proclamarse campeón del Masters 1000 de Shanghái tras vencer en la final a su primo, Arthur Rinderknech por 4-6, 6-3 y 6-3. Esta victoria no solo es histórica por tratarse de su primer título ATP, sino porque convierte a Vacherot en el jugador con peor ranking (204) en ganar un torneo Masters 1000 desde la instauración del formato. “Cuando llegué aquí, ni siquiera se suponía que jugaría el torneo”, recordó el jugador ante los medios. El hecho de que la final fuera un duelo familiar añade un matiz especial, pues jugar contra su primo no era una mera casualidad, sino un capítulo muy especial de su carrera. Desde el inicio del torneo Vacherot tuvo que escalar desde la fase previa como “qualifier” y , tras eliminar a nombres de mucho peso como Rune o Novak Djokovic en semifinales, llegó al duelo final contra su familiar. Hasta antes del torneo de Shanghái, Vacherot había acumulado aproximadamente unos 594.000 dólares en premios a lo largo de toda su carrera. Sólo por ganar en China se embolsó la friolera de 1.124.380 dólares en premios de esa semana. Esto implica que ese trofeo le dio más dinero que todo lo que había ganado en toda su carrera hasta ese momento, pasando ahora a sumar más de 1,7 millones de dólares en total. En términos de ranking su ascenso fue meteórico, tras el título subirá al puesto número 40 del mundo, su mejor marca hasta ahora. Este vuelco económico y de prestigio refuerza la dimensión épica de su triunfo, ya que no solo venció a adversarios de renombre, también ha cambiado su realidad en un torneo. Una lectura adecuada de esta hazaña pasa por entender la realidad de esos tenistas que no llegan a los puestos más altos del ranking ni son habituales en las fases finales de los principales torneos, pero que al igual que el resto, invierten grandes cantidades en su formación. El extenista Dominic Thiem advirtió recientemente que, desde los 13 a los 18 años, los costes anuales para mantener el nivel de competición (viajes, entrenadores, alojamientos, fisioterapia) pueden situarse entre los 80.000 y los 100.000 euros por año. Sumando todos los años de ese tramo, la inversión acumulada podría llegar a rondar cifras cercanas al millón de euros, incluso antes de que el jugador joven empiece a ganar premios significativos. Para tenistas como Bacherot, esa barrera era real hasta su reciente triunfo, que hace que todo gasto previo se vea recompensado y cubierto en una gran medida. En el lado opuesto, un caso relevante para comparar es el de Carlos Alcaraz. El murciano se ha asegurado ya este año un millón adicional de bonus, gracias a ser el jugador que más puntos ha cosechado esta temporada en torneos ATP 500. Además, lidera la tabla de puntos en eventos de Masters 1000 con 1.650 puntos de ventaja sobre su posible perseguidor, Lorenzo Musetti. Por ello, también aspira a otro bonus de 4,5 millones de dólares, e los que se restaría un 25% por sus ausencias en algunos torneos. Todo esto se sumaría a los demás premios obtenidos en este año en el que ha ganado 8 títulos con un total en premios de 16.048.017 dólares. El brutal accidente en el Challenger de Aix en Provence durante el duelo de Bouquier y Vacherot El triunfo de Vacherot no solo es una gesta tenística con historia familiar y deportiva, sino una revolución económica personal que eclipsa sus logros anteriores, y que debe entenderse frente a los enormes costes que implica formarse como jugador y a los bonus excepcionales que alcanzan los tenistas top como Alcaraz.
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